De la redacción.
Los padres de Jessica Guadalupe Jaramillo permanecieron afuera de la casa del asesino de su hija durante cuatro días completos, esperando que las autoridades actuaran para rescatarla, pero para cuando la fiscalía emitió la orden de cateo ya era demasiado tarde.
De acuerdo con información del El País, Jessica, de 23 años, le había comentado a sus padres que un compañero de la universidad, llamado Óscar García Guzmán, la acosaba, por lo que decidió cambiarse de escuela.
El 24 de octubre Jessica desapareció, sus padres rastrearon su teléfono y pidieron a los amigos de su hija la dirección de Oscar, en ambos casos la ubicación era la calle Lorenzo Garza 136, de la colonia Villas Santín, en Toluca.
Los familiares acudieron a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, pero les dijeron que debían esperar a que se cumplieran 24 horas de la desaparición para iniciar una investigación, periodo de tiempo que no está establecido de manera oficial en ninguna ley y que contradice uno de los principios del protocolo de búsqueda de personas desaparecidas: “La búsqueda debe iniciarse sin dilación”.
Tras mucho insistir, los padres de Jessica consiguieron que un policía de investigación y agentes municipales los acompañaran al domicilio, pero al no recibir respuesta del ocupante de la casa, los agentes se retiraron del lugar; no así los familiares, que decidieron esperar afuera del domicilio abordo de su camioneta.
A la mañana siguiente intentaron entrar nuevamente al domicilio, pero Oscar los amenazó. “Váyanse. Si entran los baleo. Aquí no hay nadie. No conozco a ninguna Jessica”.
Un día después, los padres de Jéssica dicen que la vieron a través de la ventana y que estaba “rara, ida”. Fue cuando decidieron acudir a la fiscalía nuevamente a pedir ayuda policiaca, pero volvieron a recibir negativas por parte de la autoridad. ”Sin la orden de cateo no podemos hacer nada. No podemos violar la ley”. Los Jaramillo decidieron continuar esperando afuera de la casa.
El 28 de octubre, Oscar salió de su domicilio, incluso saludó a los padres de Jessica mientras estos lo grababan, sin saber que el asesino de su hija estaba emprendiendo la huida.
La madrugada del 29 de octubre se aprobó la orden de cateo del domicilio. Cuando entraron los agentes encontraron el cuerpo de Jessica en el baño, con señales de ahorcamiento, además de otras dos mujeres enterradas en el patio trasero.
Información / Julio Astillero