Luis Velázquez | Escenarios
15 de junio de 2021
UNO. Sexteto de líderes rojos
Noqueado en los años 2016 y 2018 con la derrota de las gubernaturas en Veracruz, el CDE del PRI sufrió ultra contra súper madrazo el 6 de junio.
De 212 alcaldías, ganó unas 26. De 50 diputados locales, apenas, apenitas dos, y pluris. Y de 20 curules federales, únicamente una. Pepe Yunes Zorrilla, por el distrito de Coatepec.
Además, lo peor entre lo peor, 6 ex presidentes del CDE… derrotados. Incluso, aniquilados.
Renato Alarcón fue presidente del CDE y perdió la presidencia municipal de Emiliano Zapata.
Adolfo Mota fue presidente del CDE del PRI y perdió la diputación federal por Xalapa.
Héctor Yunes Landa fue presidente del CDE del PRI y perdió la diputación local plurinominal.
Gonzalo Morgado Huesca fue presidenta del CDE del PRI y perdió la diputación local pluri por su nuevo partido, Podemos.
Incluso, Ranulfo Márquez fue presidente del CDE del PRI y ahora, morenista puro, fue derrotado en la negociación poselectoral en el OPLE defendiendo al morenista Ricardo Zapata Exsome.
De postre, Elizabeth Morales fue presidenta del CDE y desertó y refugió en MORENA con las hermanas Regina y Fabiola Vázquez Saut y topó con vientos huracanados y se alejó y zambulló en la vida privada.
DOS. Dos más en la picota
El mal fario y la peor bilirrubina en contra del sexteto. Simplemente, el ocaso del poder.
Más si se considera lo siguiente:
Jorge Carvallo Delfín, otro ex presidente del CDE del PRI, logró el perdón penal del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y quiso cobijarse ahora en otro partido y hasta buscar la candidatura a una curul y nada.
La única posibilidad será, quizá, quizá, quizá, que su Sancho Panza, Marlon Ramírez, ungido por AutoDedazo diputado local pluri, deje la presidencia y Carvallo ascienda.
En tanto, Érick Lagos, el otro ex presidente del CDE, está enfermo. En el trascendido se afirma que de cáncer. Y vive retirado “del proceloso mar de la política”.
“Dios da y Dios quita” aseguraba Porfirio Díaz Mori “en la plenitud del pinche poder”.
TRES. En política no hay muertos…
Jorge Uscanga Escobar, retirado de la política, ex presidente del CDE del PRI, decía que en política nunca hay muertos.
En el caso, mucho, demasiado, costará que el tricolor resucite, digamos, entre los moribundos.
Menos, mucho menos, cuando y por ahora por ningún lado se mira un gallito o gallinita (¡Oh, Rubén Figueroa Figueroa, el cacique priista de Guerrero) con suficientes espolones para remontar el vuelo.
Tan mal le fue a Ranulfo Márquez, por ejemplo, defendiendo a Exsome que ahora en el pasillo priista manejan que lo expulsarán…
CUATRO. Delirios del poder
Palabras mayores la derrota del sexteto de ex dirigentes priistas.
En la mayor de los casos se lanzaron por un cargo de elección popular por la vía del Dedazo y el AutoDedazo, par de expresiones culturales, históricas y políticas del tricolor y que, bueno, produce demasiadas tentaciones en todos los partidos políticos.
Hay días, aseguraba Calígula, cuando me siento Dios. “Aquí mando yo” exclamó la Fiscal General de Veracruz cuando llegó al edificio de justicia para tomar posesión.
Del delirio del poder al “otoño del patriarca”.
CINCO. Sabios elefantes…
Por eso, los elefantes son tan sabios. El día cuando se sienten enfermos se apartan de la manada y buscan una cueva en la montaña y encierran a esperar la muerte.
En la mayoría de los seres humanos llega el momento estelar y digno de retirarse. Atrás vienen empujando nuevas generaciones. Y si lo olvidamos, entonces, empezamos a chochear.