Redacción El Piñero
Tuxtepec, Oaxaca.- Santa Teresa, Pueblo Nuevo y Papaloapan son pueblos plataneros de herencia… y es ahí en donde se cocinan las botanas más buscadas e icónicas de la región: los ‘platanitos’ fritos.
Sin embargo, si hay alguien que se convierte en un sello del Papaloapan y de la carretera que une a los pueblos, son los vendedores de platanitos a ras y orilla de carretera, quienes guardan en sus pies y ojos un sin número de anécdotas.
La postal que nadie vende impresa pero que quienes la recorremos la tenemos grabada, es la carretera federal 145, en su tramo Papaloapan, Tuxtepec – Loma Bonita Oaxaca, donde se exhiben personas con un alambre tapizado de bolsitas de plátanos fritos, en la otra una botella con salsa y acuestas con racimos amarillos de plátanos machos listos para freír, de manzanos y dominicos listos para pelar.
Los automovilistas saben que ahí hay que bajar la velocidad, también saben que para encontrar calidad en el plátano se tienen que orillar y ahí encontrarán a un buen vendedor, que con agilidad le dirá cual está a sazón, que tipo son, y un precio inmejorable.
Familias enteras han estado en esa carretera, han sorteado carros y el tren… han visto accidentes, han ayudado a migrantes que viajaban en ‘La Bestia’ y que unos plátanos regalados se convirtieron, tal vez, en su único alimento.
Los plataneros de los cruceros de Pueblo Nuevo, han sorteado accidentes, las obras del gobierno federal, la economía, el clima, inundaciones.
Noé, ‘el platanero’ vende en ese crucero desde hace 25 años, antes de él su mamá, quien de ahí le dio escuela, hoy, parte de su hogar está ahí, el comenzó a vender cuando la bolsita valía un peso, hoy está en 10, y para ellos la mejor época del año para vender es Diciembre.
Ahí la gente que viene a visitar a su familia, se surte de platanitos, parte de una tradición culinaria de la Cuenca que ha trascendido a otros estados y países, con el procesamiento de la fruta, cuyo cultivo sigue convirtiendo a la cuenca en una ‘Mini República Bananera’.