Luis Velázquez | Escenarios
30 de abril de 2021
UNO. Bubis y pompis
Durante muchos años, en el siglo pasado (todavía hay residuos) la prensa estuvo llena de bubis, pompis y muslos.
Incluso, en España crearon y recrearon la fórmula mágica para tener éxito periodístico, conocida como “Las Tres Eses”, y que consiste en Sucesos, Sangre y Sexo.
Muchos periódicos, sobre todo, los tabloides, publicaban la foto de una chica semidesnuda con pose insinuante en la contraportada.
Aquella página del periódico solía terminar colgada en la pared del cuarto estudiantil, pero también de los albañiles, aun cuando los bachilleres y universitarios colgaban fotos de chicas en Playboy.
DOS. Sangre y Sexo
La tendencia periodística derivó en dos Eses. Sangre y sexo.
Una revista semanal, Alarma se llama, únicamente publicaba hechos sangrientos con aquellos famosos titulares de “Violola y matola” y que eran alternadas con fotos de mujeres desnudas.
En la ciudad de Veracruz, por ejemplo, llegaron a vender hasta nueve mil ejemplares cada semana y lo que superaba, con mucho, la circulación de la prensa escrita apostando a la información general.
Grandes imperios económicos fueron levantados con aquel tipo de periodismo. La sangre y el sexo siempre venden.
TRES. “Taco de ojo”
Mucho tiempo después hubo medios impresos que seguían publicando fotos de mujeres desnudas, pero también de hombres, quizá porque los vientos de liberación femenina habían sonado.
Incluso, las ONG, académicos, foros y tertulias se lanzaban (todavía) contra el machismo de utilizar el cuerpo femenino como gancho para vender periódicos y promover anuncios publicitarios.
En el argot periodístico decían “un taco para los hombres”, pero de igual manera “un taco de ojo para las mujeres”.
CUATRO. Símbolo sexual
Silvia Krystell fue la actriz más famosa en la prensa del corazón y sensacionalista.
Las 4, 5 películas ligadas al sexo que filmara, Emmanuelle, la convirtieron en símbolo sexual, alta y delgada, sin senos, con una carita tierna, ingenua y fascinante que hacía soñar y electrizaba.
La mayor parte de estudiantes la tenían en sus recámaras en diferentes poses para alentar la imaginación en viaje onanista.
En aquel entonces, otra figura cinematográfica le competía en segundo plano. Era Sasha Montenegro, quizá, la más sensual de las artistas en México.
Una y otra rivalizando en las páginas de los tabloides.
CINCO. Hambruna milenaria
Ahora, por la recesión y la austeridad con que los políticos estrangularon el subsidio a los medios, los periódicos están cada vez más flaquitos como si fueran perseguidos por una hambruna milenaria.
Entonces, apenas publican ocho páginas de información general y otra sección de 8, 12 páginas, donde meten deportes, sociales y policía.
Y las fotos de las mujeres sensuales han quedado fuera, y ni modo, la austeridad manda.
Los chicos y los albañiles quizá se recompensarán con el celular y el whatsapp, tan socorridos con temas sexuales.
SEIS. El México que se fue
Son los tiempos. Por ejemplo, la mejor prensa del país fue en el tiempo de Benito Juárez y hasta Porfirio Díaz.
En el Porfiriato, los periódicos Regeneración, Diario del Hogar, El Ahuizote y El Hijo del Ahuizote, entre tantos otros, y que publicaban entre ocho a doce páginas, el cien por ciento del contenido era informativo y era político y social.
Sobre todo, la crítica sistemática contra la dictadura de treinta y tres años y que mucho sirvieron para crear y recrear conciencia cívica contra Porfirio Díaz según decía Francisco Ignacio Madero.
Nunca, ni por error, en aquella prensa publicaban bubis, pompis y muslos, y tuvieron éxito singular.
Y ni modo que en aquel México la población careciera de deseos y apetito sexual.