•Todo sea por el tlatoani…
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. “Con usted, hasta la ignominia”
En el siglo pasado, una frasecita cimbraba a las elites políticas, tiempo, por ejemplo, de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez con el movimiento estudiantil del 68:
“Con usted, señor presidente, hasta la ignominia”.
Y el viernes 31 de mayo, cuando AMLO estuvo de gira en Coatepec, “a las puertas de la montaña de Veracruz”, una multitud de campesinos enervados, molestos, irritados, encabritados, le gritaron:
“Miente, miente, señor presidente”.
Entonces, y de acuerdo con la crónica del maestro Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso, unos funcionarios del gabinete de Cuitláhuac García expresaron su enjundia, entrega y pasión política en defensa del jefe máximo, el tlatoani, el gurú, el tótem de la nación, AMLO…
DOS. Los chairos de Cuitláhuac
Por ejemplo:
El secretario de Salud, doctor Roberto Ramos Alor, conocido en “las benditas redes sociales” como “El besucón” por aquel besito inolvidable a un chico sureño, “se colgó de la valla metálica (como un chimpancé del árbol) para arengar a enfermeros y doctores del sector hospitalario” gritoneando el lema de guerra:
“Es un honor/ estar con Obrador/ es un honor/ estar con Obrador”.
Entonces, y quizá para ganar indulgencias en el cielo morenista, el vocero de Cuitláhuac, Iván Luna, “alertargado segundos antes con su teléfono móvil, mostró el puño en alto y lanzó vivas y porras” a AMLO para, digamos, acallar los gritos de los antorchistas.
“A la Contralora Leslie Garibo no le importó echar a perder su peinado de salón para el evento presidencial y se sumó a las porras de respaldo a López Obrador”, como aquel domingo 16 de septiembre de 1810 cuando el padre Miguel Hidalgo llamó a los feligreses a unirse a su guerra de Independencia y lo siguieron sesenta campesinos, los únicos en la misa de 7 de la mañana.
Quiso entonces Consuelo Thomas, la expanista (la derecha radical) derrotada en las urnas como candidata a diputada federal, ahora morenista (izquierda radical) silenciar “la estruendosa protesta de la central campesina” y también gritoneó y gritoneó como una “Sierva de la nación”, una chaira.
TRES. Arengar y azuzar, la estrategia
En el tiempo de MORENA y la Cuarta Transformación, los morenistas han expresado la gran estrategia para, igual que en el tiempo priista y panista, ganarse el pan, la torta y el itacate.
Por eso, quizá, algunos secretarios del reino de Cuitlalandia fueron colocados en medio de la multitud, al frente algunos de la alambrada y las barricadas, por si era necesario arengar a la población para que nada ni nadie incomodara al señor presidente.
Incluso, así sean un centenar de antorchistas cuyas voces pueden opacarse, desdibujarse, con porras tipo “barra brava” futbolera.
Desde luego, nunca antes se había visto que unos secretarios del gabinete legal se pusieran al frente de las porras encendidas para defender al tlatoani y de seguro serán premiados con algún bono mensual a su productividad.
El nuevo concepto de la lealtad en tiempo de MORENA. “Va mi espada en prenda” decía aquel. Arengar, azuzar, encender, prender la mecha social de “los acarreados” en contra de los antorchistas.
Veracruz, en la 4T.