Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Con su telenovela “La candidata”, Televisa ha mostrado lo peor de la política… Lo más bajo, lo más atroz, lo miserable… Incluso, a punto de terminar, ha quedado claro que de igual manera como en la vieja Roma, la política saca a flote la ruindad de la naturaleza y el corazón y las neuronas… Por ejemplo, los políticos con un ejército de sicarios, escoltas, guardaespaldas, que asesinan a sus enemigos, de igual manera, digamos, como en la revolución alcanzara su máxima dimensión, y que significaba el método infalible para derrotar en las urnas a los adversarios… Pero además, las elites políticas disputando el poder para corromperse, y como dijera el Auditor Superior de la Federación en el caso de Javier Duarte, que ante nada se detienen con tal de quedarse con el botín de guerra… Y de igual modo como siempre ha ocurrido, la alianza entre políticos y carteles y cartelitos para traficar con la droga, y al mismo tiempo, para matar a los enemigos comunes… Peor tantito: los políticos repartiéndose tanto el erario como las ganancias en los negocios ilícitos, entre ellos, la distribución y la venta de la droga… Y de paso, la prostitución en que los políticos aparecen como dueños de los antros, en donde tienen a su amante como la madame, como por ejemplo sucediera en el México de Plutarco Elías Calles, en que la fama pública siempre registró que Abelardo L. Rodríguez, uno de los que “El turco” impuso como presidente de la república, era dueño de casas de citas en la frontera norte… Además, todos los políticos con segundos y terceros “frentes”, casas “chicas”, hijos alternos… Lo peor: en ninguno de los capítulos que Televisa ha transmitido de “La candidata” aparece el bienestar social como eje central, vaso comunicante, prioridad número uno de la vida pública… Primero, después y al último lo predominante es el enriquecimiento ilícito, con sus hermanitas gemelas, como son la corrupción, la inseguridad y la impunidad…
ROMPEOLAS: En “La candidata”, el gobernador quien ha mudado a candidato presidencial, tal y como ha sucedido en el país (Enrique Peña Nieto y Vicente Fox Quesada los últimos ejemplos) lo mismo cohabita, y en la oficina gubernamental, con su vocera y con la secretaría de Salud y con la amante de su propio padre… Y oh naturaleza humana, la vocera que hace el sexo con su jefe, también lo practica con el hijo del jefe, y con un reportero… Y ni hablar, ante el triángulo pasional y la vorágine sexual desbordada, la esposa del gobernador, quien también es senadora, tiene su amante, a su vez, un senador… Y la esposa del senador oscila entre el alcohol, el juego y el sexo, y se hace amante del jefe de prensa de su esposo… Y el padre de la esposa del gobernador tiene a su vez un prostíbulo con su amante, además de un ejército de sicarios que secuestran, asesinan y desaparecen, incluso, hasta metidos en la trata de blancas en la frontera norte… En tal círculo del poder aparece un empresario, igual de corrupto que todos los políticos de la telenovela, también metido en el lavado de dinero y aliado con los barones de la droga, obsesionados con la rebatinga del poder presidencial, con el único y exclusivo objetivo de acumular más y más y más riqueza… Y para alcanzarla, dispuestos a todo, tal cual sucede en la vida cotidiana: corrupción, tráfico de influencias, compra de lealtades, intrigas, perfidias, droga, prostitución, sicarios, crímenes y cárcel para los políticos incómodos…
ASTILLEROS: En la telenovela aparecen los medios… El uso sórdido de la prensa… Un reportero que en nombre de la libertad se “corta las venas”, pero que al mismo tiempo, sucumbe, por un lado, al sexo, y desde el tálamo se vuelve manipulable, y por el otro, está al servicio de un grupo político… Pero más aún: el empresario, metido a la política y al negocio de la droga con el lavado de dinero, y con pistoleros a su servicio, compra la mayor parte de las acciones de la televisora (sin ninguna referencia, ajá, a Televisa), y por añadidura, impone sus reglas políticas… La prensa, pues, sumisa ante el poder político… Lo más ruin y miserable de la política en “La candidata” con la subyugante Silvia Navarro, a quien en la telenovela, su esposo, el gobernador, uno y otro compitiendo por la sucesión presidencial, espía y ordena filmar en el acto sexual impetuoso, frenético, loco, apasionado, febril y avasallante… Y es que así, el góber aspira a tener una prueba de su infidelidad, pero más aún, el video para publicar en la prensa servil y descarrilar su candidatura… La política llevada a la pantalla casera… En el siglo pasado, en las películas publicaban un pie de página advirtiendo que “ningún parecido tenía con la vida real, y si lo tenía, era pura coincidencia”… Pero “La candidata” parece el espejo real de la vida en México en el siglo XXI…