Luis Velázquez / Diario de un reportero
DOMINGO
De Madero al Yunes azul
El góber azul de Veracruz ha tomado una decisión, digamos, histórica en la relación del gobierno con la prensa.
Y se ha colocado cerca de Francisco I. Madero, el apóstol de la democracia que tumbara a Porfirio Díaz luego de 33 años en el poder dictatorial.
Y si Madero suspendió la relación comercial del Porfirismo con la prensa escrita de entonces, el Yunes azul, y toda la proporción guardada, ha decidido la misma filosofía de vida.
Lo dijo el miércoles 8 de febrero, a dos días de los primeros cien días en una plenaria con COPARMEX:
“No se pagará a los medios para que elogien al gobernador. Y si quieren hacerlo que lo hagan…, pero no se pagará”. (Notiver, 8 columnas, portada)
La misma postura que Madero tomó con todo y que el sobrino de Porfirio Díaz, Félix Díaz, en alianza con el general Victoriano Huerta, “El chacal” que lo asesinara, financiaron a los medios para despotricar en su contra.
Y más, cuando de pronto quedó expresa la mano de la embajada de Estados Unidos en México para empujar la carreta que descarrillara a Madero.
El Yunes azul construyendo, digamos, la historia.
Todo mundo esperará que sea parejo sin preferencias afectivas ni tampoco políticas.
Pero más aún, que cumpla, a partir de que ofreció cimbrar a México y nada, a menos, claro, que haya negociado su palabra y su dicho, terrorismo puro.
LUNES
“Ni un solo peso” a medios
Su exposición anunciando el parteaguas entre el gobierno y los medios de Veracruz y de la Ciudad de México fue así:
“En seis años (del duartazgo) utilizaron ocho mil 500 millones de pesos para pagar a los medios. Ahora no habrá un solo peso. Los medios tendrán que vivir con sus ingresos propios”.
Se insiste: ni un solo peso.
Se precisa: mal hará, y/o está haciendo, el vocero pagando desayunos, comidas o cenas con una parte de los medios.
Se subraya: “no habrá un solo peso”… ni para la prensa escrita, hablada y digital de Veracruz ni tampoco para la del altiplano, ni menos, mucho menos, para la prensa del interior de la república.
Incluso, estaríamos (mejor dicho, ¿estamos?) ante un Miguel Ángel Yunes Linares, quien como secretario General de Gobierno, jefe de la oficina de prensa, manejó y operó con todo la relación comercial del Chirinismo con los medios, al alimón con el vocero Miguel López Azuara.
Del Yunes de entonces que manifestó trato preferencial para los medios afines, sumisos y omisos, al Yunes azul que ahora se acerca a Francisco I. Madero, uno de los héroes democráticos en quien Manuel Gómez Morín se inspiró para crear el PAN, con todo y que fue asesor económico de Plutarco Elías Calles y admirara a Francisco Franco.
MARTES
El góber se sacrifica, ajá…
El Yunes azul, cien por ciento mediático, dijo:
“Prefiero que el costo para los veracruzanos sea la imagen del gobernador y no un costo económico que afecte las finanzas públicas del gobierno”.
Al momento, por ejemplo, han transcurrido 101 días del inicio de la Yunicidad y muchos medios están padeciendo las de Caín para mantener a flote el periódico, el noticiero y/o la página web.
Más todavía: varios medios (periódicos y páginas digitales) han bajado de plano el telón con el consiguiente despido de personal en que se incluyen reporteros, fotógrafos, camarógrafos, editores y auxiliares de redacción y secretarias.
Todavía más: algunos medios impresos han enflaquecido reduciendo páginas y secciones, además del cierre de las corresponsalías.
Hay un periódico, por ejemplo, que de plano concentró al personal de la sala de redacción en una oficina espaciosa para ahorrarse la luz y el servicio eléctrico del aire acondicionado.
Todo, porque estaban acostumbrados a pagar hasta la quincena con el pago del convenio con el gobierno de Veracruz.
La puerta de la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, ha sido cerrada.
