A pesar de las medidas tomadas por diversos gobiernos en el mundo, en especial el de Estados Unidos, los estrategas financieros del mundo coinciden en que la volatilidad en los mercados financieros seguirá, aunque sus caídas podrían estar cerca del fondo.
Ciudad de México, 13 de marzo (SinEmbargo). – El mercado de capitales en el mundo cerró la segunda semana de marzo como una de las peores en su historia.
Durante la semana predominaron episodios de incertidumbre y de temor severos, ante la expectativa de que más países a nivel global implementen medidas de restricción a la actividad económica para evitar la propagación del COVID-19, como es el caso de Italia, que aplicó una cuarentena a nivel nacional; Estados Unidos, que prohibió las entradas a personas no residentes provenientes de Europa continental y de China, y España, que suspendió la movilidad en Madrid, su capital.
Este viernes, Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, declaró Emergencia Nacional en su país debido al coronavirus, lo que liberará hasta 50 mil millones de dólares en recursos financieros para ayudar a los estadounidenses afectados por el brote, y también después de que el mandatario informó que para controlar el precio del petróleo pidió al Secretario de Energía, Dan Brouillette, que “compre grandes cantidades de petróleo crudo para la Reserva Estratégica” del país, los mercados reaccionaron positivamente.
Los precios de las acciones del Dow Jones Industrial, el indicador de la Bolsa de Valores de Nueva York y el de mayor influencia financiera en el mundo, se recuperaron de las fuertes pérdidas que sufrieron apenas ayer y marcaron una ganancia de 9.4 por ciento, mientras que el Standard & Poor’s 500 ganó 9.2 por ciento y el Nasdaq Composite avanzó 9.3 por ciento. Esto significó para estos marcadores su mayor ganancia en un día desde octubre de 2008.
La recuperación de los mercados estadounidenses también impactó en los indicadores financieros en México: el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registró una corrección este viernes al ganar el 3.95 por ciento.
Sin embargo, el IPC reportó una caída semanal de 7.98 por ciento, la más grande desde octubre del 2008, y cerró en un nivel de 38 mil 085.05 puntos, esto es 12.53 por ciento por debajo del cierre del año anterior.
En la semana, este índice tocó un mínimo de 35 mil 003.49 puntos, nivel no visto desde diciembre del 2011.
Al interior del IPC, se reportaron caídas en 34 de las 35 emisoras, lideradas por las que se prevé sean altamente afectadas en caso de que se implementen medidas en México similares a las de otros países.
Por un lado, los grupos aeroportuarios tuvieron el peor desempeño en la semana, con caídas semanales de OMA (-20.17 por ciento), GAP (-19.14 por ciento) y ASUR (-6.47 por ciento). Por su parte, las televisoras Televisa (-17.53 por ciento) y Megacable (-10.82 por ciento) presentaron contracciones significativas, las cuales se concentraron en la sesión del jueves, cuando se dio a conocer que en Estados Unidos se suspendieron las actividades deportivas, lo que afectará directamente las principales fuentes de ingresos de estas emisoras.
Por último, Alsea se contrajo a una tasa semanal de 18.95 por ciento, pues uno de los principales lugares que se evitan en épocas de pandemias son los establecimientos públicos, como las cadenas que maneja esta empresa.
En tanto, el peso vivió una de sus peores semanas, en medio de la incertidumbre provocada por el aumento en los casos de contagios de coronavirus en el mundo.
Las cifras registradas por la moneda mexicana no se veían desde noviembre de 2016, cuando Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en Estados Unidos, de acuerdo con un análisis de Banco Base.
La moneda mexicana acumuló una depreciación de 9.01 por ciento, o 1.81 pesos, cotizando alrededor de 21.92 pesos por dólar.
La analista de Banco Base, Gabriela Siller, señaló que la volatilidad del peso subió a 25.2 por ciento, su nivel más alto desde la segunda semana de noviembre de 2016.
Siller añadió que durante esta semana, el peso alcanzó un nuevo máximo histórico de 22.4996 pesos por dólar.
“En las últimas cuatro semanas, el peso acumula una depreciación de 18.24 por ciento o 3 pesos y 38 centavos, siendo la mayor caída en un periodo de tiempo igual desde octubre de 2008, cuando comenzó la Gran Recesión”, añadió.
INCERTIDUMBRE Y MIEDO SEGUIRÁN
A pesar de las medidas tomadas por diversos gobiernos en el mundo, en especial el de Estados Unidos, los estrategas financieros del mundo coinciden en que la volatilidad en los mercados financieros seguirá, aunque sus caídas podrían estar cerca del fondo.
“Se podría decir que estamos valorando una recesión con variedades”, dijo Lori Calvasina, estratega jefe de renta variable estadounidense en RBC a la cadena CNBC.
Al referirse a los parámetros de caída de los mercados estadounidenses expuso que crearon “un rango de 2 mil 300 a 2 mil 600 unidades como territorio de recesión”. Ella dijo que la caída promedio durante una recesión, desde la década de 1930, fue de 32 por ciento. El S&P, por ejemplo, había tenido hasta 29 por ciento de pérdidas en su máximo del 19 de febrero.
“Si [S&P] fuera inferior a 2 mil 300, le estaría diciendo que el mercado está valorando algo peor que una recesión. En la crisis financiera perdimos un 57 por ciento y en la burbuja tecnológica perdimos 49 por ciento”, dijo Calvasina.
“Creo que teníamos que pasar esta semana, en particular, aquella en la que el país se cerró y ahora recibe la segunda respuesta de la política. Si realmente sacan las bazucas, deberíamos estar muy cerca del nivel más bajo”, dijo a su vez Barry Knapp, director de investigación de Macroeconomía de Ironsides.
Pero los estrategas también señalan que el coronavirus es impredecible y es difícil decir cuándo alcanzará su punto máximo, a pesar de que muchos economistas esperan un repunte en el crecimiento económico para el cuarto trimestre de este 2020.
EL COVID-19 NO CEDE
El nuevo coronavirus, plantean cifras de la Organización Mundial de Salud (OMS), ha infestado ya a más e 137 mil personas en el mundo y, como dicen los analistas líneas arriba, no tiene trazas de detenerse pronto.
Aunque el número exponencial de contagios del virus en Europa, Norteamérica y Oriente Medio ha echado por tierra cualquier esperanza de contenerlo con rapidez, docenas de países han impuesto medidas cada vez más draconianas para hacer frente a la enfermedad: cerrar fronteras, incrementar los exámenes de detección, suspender clases para decenas de millones de niños y ordenar que decenas de miles de negocios cierren sus puertas.
Además, decenas de millones de estudiantes de tres continentes están ante un panorama de semanas sin clases, las fuerzas de seguridad se mantienen atentas para que no haya reuniones masivas de personas, y bares, restaurantes y oficinas están cerrados o comienzan a cerrar en grandes ciudades del mundo.
La pandemia también ha dejado claro que el poder y la influencia no garantizan la protección personal.
Entre los que han dado positivo al coronavirus están la esposa del Primer Ministro canadiense Justin Trudeau; un alto asesor del líder supremo de Irán; el Alcalde de Miami; un funcionario brasileño que se reunió con Trump, y un ministro del gabinete australiano que se entrevistó con Ivanka Trump y con William Barr, el Secretario de Justicia de Estados Unidos, entre otros.
“Europa se ha convertido ahora en el epicentro de la pandemia”, dijo esta semana Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.
“Ahora se están reportando más casos cada día de los que se reportaban en China en el momento más álgido de su epidemia”, advirtió el funcionario.
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