Ahora sabemos que Genaro García Luna no sólo daba información privilegiada a periodistas- lo que inducia lo publicado-,que en el último año de su encomienda con Felipe Calderón erogó la bonita suma de 44 mil millones de pesos, que apantalló a todo mundo con la Plataforma México, que fue secuestrado por el narco pero llegó a acuerdos para seguir su camino, que Sergio Villareal Barragán, El Grande, ya había dicho en la Corte de Chicago que García Luna trabajaba para el Cártel de Culiacán, el 8 de noviembre de 2018, y que compañeros del oficio como Anabel Hernández, Jesús Esquivel y Dolia Estévez, entre otros, ya habían señalado sus malandanzas. Más un etcétera muy largo.
También ahora tenemos noticia que recibía dinero de la secretaría de Gobernación para negocios propios y otras transas. Tres de quienes estuvieron a cargo de dicha oficina con Felipe (organizador de un nuevo partido porque en el que estuvo él y su papá no lo quieren), fueron Fernando Gómez Mont, Francisco Blake y Alejandro Poiré, un supuesto intelectual metido a tareas de investigación y luego a manejar la política.
El segundo no podrá decir nada ya que murió en uno de esos raros accidentes en el sexenio calderonista, donde también fallecieron extrañamente Juan Camilo Mouriño, Santiago Vasconcelos, de la PGR y varios más.
Pero el que de inmediato dijo que todo era mentira fue Poiré, quien ahora de vuelta a la academia (Tecnológico de Monterrey) seguramente (sic cínico) investigará por qué ante la gran cantidad de acusaciones en contra de Genaro jamás movió una hoja para que este todavía prepotente señor, aunque sudoroso en todo momento, no dejara el país con centenas de miles de muertos, decenas de miles de desaparecidos y fosas clandestinas por todas partes.
Cosas que la academia no resuelve cuando los intereses económicos están de por medio.
Con información de www.lajornadadeoriente.com.mx