Luis Velázquez/II y última parte
Los 38 de los 50 diputados locales (los 12 apóstoles de MORENA sublevados) aprobaron a la yunicidad reestructurar la deuda pública…, pero en mal momento.
Lo explica el doctor en finanzas Públicas, doctor en Ciencias Políticas, master en Economía y master en Administración Pública, Alfonso Velázquez Trejo:
Uno. Las tasas de CETES está ahora en un 6.25 y hay una presión de la FED (Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el equivalente al Banco de México) para aumentarlas.
El simple hecho de que se incremente a un 6.50, un 6.75, favorecerá, claro, el ahorro en Estados Unidos, pero el gasto público se contraerá en todas partes.
Dos. Si la Yunicidad logra una buena negociación con los bancos oscilará entre 8.25 y 8.75, arriba, muy arriba de lo normal, si se considera que las llamadas instituciones bancarias están para ganar, pues ni modo sean unas almas de la caridad pública.
Unos dos puntos arriba del CETES permitirá a los banqueros obtener una ganancia magnífica.
Y más, si se considera que en los bancos hay flexibilidad para la negociación, porque tienen un exceso de liquidez.
Tres. Si Javier Duarte dejó la tasa de la negociación en un 12 por ciento y la Yunicidad la reduce, entonces, obtendría un ahorro financiero de entre el 3 y el 3.75 por ciento, pero al mismo tiempo, la deuda pública seguirá igual.
Cuatro. Con una negociación bien llevada, la Yunicidad obtendría tasas más bajas y el beneficio sería indicativo y significativo para los servicios y la obra pública.
Cinco. Pero considerando que “la burra no era arisca”, nadie pensaría que los recursos liberados por la reestructuración de la deuda sean canalizados, en verdad, con sentido social, sino que por el contrario, con seis elecciones en puerta (alcaldes, diputados locales y federales, senadores, gobernador y presidente de la república), la Yunicidad piensa en ganar los comicios.
Como sea y a costa de lo que sea.
UN PRESUPUESTO ACHICADO
Según el doctor, académico en la Universidad Veracruzana, se concita otra variable en la reestructuración de la deuda.
El presupuesto anual del gobierno del estado es de cien mil millones de pesos y de los cuales sólo disponen de unos 65 mil millones pesos y el resto se va a los municipios.
De esa cantidad han de pagar salarios.
Y al achicarse la posibilidad de maniobra, sin recursos frescos, y toda vez que la Federación condiciona que cada gobierno local aporte una cantidad para toda obra pública, entonces, con un Veracruz acotado, revienta el desarrollo social.
Pero más aún:
El Veracruz azul necesita una honestidad absoluta en todas y cada una de las secretarías del gabinete, empezando por la oficina del gobernador.
Y por eso mismo, el góber está en un dilema, pues si se friega un peso y trasciende, el cochinero será peor que el heredado por Javier Duarte, acusado, como se recordará, por la Procuraduría General de la República, PGR, de los siguientes delitos:
Enriquecimiento ilícito, peculado, delincuencia organizada, lavado de dinero e incumplimiento del deber.
Además, la población electoral, cierto, esperaba que Duarte y los duartistas fueran encarcelados y obligados “a devolver el dinero robado”, pues simple y llanamente, se excedieron, pero al mismo tiempo, la ciudadanía esperaba obra social.
Y mientras la cuchilla azul sigue, cero bienestar común.
Y si Duarte sigue huyendo (responsabilidad federal), la Yunicidad, cierto, tiene en el penal de Pacho Viejo a figuras simbólicas del duartazgo:
Una, Flavino Ríos Alvarado, el góber interino de 40 días, quien según la jueza permanecerá detenido un año, mínimo.
Y dos, Arturo Bermúdez Zurita, el ex secretario de Seguridad Pública, quien de hecho y derecho era el dos de Duarte.
Pero de igual manera, oh paradoja, mientras ellos están presos, casi cuatro meses después, ninguna acción pública.
Incluso, ni siquiera, vaya, programas sociales que pueden operarse, digamos, “con saliva”, como por ejemplo, una cruzada cívica para alfabetizar a las 600 mil personas de 14 años de edad en adelante que no saben leer ni escribir y para que dos millones y medio de paisanos terminen la educación primaria y secundaria y el bachillerato.
Y es ahí, donde sobreviene el resbalón político de la Yunicidad.
DE RECULADA EN RECULADA
La LXIV Legislatura ya aprobó reestructurar la deuda con el voto insólito de los diputados locales del PRI, PVEM y los llamados independientes, tan inesperado y sorpresivo como también fue la reculada de Francisco Ávila Camberos como candidato externo del PRI a la alcaldía jarocha, donde el senador con licencia, Fernando Yunes Márquez, también jugará.
Ahora, sólo se espera que la comisión de entre 1,500 a dos mil millones de pesos que se lleve el intermediario bancario reestructurando la deuda, sirva para el bienestar social en un Veracruz pródigo en recursos naturales, pero habitado por un millón de indígenas y dos millones de campesinos pobres, jodidos y miserables.