México.- Científicos acaban de encontrar que los huesos podrían mantener el peso corporal bajo control; sin embargo, la investigación publcada en The New York Times se practicó en animales.
Sobre el estudio
Los investigadores reunieron a un grupo de ratas y ratones y les implantaron cápsulas en el estómago, las cuales les hicieron subir de un 15% peso. Sus cuerpos de inmediato reaccionaron: en dos días, los animales con cápsulas estaban comiendo menos y después de dos semanas perdieron casi el peso equivalente a la cápsula.
Después eliminaron las cápsulas de algunos animales, y fueron estos quienes comenzaron a comer más, agregando el peso que había sustituído la cápsula. Sus sensores de peso homeostático estaban funcionando bien.
Luego, los investigadores repitieron el procedimiento, pero ahora con ratones que habían sido criados para producir muy poca leptina –proteína producida por células grasas–. Nuevamente, los animales comieron menos para estabilizar sus pesos después de que se implantaron las cápsulas. Así que sus cuerpos no dependían únicamente de la leptina para responder a los cambios de peso.
Después, criaron un grupo de ratones con niveles bajos de osteocitos –un tipo de célula ósea, son las células que reconocen cuando las fuerzas externas están afectando al hueso y envían señales bioquímicas que provocan la creación de hueso nuevo– y volvieron a implantar las cápsulas.
Esta vez, los animales no bajaron ese peso adicional. Sus cuerpos no parecían darse cuenta de que se habían vuelto más pesados, presumiblemente debido a los bajos niveles de osteocitos, y los animales permanecían artificialmente gordos.
El resultado
Tal parece que los huesos sanos detectan cambios en la masa corporal y, de alguna manera, inducen alteraciones en el apetito y la alimentación que podrían devolver al cuerpo su peso anterior.
Los investigadores le llamaron a este sensor de los huesos un “gravitostato”, que se desencadena por el peso corporal que se apodera de los huesos, como resultado de las presiones inexorables de la gravedad.
La posibilidad podría ayudar a explicar por qué sentarse durante horas se asocia con la obesidad. Cuando nos sentamos, gran parte de nuestro peso corporal es apoyado por almohadones en lugar de huesos, dejando a nuestros esqueletos inconscientes de cuánto pesamos realmente y si esa cantidad ha cambiado o debería cambiar.
Por supuesto, esa teoría es puramente especulativa en este momento, pues sólo se han hecho pruebas en roedores.
http://www.muyinteresante.com.mx/salud-y-bienestar/18/01/29/los-huesos-podrian-ser-los-mejores-sensores-para-controlar-tu-pe/