Luis Velázquez | Expediente 2021
Es una película más sobre la lucha entre Adolf Hitler y José Stalin. Se llama “Enemigo al acecho”. Es el año 1942. Faltan tres años para que Hitler, derrotado, mate a su perro y a su esposa y se suicide. Entonces, en el campo de batalla, un coronel ruso con un amigo, francotirador, están cercados. Sienten que la muerte es inminente. Y le dice:
”La sociedad igualitaria que soñamos es una falacia Nunca ha existido ni existirá el hombre nuevo. Siempre habrá ricos y pobres”.
Jude Law, el francotirador, lo escucha en silencio, sin pronunciar una sola palabra. Entonces, sigue buscando con la mirilla al enemigo, otro francotirador. Y lo caza. Y le mete par de tiros en los ojos. Y lo fulmina y cae en el campo de batalla.
Y en el campo de batalla sigue el rafagueo entre rusos y alemanes. Y ganan los rusos. Y durante veinte años, Stalin gobierna Rusia. Y hacia el final de su tiempo deja veinte millones de muertos, entre ellos, muchos, quizá la mayor parte, en sus campos de concentración, cámaras de gases que tenía Hitler.
El nazismo, el estalinismo, el leninismo, el franquismo, el mussolinismo, el capitalismo, el socialismo, el marxismo, etcétera, etcétera, con todos los ismos del mundo, un fracaso en la tierra soñando con el paraíso terrenal.
La referencia a la película donde actúa la preciosísima Raquez Weisz interpreta a una soldadera más (como las Adelitas de Pancho Villa) cobra vigencia ahora cuando en el país y en Veracruz, por añadidura, se concita la gran disputa electoral de los partidos políticos por quince gubernaturas, 500 diputados federales, diputados locales en treinta estados del país y de presidentes municipales en otros más.
Todos, sin excepción, vendiendo esperanzas y “dándose golpes de pecho” de que son los enviados de un Ser Superior para salvar a los mortales.
Una vez más, la lucha de los ismos. Morenismo, panismo, perredismo, priismo, etcétera. El resultado es concreto, específico, macizo y lapidario:
6 de cada diez habitantes del país en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Y más del 60 por ciento de la riqueza natural en manos de doscientas familias.
Nada, pues, del hombre nuevo que será creado y recreado.
Un maestro del siglo pasado lo decía de la siguiente manera:
Cada seis años, el país y Veracruz, cada entidad federativa, se reinventa. Nuevos hombres llegan como Quetzalcóatl vendiendo esperanzas.
Y los pobres y la gente en la miseria, a quienes únicamente queda la esperanza, vuelven a creer.
Y un sexenio después, el desencanto y la desesperanza.
FATÍDICO RESULTADO SOCIAL
Adolf Hitler dejó cincuenta millones de muertos. Stalin, veinte millones. Benito Mussolini, diez millones. Francisco Franco, quince millones.
La guerra de Independencia en México, trescientos mil muertos. La Revolución, un millón de muertos, aun cuando el historiador dice que 600 mil fueron por la pandemia del tiempo, el tifo y el cólera.
En una noche, la matanza de Topilejo, Plutarco Elías Calles ordenó el asesinato de cien seguidores y fans de José Vasconcelos Calderón, el candidato presidencial opositor.
El 7 de enero de 1910, trescientos cadáveres dejó la sublevación obrera textil en Río Blanco.
En 1930, la lucha de los agraristas por defender la parcela ejidal y que durara diez años dejó como saldo cuarenta mil campesinos asesinados, entre ellos, diecisiete líderes.
En los doce días de la guerra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional el subcomandante Marcos en Chiapas diecinueve personas fueron asesinadas.
Después de tantas ejecuciones luchando por la dignidad en la vida (dignidad que significa tener un trabajo seguro y pagado con justicia laboral y garantizado el derecho a la salud pública), el resultado social es fatídico, bíblico incluso:
Pobre naciste. Pobres vives. Y pobre morirás.
Y en cada nuevo gobierno federal, estatal y municipal siguen llegando nuevas tribus políticas a la silla embrujada del palacio ejerciendo el poder con sentido patrimonialista, es decir, listos para “ordeñar la vaca” y “meter la mano al cajón”.
Además, con todo el cinismo del mundo como si fueran Siervos de la Nación, seres predestinados para arañar el presupuesto, capataces de hacienda porfirista donde hasta el derecho de pernada pueden usufructuar.
Es el retrato “en vivo y a todo color” de la mayor parte, digamos, el 99.9 por ciento, de las campañas de los candidatos a cargos de elección popular.
Solo en Veracruz, dijo el líder estatal de Morena, “más de dos mil cargos para repartirse”.
AQUÍ SE VOTARÁ POR SUPERMAN
Bienaventurados, entonces, quienes conserven la fe y la esperanza en los partidos políticos y sus candidatos y lo mejor para que nunca se desencanten.
Aquí, por lo pronto, la decisión está tomada. En la boleta electoral para presidente municipal y diputado local y federal se votará por el mismo personaje, es decir, por Superman, el héroe invencible que sobrevivió al siglo pasado y lleva 21 años del siglo XXI lleno de luz.
Superman para alcalde.
Superman para la curul local.
Superman para la curul federal…, siguiendo la filosofía política de Carmen Medel, la militante de Morena originaria de Minatitlán que hace tres años ganara la curul federal por “La Tómbola” y ahora se registrara como candidata a la reelección, candidata a la diputación local y candidata a la presidencia municipal… para ver si una de las tres pegaba.
Y, bueno, se quedó con la nominación para la alcaldía.
Superman, entonces, haciendo la competencia.