“La fe muestra la realidad de lo que esperamos, es la evidencia de cosas que no podemos ver. “
La Biblia
Por: Paulo Sergio Hernández González / Yolanda Beatriz Portugal Guzmán
Oaxaca, México.- A lo largo de la historia los seres humanos hemos creado diferentes dioses, algo más allá de lo que nuestros ojos alcanzamos a ver, y así parte de nuestra existencia se basa en una fe ciega. La fe, la hemos depositado en muchos personajes, siendo Dios el más popular, no obstante, la muerte también ha sido un personaje presente de forma silenciosa y obligatorio.
La Santa Muerte, en los últimos años, se ha convertido en objeto de veneración y en símbolo de fe para muchas personas. La Ciudad de México y Veracruz son los lugares con más capillas a la “Santa Muerte” y donde sus creyentes le llegan a rezar con libertad plena. En un primer momento la religión católica adjudicaba el culto a ladrones y prostitutas, pero la realidad demuestra que el culto a esta figura espiritual se desarrolla en un entorno cada vez más cotidiano.
En cambio, en la región de la Cuenca del Papaloapan existen dos capillas activas con miles de devotos y próximamente, en la ciudad de Tuxtepec, Oaxaca se tendrá la primera ‘parroquia’, que se convertirá pronto en el mayor templo de la región del Sotavento y de la Cuenca del Papaloapan. La culminación de este templo, será fruto de la fe de sus seguidores. Lo que para muchos es una representación espiritual que significa final o tragedia, para otros es oportunidad de tener fe en que sus problemas serán solucionados, que su vida se verá mejorada debido a que la “Santísima Niña” los llevará a mejorar su camino.
Parte de esta fe se demuestra con el acto de construir una capilla, la cual estará ubicada sobre la carretera 175, tramo Cosamaloapan – Tuxtepec, a la altura de la comunidad Chico Zapote, donde hombres y mujeres trabajan solo con la intensión y con el objetivo de que los creyentes de la ‘santísima’ tengan un lugar donde orar, donde estar en su presencia y apreciar la fe de manera tangible.
El albañil construye su templo con manos de fe
Abel, uno de los albañiles de la obra, nos dice que está feliz de poder ser parte de las personas que edifiquen el templo de a la “Santa Muerte”, ya que es lo menos que puede hacer por ella. Él siente a la ‘santísima como si fuera su mamá, hermana o familiar, “soy creyente desde que me sucedió un accidente el cual era para no sobrevivir y al otro día logre pararme de la cama y seguir con mi vida como siempre”
Abel, en su relato, hace una precisión que salta al ojo de cualquier persona, la muerte lo salvo de la muerte y por ello en vida hay que orarle, darle las gracias y trabajar para que él y sus creyentes tengan a donde ir, y manifestar su fe. “La fe no pertenece a las instituciones, es de las personas, que la sienten la vive y pueden dar testimonio de ellas, con su sentir y sus obras”.
Habitantes de Tuxtepec y la Cuenca del Papaloapan han manifestado en diferentes capillas su devoción por la ‘Santísima Muerte, la cual según sus testimonios, los ha sacado de apuros y mantenido con vida.
Así mismo la creación de este templo, donde sus fieles son minoría a comparación de la iglesia católica, evangélica o testigos de Jehová, también nos habla de una visibilidad de una nueva fe que también pudiera mover montañas, y que por muchos motivos, entre ellos las etiquetas que les eran puestos a sus miembros, ha estado hasta cierto punto en el anonimato y lejos de las grandes urbes.
La creadora del templo
Ella es Elizabeth Rodríguez. La Santa Muerte ha estado con ella desde su nacimiento. Desde ese momento, siempre ha sentido su energía, su presencia, su compañía. El culto es una tradición que su familia ha llevado a través de muchos años. Inclusive, dice, su familia posee “la facultad”, es decir, el don para poder escuchar, ver y visualizar a la Santa Muerte. No hacen brujería, tampoco son diosas, magos, solo reciben las señales; entienden las visiones.
Para Elizabeth, desde niña tuvo el deseo de ayudar a la gente. Primero quiso ser doctora, pero nunca se imaginó que la ayuda que les brindara a las personas fuera de manera espiritual. Su labor ahora, es ser un vínculo entre la Santa Muerte y los creyentes. Por su trabajo siempre ha recibido críticas de las personas. Ella no comprende el rechazo de ciertas personas. De manera humilde expresa, “Soy creyente de dios”. A las personas que no comprenden solo les pide respeto.