“No habrá un solo peso… para elogiar al gobernador” dice Miguel Ángel Yunes Linares.
Una austeridad total, mejor dicho, un cambio de filosofía política y social, que implica, desde luego, la honestidad “a prueba de bomba” del gobernador para bajo.
Ajá.
MIÉRCOLES
Prohibida relación perversa
Dijo el Yunes azul:
“Entiendo la libertad de expresión y la crítica, pero no se va a permitir esa relación perversa”.
El góber le llamó “relación perversa”.
Falso. Se ha tratado, digamos, el maridaje, matrimonio por conveniencia entre los políticos y los medios de una relación cínica, mercantil, comercial, fenicia.
La regla universal es sencilla: te pago y me alabas. Tú, medio, te beneficias y yo, político, también. Tú robas y yo de igual manera.
“Relación perversa” sería, digamos, como se justificaba el frívolo José López Portillo cuando exclamaba su dichito de “te pago para que me pegues”.
Además, otra cosa es la libertad de expresión…, que nada, absolutamente nada ha de ver con el pago de un billete mensual, pues de entrada está consagrada en la Carta Magna, y segundo, en su esencia básica los ingresos de un medio se derivan de la circulación y el rating así como de la venta de publicidad.
Algunos, por ejemplo, maquilan.
Más aún: el político gobierna y el medio informa.
El político sueña con multiplicar su poder y el medio aspira a mejorar el contenido informativo.
Y aun cuando pudiera tratarse de vidas paralelas, cada quien con su independencia y autonomía.
JUEVES
Vivir de los ingresos propios…
Gracias, entonces, muchas gracias, al góber azul porque “los medios tendrán que vivir con sus ingresos propios”.
Y al “vivir con ingresos propios” significa que alcanzarán la plenitud en el ejercicio cotidiano de la libertad para contar los hechos de cada día “al pie de la letra”.
Y por añadidura, convertirse en el vigilante de un buen gobierno apegado, cierto, a la ley, pero al mismo tiempo, a la aplicación honesta del recurso público, a la rendición de cuentas y a la transparencia.
Nada, por ejemplo, de que por un lado se anuncia la terminación de un libramiento en un pueblo, y por el otro, los amigos del gobernador o de un secretario del gabinete o un pariente ganaron la licitud pública… por dedazo.
Tampoco, por ejemplo, de que la compra de gasolina del gobierno de Veracruz sea concesionada a una empresa propiedad de unos amigos.
Ni menos que la concesión de los anuncios espectaculares se otorgue a un sobrino.
Ni que un secretario del gabinete (Salud, Irán Villa) está otorgando licitaciones a modo como lo denunciara el ex panista y empresario, Alejandro Cossío Hernández.
VIERNES
Aplaudir al gobernador
El Yunes azul trazó su eje rector en materia, digamos, de integridad y se refirió, además, a la relación con las organizaciones sociales y empresariales… “que parte de aplaudir al gobernador”.
En los últimos doce años, dijo, de Fidel Herrera (su enemigo público número uno) y Javier Duarte (a quien ya despedazó en el carril político y ahora va por Karime Macías), “hubo
una sociedad acrítica y callada que nunca se opuso a lo que sucedía en Veracruz, cuando todos lo sabían.
(Y) no lo hicieron, no por temor sino porque muchos participaban de la corrupción (y) que también era de empresarios” (Notiver, 9 de marzo, 2017).
De entrada se diría que si la Yunicidad ha declarado la guerra a la corrupción, entonces, todo y cada uno de los funcionarios y trabajadores del gabinete legal y ampliado serán (¿son ya?) ángeles de la pureza.
¿Cómo, entonces, pudiera llamarse a que los secretarios de Desarrollo Social (Indira Rosales) y de Infraestructura y Obra Pública (Julen Rementería) tienden vasos comunicantes para tejer su candidatura al senado de la república 2018?
¿Se trata de un tráfico de influencias y de un incumplimiento del deber legal?
Según la historia, todos los políticos dicen una cosita y hacen otra. Por eso, la versión popular de que los políticos son unos mentirosos y usurpadores.