Luis Velázquez
30 de diciembre de 2017
EMBARCADERO: El año terminará como un ciclo fatídico… El peor de los tiempos… Pero mucho más para los migrantes y más allá de lo peor, para los hijos de los migrantes… Casi casi un equivalente de la tragedia iniciada en la Ciudad de México y terminada en Veracruz, donde un padre, primero, matara a golpes a su esposa… Luego, a sus tres hijos… Y después, se suicidara… En el caso de los hijos de los ilegales, condenados a la furia de Donald Trump, declarado un enfermo mental por los sicólogos de Estados Unidos, quien ha ordenado a su policía migratoria los detengan y encarcelen y deporten… Al mismo tiempo, el huésped principal de la Casa Blanca ordenó redoblar la detención de migrantes localizados en la calle… Y en todos los rincones del país vecino, los paisanos de México y América Central se esconden en los espacios más inverosímiles, desde las iglesias hasta en los sótanos, casi casi el tiempo de la esclavitud que con gran recreación literaria escribiera William Faulkner, Premio Nobel de Literatura… Más grave aún si se considera que el primer año de Trump los arrestos aumentaron en un 40 por ciento de acuerdo con la estadística oficial… Peor aún si se considera que los arrestos son por igual para los indocumentados con y sin papeles… Los niños, hijos de migrantes, viven y padecen el peor de los mundos… Primero, porque parten de América Central, y también de México, siguiendo a sus padres a quienes hace años no han visto… Entonces, se enfrentan al peor de los mundos en su travesía… Y cuando llegan al otro lado, si llegan vivos, el infierno… Todo, porque tanto en Honduras, Guatemala, Salvador y Nicaragua como en México, la política económica constituye un fracaso rotundo y absoluto…
ROMPEOLAS: Se van en muchos casos, cierto, por la violencia huracanada… Y en otros, los más quizá, por el desempleo, el subempleo, los mendigos salarios de hambre y la jodidez… En el camino por México, los carteles y cartelitos, los polleros, los policías municipales y estatales y la policía migratoria, haciendo negocios con ellos… En el caso de los hombres, para incorporarlos a su membresía… Y a las mujeres, para emplearlas desde como trabajadoras domésticas hasta trabajadoras sexuales en los antros de su propiedad… Y cuando se internan en Estados Unidos, por lo general a través del desierto, “los polleros tan temibles” y los caza-migrantes descritos en la película “Desierto” interpretada por Gael García Bernal… Otro caso gravísimo, delito de lesa humanidad, genocidio total, es cuando los migrantes enferman y ante el miedo y el terror y el horror de ser detenidos, digamos, en una clínica, incluso, de mala muerte, prefieren aguantar el dolor confiando en un milagro divino, hasta que de plano, “mueren en el sueño y el intento” de entrar a Estados Unidos… Y es que los policías federales de Estados Unidos, la famosa Patrulla Fronteriza, sigue y persigue y busca y rastrea a los migrantes hasta en los hospitales… Todos ellos saben que enfrentar a la policía y a los tribunales constituye el centro del infierno… Y más ahora con el odio segregacionista de Donald Trump…
ASTILLEROS: El caso de los dreamers es otro delito de lesa humanidad… Son 850 mil jóvenes menores de 25 años, hijos de migrantes… De todos ellos, 600 mil son mexicanos, y entre quienes, sin ninguna duda, hay chicos originarios y/o hijos de padres de Veracruz… Trump les leyó la cartilla y les dijo que serán expulsados de EU en el primer trimestre del año entrante… En el Congreso norteamericano, una parte de congresistas se declaró a favor de todos ellos, pero la negociación sigue atorada… En varias ciudades con influencia latina los han apoyado… Pero de igual manera, la respuesta política y social ha sido insuficiente… Los arrestos y las deportaciones en su más alto decibel… La cacería de migrantes como la cacería de criminales en las películas del viejo oeste… Tanto por parte de los tiradores profesionales, muchos de ellos, hijos de Vietnam, como de la Patrulla Fronteriza… La desaparición de personas por varios días multiplicando la incertidumbre y la zozobra en las familias, y de pronto, luego del horror, así nomás, aparecen… Estados Unidos como una zona de guerra para los ilegales… Zona de guerra que son sus países en América Central… Y en México… Y en los estados migrantes, entre ellos, Veracruz, donde según académicos de la Universidad Veracruzana hay un millón de paisanos…
ARRECIFES: Por fortuna, otros mexicanos terminarán el año “de maravilla para arriba” como decía el inolvidable maestro de reporteros, don Alfonso Valencia Ríos… Por ejemplo, Carlos Slim Helú, uno de los hombres más ricos (el más rico de México) del mundo… En el año 2009, Slim otorgó un préstamo millonario al periódico The New York Times, uno de los mejores del planeta… En el año 2015, compró acciones, con el 16.8 por ciento de los papeles clase “A”… Ahora, en Estados Unidos manejan que Slim obtuvo una ganancia potencial de 5.9 dólares por cada una de las acciones adquiridas equivalentes a 95 millones de dólares… Cien por ciento ventajoso para el hombre que inició en el negocio a los 8 años de edad vendiendo dulces a la hora del recreo en la escuela primaria… Pero, bueno, por eso el mundo es como es, pues los genios capitalistas son pocos, excepcionales… Bastaría referir el dato del politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, en el sentido de que el uno por ciento de la población mundial es dueña del 80 por ciento del capital en el planeta… Y en contraparte, los peores salarios se dan en México, donde, caray, y como en Veracruz, pagan 70 pesos diarios como jornal a los indígenas de la sierra de Zongolica)… Tan es así que si de pronto Enrique Peña Nieto (y uno que otro gobernador) alardea de una inversión extranjera insólita se debe, simple y llanamente, a que aquí se pagan los peores sueldos del mundo… Por eso, y desde hace ratito, Veracruz ya es un estado migrante, lo que vale un cacahuate al secretario General de Gobierno, Rogelio Franco Castán, a cuyo cargo está la política migratoria de la yunicidad…