La entrevista se desarrolla al lado de su altar, el espacio de trabajo donde realiza limpias espirituales y en donde también contacta con la Santa Muerte. Se observan distintas imágenes de la Santa Muerte, inclusive algunos pequeños monumentos de ella. Dentro de esa atmosfera se observa también la imagen de la Virgen de Guadalupe. A pregunta expresa sobre la imagen explica. “Mi familia es católica, yo creo en Dios, los santos y en la virgen. Son santos muy poderosos. La maldad está en nosotros. Nosotros somos energía, nosotros emitimos energía. Nosotros decidimos si es blanco o si es negro. No las imágenes”.
Al platicar durante la entrevista, parece demostrar que su fe no tiene límites y que su fortaleza es inmensa a raíz de las experiencias personales y como estas han podido resolverse. Ella explica que ha pedido por milagros, milagros que se le han cumplido y a pesar de las malas circunstancias, Ha pasado por situaciones negativas y por carencias, pero nunca se ha sentido en abandono.
Concediendo milagros
El milagro más reciente que ella aprecia es la salud de su hija. Explica que durante su embarazo tuvo dificultades y que su bebé nació con displasia de cadera. “Yo aún no estaba preparada y busqué millones de opciones, visité a distintos doctores de especialidad pero no tuve respuesta. Incluso en el CRIT me cerraron las puertas”. Un día de desesperación le pidió ayuda a la Santa Muerte, le pidió cuidado para su familia. Entonces le dijo “Ponme delante de las personas correctas”. No sabe cuántos días pasaron pero llegaron dos personas y le dijeron de un hospital en la Ciudad de México. Allí la operaron y le están dando un tratamiento que según explica, está siendo productivo.
Ella considera que fue víctima de un trabajo negro, un trabajo con intensión de daño. Explica que la brujería no provocó la displasia de cadera de su hija pero si provocó las circunstancias que la llevaron a eso. “Aun trabajando esto, no estoy preparada para muchas cosas. En la vida siempre vamos a aprender, de hecho, nunca terminamos de aprender”. Por esta experiencia, su fe ha crecido aún más. “Por eso le prometí que le iba a construir un lugar que será su hogar, un lugar donde la gente que lo necesite va a pedirle”.
La construcción del Templo
La construcción del templo se encuentra actualmente en obra negra. La han iniciado a finales del año 2018 y consideran que estará listo de 4 a 6 meses. El edificio tendrá un aforo aproximado de 200 personas.
Los creyentes en Tuxtepec son muchos, hay muchos que profesan su religión libremente pero otros la mantienen oculta por temor al qué dirán. EL esfuerzo ha sido colectivo. Personas han apoyado de manera desinteresada. El templo estará listo en 4 a 6 meses. Dependienta de cómo se vayan dando las cosas.
Elizabeth siente que tiene con la responsabilidad de verlo concluido. “Nunca me acerqué a ella por interés, porque muchos te dicen que te da dinero, te da cosas, no es cierto, te da oportunidades, te protege y te cuida y por ello tenemos la responsabilidad de responder a ello; por eso le prometí hacerle un templo. No sé cómo ha sido posible, es ella quien está haciendo su hogar. La muerte no es mala. Es un ángel maravillo y la gente desconoce qué tan buena es. Yo le prometí a ella que la iba a enaltecer. No sé cómo lo he logrado pero es una manifestación de mi fe”.
Si bien, no es una novedad el conocimiento de este tipo de expresiones espirituales, si lo es el que los mismos creyentes decidan profesar y manifestar libremente sus creencias en esta localidad. Han pasado siglos desde la época medieval, la etapa del oscurantismo y de la Santa Inquisición reprimía y castigaba a las diferentes creencias y expresiones espirituales. Hoy en día, pareciera que cada individuo tiene la libertad expresar libremente su espiritualidad sin que implique un riesgo a su vida. El culto a la Santa Muerte no será lo más ordinario para algunos, pero para otros, ha sido el vínculo a la vida, una energía que les da poder, que hace posible la voluntad.