Luis Velázquez Escenarios
22 de julio de 2019
UNO. “Los chicuarotes” de Gael García
Gabriel Gael García, habla 5 idiomas, ex noviecito de Natalie Portman, ha dado el siguiente paso para escalar más y más. De actor, a director de cine. Su segundo documental está en los cines. Se llama “Chicuarotes”.
Un chico define así el documental: es la historia de unos jóvenes para salir de la pobreza y la miseria, pero para terminar igual o peor.
Está basado en la historia, mitad realidad, mitad ficción, de un pueblo cerca de Xochimilco, en la Ciudad de México. El pueblo, igual que la Comala de Juan Rulfo, se llama “San Gregorio Atlapulco”. Y a sus habitantes les llaman “Chicuarotes”, conocido como un chile muy picante y muy duro y así el gentilicio expresa a unos hombres recios, fuertes y luchadores.
Todos, sin embargo, atrapados y sin salida en la jodidez.
En el pueblo hay como en tantas regiones del país, pobreza, miseria, falta de oportunidades laborales, cero acceso a la educación y a la salud, y el total abandono de la política económica y social.
El documental ha sido exhibido en el extranjero, Gael García, un artista universal.
DOS. El sueño se desmorona
Los “Chicuarotes” es la historia de dos jóvenes soñadores. En la primera parte del filme aparecen como unos payasitos contando chistes en los autobuses de pasajeros pidiendo una limosnita.
Luego, y ante el rechazo de los pasajeros, los asaltan con una pistola en mano.
Después, sueñan con comprar una plaza de trabajador de la Comisión Federal de Electricidad, CFE, en veinte mil pesos.
Y juntar el dinerito se vuelve una obsesión.
Entonces, primero, se alían con un malandro para asaltar una tienda comercial, pero aquella tarde/noche el dueño depositó los ingresos del día en el banco y nada dejó en caja.
Uno de ellos decide llevarse unas cuantas mudas de ropa femenina para vender.
En el regreso a casa los detiene una patrulla con un par de mujeres policías. Y se llevan al joven malandro, play boy en el barrio… para violarlo.
Así, dan el siguiente paso para juntar los 20 mil pesos y secuestran a un niño.
Y los descubren. Y están a punto de lincharlos.
Y el sueño se desmorona. Y lo peor, perseguidos por el padre del chico plagiado y los vecinos, huyen del pueblo.
TRES. “Pobre eres y pobres morirás”
El documental termina cuando uno de los payasitos es asesinado por un sicario del padre del niño secuestrado.
Y el otro huye con su novia y quien desde un principio estuvo en contra del plagio.
En el autobús donde viajan, de pronto, se bajan y se detienen para mirar un bello paisaje. Luego, la chica sale huyendo por la carretera interminable y deja solo a su chicuarote, soñando con la eternidad.
La historia de pobreza y miseria se vuelve circular. En el relato bíblico está escrito. “Pobres eres, pobres seguirás y pobre morirás”.
La lucha de la mayoría poblacional para salir de la jodidez y soñar con tiempos mejores.
Más aún si se considera que ningún ser humano fue traído al mundo para ser infeliz, sino por el contrario, con los mejores deseos y amor para alcanzar la felicidad plena.
Pero la vida es distinta. Bastaría recordar que de 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz están en la miseria y la pobreza según el INEGI y el CONEVAL.
Los chicuarotes se ubican en Xochimilco, pero igual o peor está la población en el resto del país.