- El góber sabadaba
Luis Velázquez/Escenarios
Veracruz.- UNO. Cuitláhuac, el polisémico
Hay un Cuitláhuac García político. Y un Cuitláhuac solterón de 50 años. Un Cuitláhuac fifí, sabadaba y salsero. Un Cuitláhuac tuitero. Un Cuitláhuac, con novia modelo de Liverpool.
Un Cuitláhuac, el político más poderoso de Veracruz, como es el gobernador, así sea Javier Duarte (preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México), Fidel Herrera Beltrán (“El pinche poder”), Miguel Alemán Velasco (“No me contrataron para semental”), Patricio Chirinos (“El respeto al sexenio ajeno es la paz”), y Agustín Acosta Lagunes (“La violencia es inevitable, ni modo”).
Es el gobernador. Y de acuerdo con la historia, igual que a Fidel Castro Ruz, será absuelto o condenado, pero él solito, sin la mayoría del gabinete legal y ampliado, como capitán del barco que es.
Y cada acción expresa o manifiesta en cada día y noche que ejerce el poder, le va construyendo su presente y su futuro.
DOS. Los dueños del poder
En el carril político afirman que el secretario General de Gobierno, lo ha rebasado, y además de estar adueñado de la cancha mediática está la percepción de que se ha apropiado de las neuronas del gobernador.
Casos, por ejemplo, de la emboscada a migrantes en los límites de Isla y Rodríguez Clara, Actopan (los 7 paisanos agredidos por la Fuerza Civil) y Chinameca (con la caída del proyecto del relleno sanitario).
Además, la versión de que la mayor parte de los cargos públicos fueron posiciones para el trío de morenistas Rocío Nahle, Ricardo Ahued Bardahuil y Ricardo Exsome Zapata.
Además de que un primo, Eleazar Guerrero, subsecretario de Finanzas y Planeación, impuso a los directores administrativos de las secretarías del gabinete legal.
TRES. “Vendrán tiempos bonitos”
Lo peor:
La política de Comunicación Social nunca pudo encontrar la famosa brújula que Sócrates y Séneca regalaban a los suyos para guiarse en el camino de la vida sin perder el rumbo.
Por ejemplo, resulta insólito que el góber esté cortando el listón del reencarpetado de una que otra calle (Villa Aldama y Xalapa), gritoneando que se trata de una obra pública sin precedente y que vendrán más y que “los tiempos bonitos y los tiempos mejores” están tocando a la puerta de los 212 municipios.
Más peor, si se considera que desde el lado oficial suelen publicar fotos donde el góber está solo o acompañado de “El dos de palacio” cortando el listón en una calle larga y extendida, con cero público.
Peor aún, si la constante se ha venido repitiendo, como en el caso de los secretarios de Estado de quienes se ignora su chamba productiva para empujar el bienestar social de los 6 millones de habitantes de Veracruz en la jodidez.
CUATRO. Entre la pequeñez y la grandeza
Siete semanas después, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, es indicativo que nadie conoce el Plan Estatal de Obra Pública, y por el contrario, el góber sigue repitiendo los programas federales de AMLO.
Y si se considera que las pasiones suelen provocar tempestades, el peor estribillo es ahora con el desabasto de gasolina cacareando el góber que están por acabar con el huachicoleo cuando de norte a sur y de este a oeste de Veracruz todo mundo sabe que la gasolina robada se vendía, o se vende, a orilla de las carreteras.
Ha entonces de preguntarse el Cuitláhuac que domina y predomina en el imaginario colectivo si el Cui fifí y sabadaba, el Cui tuitero, el Cui con noviecita de Liverpool, el Cui político o el Cui estadista.
Sólo así podría derivarse el futuro de pequeñez o grandeza que espera a la población.