En Helios Salud ya cuentan con la vacuna contra el dengue.
Se puede aplicar sin turno previo ni demoras en cualquiera de sus sedes.
Fue un hito significativo en la batalla contra el dengue, la vacuna ofrece una nueva esperanza en la prevención de esta enfermedad viral transmitida por mosquitos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las últimas décadas, la incidencia de dengue ha aumentado. Se estima que se producen 390 millones de infecciones por el virus del dengue cada año.
“El dengue es una enfermedad viral, transmitida por mosquitos Aedes aegypti, con gran potencial epidémico y ocasionada por cualquiera de los cuatro serotipos virales (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4). La infección por un determinado serotipo brinda inmunidad homóloga (para ese serotipo) de larga duración y solo protege a corto plazo para otros serotipos. Es decir, no genera inmunidad cruzada, lo que significa que una persona puede infectarse y enfermar cuatro veces”, destacó la Dra. Laura García Alonso de Helios Salud.
La especialista agregó: “El virus se transmite al ser humano por medio de la picadura del mosquito Aedes aegypti. Las hembras suelen depositar los huevos en objetos en los que se puede acumular agua. Estos objetos son frecuentes en el interior del domicilio en área peridomiciliaria”.
La médica señaló que “el hombre infectado es el principal portador y multiplicador del virus, ya que no se transmite de persona a persona. El mosquito se infecta cuando pica al enfermo, antes de que aparezca el período febril (un día previo) y hasta el final de este (5-6 días). El mismo se vuelve infectante (periodo de incubación extrínseco) entre 7 y 14 días después de alimentarse con sangre humana que contiene al virus, y lo sigue siendo toda su vida”.
El dengue, la enfermedad viral propagada por mosquitos
El dengue es una enfermedad sistémica y muy dinámica, en la que en pocas horas un paciente puede pasar de un cuadro leve a un cuadro grave. Al inicio de la fiebre, no es posible predecir si el paciente tendrá síntomas y signos leves todo el tiempo, o si evolucionará a una forma grave de la enfermedad. Por lo tanto, el equipo de salud debe realizar un seguimiento estricto del paciente, y éste junto a su grupo familiar deben estar atentos a los signos de alarma, controlando a todo paciente con dengue hasta al menos 48 horas de finalizada la etapa febril.
García Alonso consideró que las formas de presentación y la gravedad de la enfermedad varían con la edad. “En los niños, especialmente lactantes, habitualmente es asintomática (80%) o similar a otros cuadros virales, con fiebre, decaimiento, inapetencia, dolor de garganta y rash, autolimitada. En estas formas de presentación el antecedente epidemiológico es fundamental para la sospecha clínica”, aseguró.
Además, la médica enfatizó que el dengue a dengue clásico o “fiebre quebrantahuesos” es la forma de presentación más frecuente, con un cuadro febril agudo (≥ 39°C) de hasta 7 días de duración, sin síntomas respiratorios, presencia de malestar general, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas y vómitos. Alrededor del 50% de los casos se acompañan de exantema pruriginoso que se inicia en el tronco y se extiende a extremidades y afecta las palmas y las plantas. Puede ser fugaz o persistir varios días. En un 30% puede presentar hemorragias leves como gingivitis, hemorragias nasales, petequias, etc.
Por último, García Alonso expresó: “La enfermedad grave se desarrolla hasta en un 5% de los pacientes y probablemente se relacione con una mayor virulencia de la cepa circulante o factores del huésped. Entre ellos, se mencionan los menores de un año, embarazadas, adultos mayores de 65 años, o condiciones subyacentes como diabetes, obesidad, hipertensión, asma, coagulopatía, enfermedad hepática crónica, enfermedad hemolítica, enfermedad renal, etc. Se ha asociado más a los serotipos DEN 2 y DEN 3”.
El riesgo de padecer dengue grave también aumenta cuando la infección por un determinado serotipo es seguida por una nueva infección por un serotipo diferente. En estos casos, los anticuerpos generados contra un primer virus no son capaces de neutralizar al virus que ocasiona la segunda infección, pero se unen a él facilitando su entrada a las células, y potenciando la infección, llegando incluso a células que normalmente no infectaría.
Esta situación puede ocurrir hasta muchos años después de ocurrida la infección primaria, pero no implica, necesariamente, que toda infección secundaria conduzca a dengue grave.
El dengue grave puede, en algunas ocasiones, iniciarse como un dengue clásico y luego de 4 o 5 dias la temperatura disminuye y aparecen manifestaciones hemorrágicas, perdida de plasma por aumento de la permeabilidad vascular y presencia de colecciones liquidas en cavidades serosas (derrame pleural, ascitis, derrame pericárdico) que pueden conducir a un shock.
La recomendación del Grupo Asesor de Expertos de la OMS es que la introducción de una vacuna del dengue debe ser parte de una estrategia global de control de la enfermedad junto con una comunicación adecuada, el control de vectores sostenido, la atención clínica basada en la evidencia y una estricta vigilancia epidemiológica.
La vacuna Qdenga® del laboratorio Takeda, fue aprobada por ANMAT en abril de 2023 y ya se encuentra disponible en la Argentina.
Es una vacuna a virus vivo atenuado, tetravalente (contra los cuatro serotipos dengue), producida mediante tecnología de ADN recombinante.
Está indicada a partir de los 4 años con esquema de dos dosis (0 y 3 meses) para todos aquellos individuos que hayan o no parecido una infección previa por cualquiera de los serotipos del virus dengue. No se ha establecido necesidad de revacunación y se administra por vía subcutánea.
Las contraindicaciones de esta vacuna incluyen:
Hipersensibilidad a los principios activos o a alguno de los excipientes incluidos en la vacuna, o hipersensibilidad a la dosis previa de Qdenga®
Personas con inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, incluidos los tratamientos inmunosupresores como la quimioterapia o altas dosis de corticoesteroides sistémicos (p. ej., 20 mg/día o 2 mg/kg de peso corporal por día de prednisona durante dos semanas o más) en las cuatro semanas previas a la vacunación, al igual que con otras vacunas atenuadas vivas.
Personas con infección sintomática por VIH o con infección asintomática por VIH cuando va acompañada de indicios de deterioro de la función inmunitaria.
Mujeres embarazadas.
Mujeres en periodo de lactancia.