Luis Velázquez | Expediente 2021
17 de abril de 2021
Las campañas electorales llegaron y también el rafagueo de la 4T en Veracruz. En los días que caminan, por ejemplo, la Magnum de la purificación moral encima de Miguel Ángel Yunes Linares. Que el gobierno del estado está pagando los bienes que el antecesor recuperó. Y que lleva dos años buscándole la forma legal. Y que Yunes los expropió, pero que la 4T los está pagando.
Se ignora si es cierto. Pero de cara a las elecciones de treinta diputados federal y 50 locales y 212 presidentes municipales y “más de dos mil cargos públicos a repartirse” tan solo en Veracruz (según dice el presidente estatal de MORENA), el bombardeo resulta explicable.
Le están pegando a la cruz azul para ganar indulgencias en el paraíso terrenal a la hora de las urnas.
En cada proceso electoral la misma historia se reproduce. “Tirios contra troyanos” se dan, como dice el viejito del pueblo, “hasta por debajo de la lengua”.
Incluso, con todo y que desde el poder llamaron a la concordia y la civilidad.
Pura lengua.
Un buen litigante diría, por ejemplo, que si la yunicidad cometió ilícitos y si el reino de Cuitlalandia tiene “más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa”, entonces, más, mucho más impacto social, político y electoral causa detener y encarcelar a los presuntos culpables de las irregularidades que pasar los días apretando el gatillo.
Más, cuando únicamente enuncian la presunta irregularidad, creyendo que la mitad de la población electoral y la otra mitad cree, a ciegas, en la palabra oficial de la 4T.
Ni hablar, decía el personaje novelesco de Carlos Fuentes Macías, “¡Aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer!”.
Más cuando en cada comicio el intercambio de barajitas entre el gobierno en turno y los partidos políticos y los candidatos se convierte “en el pan nuestro de cada día”.
MANOTAZO ANUNCIADO
En Xalapa, la civilidad también fue rota.
El candidato de MORENA a la presidencia municipal, el ex priista con carrera meteórica (alcalde y diputado local y federal), Ricardo Ahued Bardahuil, tiró escopetazo en contra del priista David Velasco Chedraui, su rival en la contienda, asegurando que el hecho de ser empresario (como ellos dos) en ningún momento garantiza un buen gobierno.
En contraparte, el góber obradorista anunció desde los Idus de Marzo que en Veracruz hay narcoalcaldes y narcopolíticos y narcoprecandidatos y contra quienes irían
Los días y los noches han caminado vertiginosos y violentos arrasando de paso con el asesinato de otros ex ediles, y al momento, ningún narcoalcalde, narcopolítico o narcocandidato detenido.
Nadie dudaría de que la 4T espera el momento estelar de las campañas para asestar el manotazo, noticia de 8 columnas que hunda en el abismo electoral y social a los partidos y candidatos adversarios y enemigos.
El hecho político indicativo y significativo está, sin embargo, en que de igual manera como en otras regiones geográficas del país en Veracruz sigue lloviendo lodo y por todos lados.
Y las tribus partidistas con sus candidatos “agarrándose del chongo” creyendo que así convencen a la población electoral.
La vieja película en blanco y negro del año 2018, por ejemplo, con la disputa a gobernador jarocho se está reproduciendo.
Campañas de lodo. El descrédito y el desprestigio de unos contra otros. Jalarse la cobija como estrategia cívica.
¡Cuánta razón del viejito roñoso del pueblo de que si quieres conocer el nombre de tu padre real metete a la política y en un dos por tres lo conocerás!
LIGADOS EL PASADO Y EL PRESENTE
Yunes Linares fue más efectivo. Antes de tomar posesión, entre otras cositas, andaba correteando a Javier Duarte como desaforado. Y si Duarte salió huyendo a Guatemala, en Guatemala lo persiguió.
El primer año fue turbulento y huracanado. Encarceló a unos treinta funcionarios de varios niveles en el penal de Pacho Viejo, acusados del presunto desvío de recursos. Privó de su libertad a unos sesenta policías señalados de desaparición forzada, la alianza sórdida y siniestra de políticos, jefes policiacos, policías y carteles y cartelitos.
Y si en el primer año de la 4T muchos alcanzaron la libertad, el trascendido ahora es que el ex Fiscal General, Jorge Wínckler, entregó expedientes frágiles y débiles, sin la documentación y el sustento necesario, y lo que de ser así, implica una responsabilidad para el prófugo de la justicia, de quien se afirma está y anda más solo que nunca.
Y cuando en el año 2018 llegó la campaña de los candidatos a gobernador, y en donde el primogénito fue lanzado por el PAN, Yunes Linares tenía ya demasiado camino andado en el ajuste de cuentas y la procuración de justicia.
Dos años y 4 meses después, el gobierno obradorista de Veracruz todavía sigue cuchareando la posibilidad de encarcelar a Yunes Linares… que por eso mismo el bombardeo político, social y mediático.
En su cartuchera tienen demasiadas balas para el tiroteo. Incluso, nadie dudaría de que se prolongará hasta el año 2024 cuando llegue el momento de la sucesión del jefe del Poder Ejecutivo Estatal.
Y Federal, claro, considerando, como siempre, que el partido y el candidato que ganen Veracruz, el Estado de México y la Ciudad de México, con la más alta expectativa electoral, quedará con la silla embrujada del palacio.