El PIÑERO/ PIÑATAZO
Tuxtepec, Oaxaca.- La violencia en los terrenos de una ciudad abandonada por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) sigue cobrando más vidas humanas, a cualquier hora y en cualquier lugar. El actual panorama no dista de las postrimerías del 2016 que alcanzó cifra récord en ejecuciones con más de 60.
Hoy en día Tuxtepec -la segunda ciudad más importante de la entidad- padece, además de la fincada violencia, de autoridades que han ignorado a un pueblo ávido de seguridad. Los tiempos que corren solo exhiben su incapacidad y omisión.
El pasado 21 de diciembre José Raymundo Tuñón Jauregui, titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), planteó reforzar la seguridad en la región con más elementos para abatir el grave índice de delincuencia, pero los números rojos siguen disparándose.
Hombres secuestrados y asesinados a plena luz del día en zonas céntricas de la ciudad responden a los planteamientos y promesas de seguridad. Los barones del crimen han rebasado a la autoridad y se han asentado como un poder rebelde y sin control.
POLICÍAS MUNICIPALES, SIN UNIDADES PARA PATRULLAR
Así con el escenario de ejecuciones bestiales, que se manejan como mensajes por el control de la zona entre los grupos del crimen, suceden los días sin que la SSP actúe, abandonando a la policía municipal que hoy sufre una deprimente herencia de saqueo y negligencia. Y es que desde el mes de noviembre las patrullas -dícese motos y camionetas- dejaron de mantenerse, cediéndolas al deterioro y, en algunos casos, al desmantelamiento.
Pese al penoso caso, la SSP se mantiene alejada de la coordinación y apoyo. Tal pareciera que juega un papel independiente a la seguridad, pues los resultados allí están, marcados con más balas y sangre en los días que corren.