Luis Velázquez | Malecón del Paseo
21 de mayo de 2021
EMBARCADERO: Suetonio escribió el libro “Los Doce Césares”… Es la historia de doce emperadores de Roma… De principio a fin permea un vaso comunicante… Estudia el ejercicio personal del poder y de gobernar de cada uno de aquellos jefes máximos, que lo eran todo, y de igual manera como el presidencialismo en México, imponían su ley en “el país de un solo hombre”… Suetonio se zambulle en el carácter, el temperamento, la forma de ser, pensar, actuar y reaccionar de cada uno…
ROMPEOLAS: Entre otras cositas, asienta que un ser humano se mueve en la vida por cuatro resortes… Uno, cuando tomas las decisiones en base a las neuronas, la frialdad, la mesura y la prudencia, la actitud fría ante los hechos internos y externos… Dos, cuando en base al corazón, los sentimientos y emociones por encima de las neuronas… Tres, en base al hígado, cuando su día con día lo define a partir del coraje, la indignación, el rencor y el odio, y la venganza desde luego, incluso el berrinche… Y cuatro, cuando sus grandes decisiones las define a partir del sexo…
ARRECIFES: Suetonio dice que lo más importante en un político es moverse en la vida en base a las neuronas… Es decir, decisiones asumidas a partir del análisis frío y riguroso, bien informado y documentado, reflexivo, prudente, tranquilo y mesurado y calculador… Sin dejarse vencer ni dominar por la pasión y los sentimientos y las emociones y el acelere… Lo peor que ocurre a un político, dice Suetonio, es llegar al poder con rencores y odios anidados y fermentados, porque entonces, utiliza al poder para ajustar cuentas con los demás y con quienes se la deben… Es decir, para vengarse…
ESCOLLERAS: Un político frío era Fernando Gutiérrez Barrios… Otro, Joseph Fouché, el súper Policía de la Francia de Napoleón Bonaparte… Frío también Gustavo Díaz Ordaz… Incluso, y con todo, Carlos Salinas de Gortari… Frío, frío, frío, Fidel Castro Ruz… En contraparte, en la política abundan los políticos de mecha corta, aquellos que luego luego se encienden y prenden… Y lo peor, por aquí ascienden al poder viven para vengarse… Y avasallan con el único objetivo de ajustar cuentas con adversarios y enemigos, pero también con los amigos que fueron y según ellos los traicionaron…
PLAZOLETA: Benito Juárez fue un político frío, cerebral y calculador… Francisco Ignacio Madero también lo era, pero se dejaba arrastrar por los médiums, en quienes creía… Además, ligero del corazón, pues, y por ejemplo, por más que su hermano Gustavo le demostró con pruebas que Victoriano Huerta lo estaba traicionando, nunca le creyó… Y hacia el final de los días, Huerta
ordenó que lo mataran en las goteras de la Ciudad de México al mismo tiempo que al vicepresidente, José María Pino Suárez, y con el tiro en la espalda y el tiro de gracia…
PALMERAS: “En la plenitud del pinche poder”, los políticos, dueños del día y de la noche, dueños del presupuesto, dueños de las policías y las cárceles, dueños de parte sustancial de los Poderes Legislativo y Judicial, dueños de parte de los medios, etcétera, han de vivir para la concordia tanto política como social… Pero del “dicho al hecho” hay distancia de mil años luz… Y por lo general, las tribus políticas y sus jefes viven para vengarse con el hígado por delante… Las neuronas, a un lado, como un estorbo… “Aquí mando yo” diría aquella… “Yo soy el Estado” exclamó Luis XIV… “A veces me siento Dios” decía Calígula…
