Por: Moisés Castro | Citlali Cid | El Piñero
Tuxtepec, Oaxaca.- En un local de 4 metros por 4 metros ubicado en el famoso barrio de La Piragüa se sienta a trabajar todos los días Don Gilberto Dávila, hombre dedicado desde hace 40 años al oficio de la relojería.
Dávila, es uno de los cuatro relojeros originarios de Tuxtepec que aún dan servicio en la región de la Cuenca del Papaloapan, oficio que se ha visto afectado no sólo por la tecnología, ahora más, mucho más, por la crisis económica que va generando la pandemia covid-19, pues lo que hace -precisa- no es algo de primera necesidad.
A sus 63 años de edad, señala que ya ninguna empresa lo contrata. Y esto repercute directamente en su economía que, a toda costa, busca levantar para seguir siendo el soporte de su familia integrada, además de él, por su esposa y sus dos hijos.
Y es que desde joven -indica- entregó su vida a una empresa particular que al momento de llegar su edad adulta lo despidió y lo finiquitó con forme a Ley, pero se quedó sin trabajo.
Reconoce que él se siente aún con fuerza y ánimo para trabajar en lo que conoció desde su juventud.
“Trabajo puede haber -puntualiza el relojero- pero dinero para pagarlo es lo que hace falta”. Confiesa que en su mejor día, que es muy rara vez, llega a ganar sí mucho 250 pesos.
Es el aumento del uso de la tecnología lo que ha hecho que cada vez menos personas utilicen un reloj, sin embargo por su amor al trabajo y su utilidad laboral, ha comenzado a generar también reparaciones de joyas y lentes en esa mesa donde se ven tornillos, pequeños clavos, carátulas de relojes, pegamento, etcétera.
“Que no nos hagan inútiles” – fija Dávila-, quien sólo pide a la ciudadanía abonar al trabajo y económica local, llevar u ofrecerle, alguna ocupación para que el relojero del parque La Piragüa, no lo acaben pronto los años, ni lo hunda, la crisis del coronavirus.
Por lo anterior, hace una invitación a la ciudadanía de contactarlo en caso de requerir algún servicio, a su número telefónico es 287 111 2253.