Trabajar en Canadá con un vuelo pagado, sin hablar inglés y con un lugar en donde vivir suena como una oportunidad de oro, pero este programa, ha puesto en alerta a los defensores de derechos humanos y a comunidades enteras de canadienses por el verdadero precio que los inmigrantes agrícolas pagan para poner comida en nuestras mesas.
Este programa Jornaleros Agrícolas parte de una enorme desigualdad económica entre Canadá y los países de donde provienen los trabajadores por lo que es muy fácil para los agricultores de esas granjas abusar de los trabajadores temporales con condiciones infrahumanas.
Los altos niveles de desigualdad laboral que sufren los mexicanos comenzaron a relucir en el 2019 con la pandemia cuando se extendió por todo el mundo y se cerraron las fronteras y no fue hasta entonces cuando se empezó a valorar las manos hispanas que son indispensables para cosechar en los campos locales, pues los canadienses no trabajarían bajo las mismas en condiciones y con esos salarios que se ofrecen a los jornaleros hispanos.
Los inmigrantes del programa de jornaleros agrícolas no tienen derecho al pago de horas extras y trabajan hasta 70 horas semanales, más de lo permitido para cualquier trabajador canadiense. Además, muchos viven en cuartos dormitorios que comparten con otros jornaleros, duermen en literas, y con acceso a un solo baño que comparten hasta con 50 trabajadores.
Las condiciones de hacinamiento y una cultura del terror impuesta por la estructura del programa migratorio brindan las condiciones para la propagación de enfermedades contagiosas como ha sucedido con los trabajadores de los campos fallecidos por Covid-19, como el caso de Juan Chaparro quien laboraba para una de las granjas de Scottlin Group, y murió en 2020 tras contraer coronavirus.
La pandemia de COVID ha revelado a Canadá lo que los trabajadores agrícolas y defensores de derechos humanos y observadores ya sabían desde hace tiempo y lo han denunciado en varias ocasiones.
La seguridad alimentaria del país se basa en la profunda inseguridad de los trabajadores extranjeros atemporales, de la exclusión de sus derechos de movilidad laboral y exclusión colectiva ya que no pueden trabajar en otro sector y tampoco negociar sus condiciones de trabajo, tampoco tienen derecho a la Residencia permanente. Laboran bajo un esquema injusto que ha sido preaprobado por Canadá como por sus propios países.
Fuente: The Mexican Family