Luis Velázquez
Veracruz, México.- La vida democrática en Veracruz es una falacia. La tarea de gobernar sólo se concibe con sentido patrimonialista. Los políticos, soñando con heredar el cargo público a los hijos, a las esposas, a los hermanos, a los tíos, a los primos.
La calidad de vida de la población les vale.
Mesiánicos, creen que el trono imperial y faraónico les pertenece. En el caso, las 212 alcaldías y las 3,500 sindicaturas y regidurías en puerta.
Todos aseguran que el pueblo está con ellos y que tienen, en todo caso, la confianza y el voto de la mayoría de la población.
Entre ellos, los siguientes:
La diputada local, Yazmín Copete, cabildeando para imponer a su hijo de candidato en Santiago Tuxtla.
Pero además, la alcaldesa en funciones, Lady Gucci, promueve a su esposito, ex alcalde, para ocuparse otra vez la silla embrujada del palacio.
La ex alcaldesa, ex diputada local y ex diputada federal, Marina Garay, lista con su hijito, ex diputado local (todos los cargos públicos anteriores por el PRI), como candidato independiente en San Andrés Tuxtla.
Y lo peor, con el respaldo del diputado federal, el priista Jorge Carvallo Delfín.
El alcalde de Catemaco, tres veces que ha sido, Jorge González Azamar, luchando por imponer a su esposita, María Luisa Domínguez, de candidata.
El ex diputado local y ex titular de la SEDESOL local y ex delegado federal de la Sedesol y dos veces presidente municipal, Marcelo Montiel Montiel, imponiendo a su hijo putativo, Víctor Rodríguez, como candidato en Coatzacoalcos.
El cacique huasteco, Ricardo García Guzmán, ex alcalde y ex diputado local y dos veces ex Contralor del gobierno de Veracruz, traficando influencias para otra vez ser candidato, en tanto un hijo es edil y otro diputado local.
Familia, pues, nacida para el poder y la política.
De paso, claro, el enriquecimiento ilícito.
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El alcalde de Tempoal, Patricio Chirinos del Ángel, ex diputado local y federal, listo para imponer a su esposa, Ana Lilia Cerón, de candidata.
En Chicontepec, el exalcalde, Manuel Martínez Martínez, con su hijito, Pedro Adrián Martínez, ex rector de la Universidad de “Comunidades educativas unidas”, listo para la candidatura, con la bendición, además, de la Liga de Comunidades Agrarias.
En Ixhuatlán de Madero, el doctor Víctor Manuel Espinoza, alcalde en funciones, cabildeando para que su hermano, el ingeniero Arnulfo Espinoza, sea el candidato.
Incluso, a Víctor Manuel le llaman “El Layín de la sierra”, por su gusto por las grandes fiestas con grupos musicales de renombre, “Los ángeles azules”, su preferido.
En Vega de Alatorre, donde naciera Rafael Hernández Ochoa, el alcalde Teodoro Mondragón, soñando con imponer a su esposa, María Asunción Musientes, como la candidata.
A su secretario del Ayuntamiento lo decapitaron porque según las versiones traicionó a un líder chupa-ducto yéndose con otro.
En Papantla, Rómulo Salazar, ex diputado federal, abre camino a su hija Heidi Salazar Espinoza, actual diputada federal, para la candidatura a la alcaldía.
En Tecolutla, la democracia está entre la espada y la espada.
En un lado, Guillermo Zorrilla, ex presidente municipal y ex diputado, se la juega por su esposa Fidelia Saldívar.
Y en el otro, el alcalde Wenceslao Santiago Castro, se la juega con Mayuli Ortega Guzmán, ex Miss Costa Rica, el paraíso terrenal, por cierto, descubierto por el diputado local, Vicente Benítez González, “El duartista de las maletas voladoras”.
En Martínez de la Torre, el alcalde Rolando Olivares chambea para imponer a su esposa Esperanza Vázquez, aun cuando se le está atravesando la diputada local, María Elisa Manterola, dueña con su familia de cuatro estaciones radiofónicas.
¡Ah!, pero su hermana, Martha Olivares Ahumada, ex presidenta de la CANACO y promotora de la religión cristiana, también la busca.
Más todavía: otro ex alcalde, Miguel de la Hoz Couturier, transportista de cepa, también ha levantado la mano a favor de su hijo.
3
En Perote, el ex diputado local, Manuel Yunes Velázquez, abrió paso para su señora madre.
En Emiliano Zapata, el alcalde Daniel Olmos, del PRD, empuja a su hijo para la nominación.
En Paso de Ovejas, la alcaldesa Ana Rosa Valdés, fallida candidata a diputada local, lanza a su esposo, Adolfo Ramírez, ex presidente municipal y ex diputado local, otra vez para el trono imperial y faraónico.
En Atoyac, el ex alcalde panista, Agustín Mollinedo, empuja a su esposa, Linda Huerta, alardeando que son líderes en la cabecera municipal y en la región serrana.
En Ciudad Mendoza, el arzobispo Hipólito Reyes Larios, gurú de Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán, abre puerta para su sobrino Jorge David Reyes Vera, derrotado como candidato a diputado federal.
En Cosamaloapan, dos veces alcalde y dos veces diputado local, Juan René Chiunti Hernández quiere otra vez la silla edilicia, luego de que también lanzara a su esposa en contienda anterior y fue derrotada.
En Ángel R. Cabada, Arturo Hérviz, tres veces alcalde, ex diputado local y federal y ex senador de la república, otra vez busca la silla municipal.
En Minatitlán, el líder petrolero de la sección 10, el vitalicio Jorge Wade, quien por ahora usufructúa la alcaldía y la diputación federal, sueña con regalar la silla a su hijito, Jorge Wade junior.
Y en Boca del Río, el gobernador azul ha amarrado la candidatura para su hijo, el senador Fernando Yunes Márquez.
Así, y entre otros casos, la democracia en Veracruz está hecha polvo.
El destino social con la pobreza, la miseria y la jodidez de la población a nadie interesa.
La búsqueda del poder… por el poder mismo, en todos los casos con utilitarismo.
La pugna barata y ramplona entre las elites.
En contraparte, las remesas del millón de paisanos en Estados Unidos, la mayoría como migrantes, se han convertido en el sostén de la economía local ante el gran fracaso de la política económica, social y educativa.