•Pesadilla con dos expriistas
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Un ejército de generales (la tropa aceitada, parece) está listo para la gran batalla. Ellos han obtenido medallitas en el campo de batalla. Su experiencia histórica ha conturbado Veracruz. Pero al mismo tiempo, sus viejas mañas pertenecen al pasado. A un Veracruz ya ido. Y sin embargo, se prestan a recuperar el territorio perdido. La gubernatura. Y la mayoría en el Congreso local. Quizá les falte un general de cinco estrellas. Pero entre ellos, se animan y reaniman.
Entre otros, los siguientes:
Carlos Brito Gómez, Ranulfo Márquez Hernández, Marcelo Montiel Montiel, Bertha Hernández, Gonzalo Morgado Huesca, Ceferino Tejeda Uscanga, Nemesio Domínguez y Domínguez, Héctor Yunes Landa, y aun cuando hasta ahora se resiste, Felipe Amadeo Flores Espinoza.
No son todos y que deberían en tiempo de sumar. Pero son los generales que la jefa de jefas, Beatriz Paredes Rangel, ex de todo, menos de presidenta de la república, ha elegido para enfrentar a un par de gladiadores.
Uno, el más encendido, Miguel Ángel Yunes Linares, quien como jefe del Poder Ejecutivo, tiene de su lado el botón nuclear. A, el aparato gubernamental. Y B, el recurso.
Y como decía Carlos Hank González, el tótem del grupo Atlacomulco, quien tiene la operación y el billete gana en las urnas y posee la llave para entrar al cielo.
Y dos, AMLO, quien desde hace doce años anda en campaña electoral y según dice en Veracruz es puntero nacional en la tendencia de la encuesta histórica.
ROMPEOLAS: Un equipo de generales ha quedado fuera, por lo pronto. Son la Corriente Democratizadora del PRI.
Manuel Ramos Gurrión, Salvador Valencia Carmona, Joel Hurtado Ramón, Ricardo Olivares Pineda, Marcos López Mora, Abel Cuéllar Escobar y Eduardo Thoame Domínguez, entre otras figuras estelares.
El doctor Arturo Nájera también era soldado demócrata. Pero acaba de fallecer. Murió soñando con el rescate del tricolor.
Ellos, los demócratas, continúan aferrados a la utopía que parece derrotar en las urnas al gobernador Yunes y al tabasqueño, cuyo padre nació en Veracruz, y por añadidura, la Constitución local le otorga la nacionalidad jarocha, pese a quien le pese.
A primera vista, a la Corriente Democratizadora se les llamaría “los hombres de la lejanía” (André Bretón), quienes entre más lejos estén del fogón tricolor, mejor para las elites encumbradas.
Pero más allá de las ciencias ocultas y de los efluvios esotéricos de la política, y de los magos Merlín (con todo y sus encantadoras brujas, Anilú, ELMO, la Pinete, Balmori, etcétera) y de los chanchullos, pues, las elecciones se ganan en las urnas, con o sin nepotismo, con o sin monarquía.
ASTILLEROS: El tiempo de los históricos generales ya se evaporó. Pero en política, dice Jorge Uscanga Escobar, “no hay hombre muerto”. Tampoco partido político. Además, en los pueblos indígenas, el Consejo de Ancianos era la institución más venerada y respetada y escuchada.
Uno. 6 de cada 10 habitantes de Veracruz son menores de treinta años. Y votan. Y/o cuando menos, tienen credencial de elector.
Dos. Ellos fueron victoriosos en el tiempo de cuando el PRI casi casi era partido único. Todos los vientos favorables.
Tres. La alquimia electoral que ellos aplicaron tiene demasiada, excesiva competencia. Por ejemplo, el priismo inventó las despensas alimenticias (ahora llamadas “Tarjeta rosa” en el estado de México) y el panismo se ha adueñado del operativo.
Cuatro. Con sus viejas prácticas pretenden convencer a la población joven.
Cinco. Jurásicos buscan resucitar a un PRI moribundo que ha sembrado, además, demasiado encono en la población.
Seis. A primera vista enfrentan todos los vientos en contra (la yunicidad y AMLO) para encumbrarse como súper héroes.
Siete. En la lucha por el poder público la cordura del hombre viejo tiene como límite la pasión desaforada de las nuevas generaciones.
A veces, escribió Octavio Paz, los sueños quiméricos terminan en pesadillas.
ARRECIFES: Varias de las figuras estelares del PRI son contemporáneas del gobernador Yunes, priista durante más de treinta años… que también priista fue Andrés Manuel López Obrador, en Tabasco, ni más ni menos, presidente del CDE, Enrique González Pedrero gobernador.
Todos, iniciados y pulidos y vueltos a pulir en la práctica y la técnica y la estrategia tricolor, y cada uno proclamándose el más demócrata.
Habría, entonces, de preguntarse el político y/o el equipo político más hábil, el más imaginativo, el más pragmático, el mejor operador, primero, para convencer a la población electoral de su proyecto, y segundo, para ganar en las urnas.
Hay, desde luego, una autoridad electoral. Y un tribunal, de ser necesario, considerando aún que por lo regular la mayoría de elecciones se dirimen por un cuerpo de notables.
Ya se verá, entonces, el vencedor en la lucha brutal del poder, con todo y trastupijes, tan inherentes en los comicios del mundo, incluyendo los tigres y los asesores rusos… tan de moda.
PLAZOLETA: Los generales rojos vivieron la aurora y el arcoíris tricolor, y ahora, el desplome.
Y aun cuando el politólogo Ramón Benítez dice que todos los hombres sumamos dudas y certezas, acuerdos y desacuerdos, claros y oscuros, en un Veracruz con tanto hartazgo social (igual, claro, que el resto del país), el desafío es mucho mayor para el priismo que conserva el tercer lugar.
Los estudiantes del movimiento del 68 en París lo dejaron inscrito en las paredes de la Universidad de Nanterre:
“Es hora de llevar la imaginación al poder”.
Pero también, visto ya que de nada sirve dar vueltas y vueltas alrededor del PRI, los tricolores han de reinventarse.
Viejas prácticas, cierto, porque demostraron que son infalibles, pero al mismo tiempo, nuevas luces electorales.
Nada más terrible que la espantosa cara de la derrota total y absoluta de Silvio Berlusconi luego de perder la reciente elección en Italia.
Los monstruos han de renovarse como lo demostró Guillermo del Toro con “La forma del agua”, estatuilla Oscar al mejor director y a la mejor película.