Piñadero | Editorial
Mientras el gobierno de Irineo Molina le apuesta a la distracción social –contratando grupos musicales con millonarios recursos públicos– los terrenos de la seguridad pública han sido abandonados. Prueba de ello, el alto número de autos desmantelados en menos de una semana.
Y es que, de acuerdo a las víctimas, en las comunidades y colonias no existen, no se ven, los recorridos de la policía municipal que el edil presume realizar para fortalecer la seguridad en la ciudad.
Lamentablemente, el hampa actúa tan libre y descaradamente como si existiera complicidad. Suena fuerte, pero es una realidad que, a los ojos del pueblo, es innegable.
De esto nada ha dicho Irineo Molina quien, tal parece, anda más preocupado en ensayar el sax para aprovechar los escenarios de los grupos musicales que se presentan en el marco de las famosas Fiestas de la Ciudad.
Al final, podría leerse por su conducta, el pueblo no importa, que siga sufriendo los golpes del hampa. Mientras haya fiesta, lo demás, es lo de menos. ¡Viva las Fiestas de la Ciudad! ¡Viva Irineo Molina!