- Medios y Cuitlamanía
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. Los medios en la Cuitlamanía
Fue en la Academia de Policía de “El Lencero”. Graduación de polis. Entonces, por “las benditas redes sociales” que así les llama AMLO, el presidente, llegó el avisito a los medios afines. Han de acreditarse.
Y la acreditación pasaba por los filtros siguientes:
A: El trámite solo se efectuará de 10 a 11 horas del día anterior.
B: El evento será a las 10 horas del día 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, en “El Lencero”. Y cada reportero habrá de llegar de 9 a 9:30 horas. De lo contrario, quedará fuera.
C: El mero día, primer filtro, la muestra del gafete de acceso.
D: Luego, otro filtro más, para anotar la hora de llegada de cada medio.
Allí un poli dijo a Noé Zavaleta:
“Usted no parece corresponsal de Proceso”
“¡Ah, chingao” se dijo Noé. Entonces, pensó decirle:
“Usted tampoco parece policía”.
Pero aguantó vara.
E: Otro filtro: unas edecanes sabrosas volviendo a checar la credencial de reportero, el medio y la acreditación.
“Pase usted” decían las chicas fingiendo una sonrisa.
Antes de las 9:30 am, unos 35 reporteros, fotógrafos y camarógrafos esperando las diez horas para el evento.
Llegó la hora. Y pasó y pasó el tiempo.
Nunca llegaron el gobernador, ni el secretario General de Gobierno ni el secretario de Seguridad Pública. Tampoco el vocero.
En sus lugares aparecieron el subsecretario de Gobierno y el director de la Academia de “El Lencero” y el presidente municipal de Coatzacoalcos.
Y ni hablar, los trabajadores de la información sopesaron la cosecha periodística y se fueron con el director de la Academia, quien acuñara frase bíblica:
“El narco, dijo, ha de combatirse con imaginación”.
Tanto protocolo, incienso y cacayacas para nada.
DOS. Las asesoras del vocero
De Iván Luna, el vocero de la Cuitlamanía, dicen que ya experimentó cambios en su vida pública.
Antes, mucho antes, se aparecía en la campaña electoral, por ejemplo, con una playerita o una camisita. Ahora, ya usa saco.
Antes, andaba solo y su alma, desechado por una parte del gremio reporteril quien lo señalaba de inexperiencia y cero relación con el frente de batalla y sin oficio político y muy verde.
Ahora, según versiones, ya tiene un trío de asesoras que lo llevan “en el proceloso mar de la información pública”.
Una, Mónica Mendoza, quien fuera vocera de la alcaldesa priista, Carolina Gudiño Corro y maestra en el Colegio Hispano, donde le dieran las gracias por faltista.
Dos, Benita González, la ex presidenta de esa cosita llamada Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, cuando le apodaran “La dama de los velorios” por asistir a los velorios de los reporteros asesinados en el duartazgo y que era su tarea subliminal.
Y tres, Estefanía Yépez, quien soñaba con la dirección de Comunicación Social.
TRES. Excesivo burocratismo
El 5 de noviembre, el corresponsal de Proceso en Veracruz, Noé Zavaleta, heredero de Regina Martínez, solicitó al vocero Iván Luna el currículo de Hugo Gutiérrez Maldonado, secretario de Seguridad Pública.
El vocero tardó ocho días para una respuesta y fue hasta el día 13 cuando se la envió y la que, por cierto, era la misma pegada en Internet, como para entonces, ya la había ubicado Noé Zavaleta, además, claro, de googlear el nombre del secretario y aparecer su mal karma dejado en Nuevo León.
Pero, bueno, quedó denotado y connotado el servicio profesional de comunicación social.
CUATRO. Y Cuitláhuac reculó…
La Cuitlamanía celebra el llamado “Día Mundial del Periodista”. Convoca al palacio de gobierno de Xalapa a los medios.
Y entre otras cositas, primero, anuncia y devela el Memorial de los Reporteros asesinados y desaparecidos en la yunicidad y el duartazgo, y en donde quedaron mezclados para la historia “tirios y troyanos”, ángeles y Luzbeles.
Después, el anuncio del Premio Estatal “Regina Martínez” para entregarse dos veces al año (Día Mundial del Periodista y Día de la Libertad de Expresión) a reporteros, columnistas, fotógrafos y editores.
Entonces, por ahí aparecieron unos reporteros con cartulinas de protesta exigiendo y reclamando justicia para los periodistas asesinados con la captura de los asesinos físicos e intelectuales.
Y la protesta creció y creció, a tal grado que el gobernador reviró y dio marcha atrás y suspendió el Premio, porque, además, nadie de Comunicación Social informó a Cuitláhuac, pero desde hace ratito “Los normos” tienen el Premio Estatal “Regina Martínez”.
Pero además, si tal era, entonces, caray, un poquito de neuronas habrían sido suficientes para el cabildeo y llevar la fiesta en paz.
Una protestita, una marchita en la oficina del palacio, bastó para que el góber reculara.
Digamos, la prudencia y la mesura antes, mucho antes de apagar el fuego con gasolina.
CINCO. Los usurpadores…
¡Ah!, la protesta de “Los normos” también sirvió para rafaguear a la Comisión Estatal de Protección a Periodistas, donde la titular gana unos 70 mil, 80 mil pesos de sueldo mensual, casi a nivel de secretario del gabinete legal, y los Comisionados, entre unos 25 mil a 40 mil pesos…, por hacer nada, más que lanzar incienso desde sus espacios periodísticos.
Así, el hijo del reportero Moisés Sánchez, asesinado en Medellín, su pueblo, el 2 de enero del año 2015, el primero del año en Veracruz y en el país, se unió al Solecito y solicitó la destitución del Fiscal Jorge Wínckler (¡qué raro y extraño!) y luego la renuncia de la presidenta de la CEAPP, Ana Laura Pérez, y los Comisionados.
La vida pública, entonces, en blanco y negro. Los liberales conservadores y los liberales puros. Como quien dice, “los tirios y los troyanos”. Los que están arriba, encumbrados, y los que están y siguen abajo. Los que arrojan incienso al Príncipe y los que evidencian.
Incluso, el viejo régimen contra el nuevo régimen, aun cuando, y en mucho y con mucho, “sea la misma gata, pero revolcada”.
¿Para qué el Memorial de Periodistas asesinados, si ninguna autoridad ha detenido a los homicidas físicos e intelectuales?
¿Para qué el Premio Estatal “Regina Martínez”, lo otorgue quien lo otorgue, cuando, y además, los familiares de don Julio Scherer García rechazaron la medalla “Belisario Domínguez” concesionada por el Congreso de la Unión?
¿Para qué el cambio del Parque Lerdo a Parque Regina Martínez?
¿Para qué el cambio del Palacio de Gobierno de Xalapa por el Palacio del Pueblo, como le llamaban en Rusia?
¿Para qué el trío de asesoras a Iván Luna, si es que, como según las versiones, es cierto? ¿Y las necesita? ¿Para qué, con qué sentido, con qué visión estadista?
¿Para qué tanto protocolo para acceder a la Academia de Policía?