Ciudad de México.- El Papa Juan Pablo II recibió todos los días un reporte de la CIA (la agencia de espionaje del Gobierno de Estados Unidos) sobre las actividades pastorales cercanas a la Teología de la Liberación en América Latina. El mundo acababa de salir de la Guerra Fría, explica en entrevista Alberto Athié, pero la ideología hegemónica siguió durante años abriendo espacios y desactivando cualquier “amenaza” comunista.
Alberto Athié es un cruzado contra la pederastia y los abusos sexuales dentro de la iglesia católica. Se convirtió en la oveja negra por denunciar, durante años, los abusos de Marcial Maciel ante autoridades religiosas. Pero quien terminó relegado fue él.
Pero no se envuelve en banderas ni de izquierda ni de derecha. El hombre de 65 años, de una barbilla canosa y bien recortada, asegura que él se identifica con el pensamiento de Mahatma Gandhi. Durante la entrevista lo cita un par de veces. Es un humanista espiritual:
“Leyendo a Gandhi me di cuenta de que no tienes por qué odiar a tus enemigos, puedes incluso amarlos, que es un tema complicado”, dirá en algún momento.
Ahora, los Legionarios vuelven a ser generar controversia: el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha admitido que los investiga por lavado de dinero. En una extensa entrevista, Athié desmenuza una historia de complicidades que le ha permitido a la congregación tener tanta impunidad.
LEGIONARIOS, AL SERVICIO DE JUAN PABLO II
— ¿Por qué la iglesia católica no ha hecho nada sobre la pederastia y los abusos sexuales de los Legionarios?
— Yo tengo mi opinión, y es que Maciel les sirvió a ellos para lo que querían obtener: vocaciones, muchos recursos y, sobre todo, un anticomunismo muy cercano a Juan Pablo II. Maciel no sólo aportó muchos millones de dólares a la causa de Solidaridad en Polonia contra el comunismo, también operó aquí en México y en América Latina contra la Teología de la Liberación. Contra Obispos liberacionistas, como Samuel Ruiz, por ejemplo, contra teólogos y pastoralistas.
La Teología de la Liberación es una doctrina nacida en América Latina, caracterizada por sostener que el Evangelio exige la opción preferencial por los pobres, y por recurrir a las ciencias humanas y sociales para acompañar a pueblos y movimientos en torno a su liberación. Algunos religiosos cercanos a esta doctrina han sido vinculados a movimientos sociales e incluso a grupos armados en América Latina, por lo que se les ha llegado a considerar “comunistas”
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