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Madre de Emma Gabriela exige cárcel de máxima seguridad para el asesino de su hija

El Piñero

 

 

Mérida, Yucatán. (apro).- Con una clausura simbólica a la sede del Poder Judicial del estado, Ligia Canto Lugo, madre de Emma Gabriela Molina Canto, conmemoró este jueves el sexto mes del asesinato de su hija.

 

Además, exigió que el autor intelectual, el empresario Martín Alberto Medina Sonda, su exyerno, quien planeó el crimen desde su confinamiento en una cárcel de Tabasco, sea recluido en un penal de máxima seguridad.

 

Emma Gabriela fue asesinada de 17 puñaladas el pasado 27 de marzo a las puertas de su casa, en el fraccionamiento San Luis, por un par de sicarios tabasqueños que recibirían un pago de 60 mil pesos al consumar el “trabajo” para el que fueron “reclutados”, presuntamente por encargo de Medina Sonda.

 

Molina Canto estuvo casada con Medina Sonda, socio a su vez de José Manuel Saiz Pineda, quien fue tesorero del gobierno de Tabasco en el sexenio de Andrés Granier Melo, actualmente preso.

 

En medio de una disputa legal que comenzó desde 2010 por la custodia de los tres hijos que procrearon, Medina Sonda raptó a los menores y, valiéndose de sus influencias políticas, desató un acoso judicial contra Emma Gabriela y su madre, quienes fueron encarceladas por diferentes circunstancias.

 

Emma Gabriela fue detenida en dos ocasiones por presuntos delitos fiscales, y trasladada judicialmente a diferentes entidades del país, aparentemente para impedir que pudiera quedarse con la custodia de los niños.

 

El 25 de mayo de 2012 fue la primera vez que Emma Gabriela fue detenida por el delito de retención ilegal de bienes, debido a que usó un vehículo que Medina Sonda le obsequió cuando estaban casados, pero no puso a su nombre. El momento de la captura fue aprovechado por aquel para raptar a los niños, quienes viajaban con su madre.

 

Así, Molina Canto inició su tortuosa lucha contra el sistema para recuperar a sus hijos. El tiempo que Emma estuvo presa, su madre continuó el peregrinar legal. Ambas encararon incluso al presidente Enrique Peña Nieto en demanda de justicia.

 

Presa su hija en un penal de Tabasco, Ligia denunció ante la Procuraduría del Menor, tanto en Mérida como en aquella entidad, la desaparición de sus nietos, pero fue hasta el 21 de agosto de 2014 cuando la Fiscalía General del estado de Yucatán accedió a emitir una “prealerta” para la búsqueda y presentación de los niños –entonces de 10, siete y seis años de edad– en todo el país.

 

Días antes, la abuela fue detenida y trasladada por la Procuraduría General de la República a Guadalajara, Jalisco, acusada de falsificar tarjetas de crédito en esa entidad, lo que provocó movilizaciones de activistas de derechos humanos por la fabricación de delitos en contra de la mujer.

 

Medina Sonda cayó en desgracia por el caso Granier. Fue detenido en Cancún, Quintana Roo, y recluido en una cárcel de Tabasco, donde en abril pasado fue condenado a 12 años y seis meses de prisión por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

 

El pasado 24 de abril, el juez de Control en Yucatán, Luis Edwin Mugarte Guerrero, vinculó a proceso a Medina Sonda por el delito de feminicidio agravado, tras ubicársele como presunto autor intelectual del asesinato de su exesposa.

 

En esa audiencia, celebrada por videoconferencia, el juzgador yucateco le dictó la medida cautelar de prisión, que cumple en la cárcel tabasqueña donde está confinado.

 

Pero ni su reclusión ha dado paz a los familiares de Emma Gabriela, quienes también han sido hostigados por los padres y hermana de Medina Sonda.

 

“Vivimos con miedo, y eso no es justo para mis nietos”, dijo Ligia Canto, y suplicó a las autoridades el traslado de su exyerno y sus cómplices a un penal de máxima seguridad, pues ya se vio que en la cárcel donde se encuentra fue capaz de planear un crimen, agregó.

 

“Es terrorífica no sólo la forma en que la asesinaron, sino que se planeó de la manera más fría desde el reclusorio de Tabasco. Hay que voltear a ver esos lugares, hay que mandar a esas gentes donde deben estar, que son los penales de máxima seguridad, porque son gente peligrosa”, subrayó Ligia Canto Lugo.

 

Pidió que el caso de su hija se investigue a fondo, que en las pesquisas se consideren todas las circunstancias que lo rodearon y a todos los que desde el principio fueron partícipes de la tragedia de Emma Gabriela, porque “toda esta ruta de violencia marcaba este final: feminicidio”.

 

De igual manera, demandó que la investigación alcance a todos los que participaron en la fabricación de delitos, hostigamiento, acoso y tortura hacia su hija, es decir, funcionarios que se prestaron, así como familiares, empleados y abogados de Medina Sonda, para que el caso no quede impune.

 

“Yucatán y Tabasco tienen una gran deuda con la familia, con los hijos de mi hija, con mi hija. Con mi Emma Gabriela tienen una gran deuda”, reclamó.

 

En su protesta, Canto Lugo estuvo acompañada por activistas de los derechos humanos que explicaron que la clausura simbólica del Poder Judicial fue por el tortuguismo con el que se está llevando el caso, pero también porque desde ahí se emitieron las órdenes judiciales con las que en vida, Medina Sonda atormentó a Emma Gabriela y a familia.

 

Hasta el momento suman cuatro los implicados sujetos a proceso por ese crimen: los dos asesinos materiales, otro individuo que se encargó de recibir a estos en Mérida y señalarles a la víctima y su domicilio, y Medina Sonda. Los tres primeros están confesos. Al parecer otros dos involucrados están prófugos.

 

Sólo Medida Sonda es procesado por feminicidio. A los otros tres, el juez les reclasificó el delito por el de homicidio agravado, por premeditación y alevosía, lo que inconformó a los familiares de la víctima, que exigen que también se les enjuicie por feminicidio, para que reciban la máxima sentencia.

Con información de proceso.com.mx/ Rosa Santana

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