- Ferozmente libre…
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: SI Ricardo Flores Magón fue la conciencia crítica de Porfirio Díaz Mori, Ignacio Ramírez, “El Nigromante” lo fue de Benito Juárez… Claro, nunca, jamás, Flores Magón aceptó un cargo público, en tanto Ignacio Ramírez fue ministro con Juárez, pero cuando Juárez empezó a reelegirse (fue presidente de la república durante 14 años), se deslindó por completo y regresó al periodismo y fue acérrimo crítico… Ahora, se están cumpliendo doscientos años del nacimiento de Ramírez y su dimensión moral y social continúa vigente… Por ejemplo, igual que Flores Magón, se trata de uno de los pocos, excepcionales periodistas honestos “a prueba de bomba” de su tiempo… Incluso, y así como estuvieron los hechos antes y después de su muerte, “El Nigromante” es uno de los trabajadores de la información más íntegros en la historia nacional… Además, implacable con su pluma contra el abuso del poder de los políticos… Fue un hombre sencillo, súper dotado en su inteligencia y el mejor informado y documentado para sus análisis periodísticos…
ROMPEOLAS: “El Nigromante” y su grupo (Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto, Melchor Ocampo, Francisco Zarco, etcétera) convencieron a Benito Juárez de separar el Estado de la Iglesia (la iglesia tan poderosa desde la Conquista) y que permitiera al indio de Guelatao entrar a la historia nacional y del mundo… Juárez, presidente de la república, encargó a Ramírez como ministro de Estado llevar la expropiación de los bienes eclesiásticos, edificios, mansiones, terrenos, ranchos, etcétera) y no obstante la precariedad con que vivió su vida, nunca, jamás, Ignacio Ramírez desvió un solo centavo, ni menos, mucho menos, se quedó con una casita de la iglesia para ponerla a su nombre… El día cuando muriera, por ejemplo, fue velado en su casa en las goteras de la Ciudad de México… Y el presidente envió a su ministro de Hacienda con unos centavitos para pagar el gasto de sepelio y la viuda de Ignacio Ramírez lo rechazó… Entonces, el enviado le entregó las escrituras de una casa y también las rechazó… Lo dijo de la siguiente manera: “Ignacio me dijo que todo esto pasaría y que todo lo rechazara”…
ASTILLEROS: Nacido en 1818, a los 19 años de edad fue admitido en la Academia de Letrán del Distrito Federal… Entonces, pronunció un discurso que inició con tres palabras: “Dios no existe”, dijo, y el mundo eclesiástico y social y parte del político se le fue encima… Y nada ni nadie lo hicieron desistir… En 1847 fue secretario de Guerra y Hacienda del estado de México… En 1857, diputado federal en el Congreso de la Unión… En 1867, jefe de la Junta Patriótica de la Ciudad de México… El resto de su vida, y en sus intermitencias fue reportero… Fundó un par de periódicos… “Don Simplicio” se llamó uno… “Themis y Deucalión”, el otro… Y sin entrar en competencia con “Regeneración” de Ricardo Flores Magón y “El Diario del Hogar” de Filomeno Mata, a quien Porfirio Díaz encarcelara 36 veces, los periódicos de Ramírez eran incendiarios…
ARRECIFES: En 1847, ya tenía en la mesa las mismas tesis que ahora enarbolan algunos de los candidatos presidenciales y uno que otro candidato a la gubernatura de Veracruz, y como es el tema indígena… Entonces, y desde el periodismo, abanderó la causa social de que los municipios del país crearan becas para los hijos de las familias indígenas pobres para que así accedieran a la educación… Uno que otro alcalde se abrió a la idea… Y entre uno de aquellos niños indígenas que ingresara a una escuela pública con una beca fue Ignacio Manuel Altamirano, años después discípulo de Ignacio Ramírez, igual periodista, igual escritor, igual legislador federal, igual funcionario público… El asunto indígena fue su gran causa social… Incluso, despertó la iracundia de los conservadores a tal grado que solo alcanzaron la felicidad cuando “El Nigromante” fue encarcelado por su forma de pensar y de escribir y de actuar en la vida pública…Lo más importante en un hombre, decía, es el ejercicio de la libertad… Y así vivió siempre, en medio de la pobreza familiar, pues nunca, jamás, jamás, jamás, los bienes materiales fueron su razón de ser y de vivir…
PLAZOLETA: Aquellos “hombres parecían gigantes”… Y gigantes, por una sola razón: porque en ellos había principios y valores y tenían ideas sociales como eje central de sus vidas… Por eso, cuando Benito Juárez cayó en la tentación reelectoral del poder público todos le renunciaron en masa… Y por fortuna, para Juárez, una angina de pecho que lo llevara a la muerte lo salvó de convertirse en el Antonio López de Santa Anna, que tanto había criticado (once veces presidente de la república y 3 veces gobernador de Veracruz) y en el antecedente de Porfirio Díaz Mori (33 años en el poder dictatorial)… De todos aquellos hombres, Ignacio Ramírez se perfiló como el jefe máximo, aun cuando todas las decisiones entre ellos eran democráticas… Pero “El Nigromante” era el coordinador general de la lucha colectiva por su autoridad moral…
PALMERAS: Ricardo Flores Magón se enfrentó a un solo presidente, dictador, claro, Porfirio Díaz… Ignacio Ramírez también a uno solo, Benito Juárez, con todo y su vocación dictatorial… 150 años después, hubo en el país otro gran reporterazo… Julio Scherer García, el director general del Excélsior que enfrentara a Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez… Y como director del semanario Proceso, enfrentó a todos los demás… José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto… Scherer es el único periodista que confrontara sin rodeos ni tapujos, con firmeza y autoridad moral, a nueve presidentes de la república, sin nunca caer en las tentaciones del poder… Por eso, incluso, el escritor Carlos Fuentes Macías lo llamaba el “Francisco Zarco del siglo XXI”… Además, de que jamás, ni de chiste, vaya, soñó con un cargo público… Eran “unos gigantes”, simple y llanamente, porque tenían principios y valores que vivían de manera intransigente… Ferozmente independientes, ferozmente libres, ferozmente autónomos…