Luis Velázquez
31 de mayo de 2018
EMBARCADERO: El Veracruz romántico parece haber muerto, se ignora si para siempre, aun cuando, claro, la esperanza vibra y late… “La noche tibia y callada” de Agustín Lara con María Félix en el hotel Mocambo… Pepe Guízar en su casita de campo frente a la bahía… Chavela Vargas en su búnker rodeado de palmeras frente al Golfo de México en Antón Lizardo… Toña la negra cantando en las mañanas en La huaca mientras hacía picadas y gordas… Yuri y su “maldita primavera”… Salma Hayek y sus encantos avasallantes… Paquita la del barrio cantando al anacoreta de las cuevas de Alto Lucero… Juan Vicente Melo caminando con su sonrisa perpetua y su bastón en las calles de Xalapa… José Emilio Pacheco buscando la casa en la avenida Xicoténcatl donde viviera en la infancia… Juan Manuel Torres, el gran cineasta que descubriera a Meche Carreño, contando las historias infantiles de su natal Minatitlán… Salvador Díaz Mirón fumando puro en el hotel Diligencias y disparando por la espalda a un peatón que lo ofendiera por su bigote estrafalario y Jack London, el gran cronista norteamericano emborrachándose en Los Portales y luego llevándose a una trabajadora sexual al hotel Diligencias, donde se hospedaba, forman parte de la historia nostálgica que se fue de Veracruz…
ROMPEOLAS: Salma Hayek y Adriana Abascal se fueron de Veracruz y viven en el otro extremo del mundo, y jamás han vuelto para alegrar la vida… Gabriel García Márquez estuvo en Tlacotalpan cuando filmaran uno de sus cuentos, “La viuda de Montiel”, con Geraldine Chaplin, la hija de Charles Chaplin, y en Chacaltianguis cuando filmaran “El coronel no tiene quien le escriba” con Salma Hayek y Fernando Luján, y nunca más, otro novelista ha mirado a Veracruz… Incluso, fue anunciado que aquí, en el puerto jarocho, filmarían parte de la película sobre la vida de Nahui Ollín, la primera bellísima mujer que posara desnuda en México, y todo se fue en promesa… Ni siquiera, vaya, hay una leyenda futbolera que sustituya y cubra el espacio legendario y mítico de Luis “El Pirata” Fuentes en el estadio que lleva su nombre ni tampoco hay un sustituto de Beto Ávila en el béisbol, pues cuando Celso Contreras, “El rápido de Cantarranas” pudo el triunfo en el parque deportivo se fue en parrandas y mujeres fáciles…
ASTILLEROS: El Veracruz romántico parece estar muerto… Ninguna leyenda viva cabalga de norte a sur y de este a oeste… En el norte, por ejemplo, Toñita se perdió… En la región de Xalapa, Paquita la del barrio jamás ha vuelto a Alto Lucero ni alrededores, con todo y su hotel en el pueblo… En el sur, sabrá el Ser Superior dónde anda la soprano Olivia Gorra, quien fue la estrella favorita de Karime Macías… En Córdoba, jamás ha aparecido un Jorge Cuesta, ni siquiera, vaya, un Ramón Rodríguez, aquel de poema donde “en el fondo del zapato solloza mi calcetín”… Tampoco hay un Gabilondo Soler que cante a los niños… Ni un Ernesto Gómez Cruz que filme en papel
estelar “Los caifanes” con Julissa y Enrique Álvarez Félix… Tampoco hay un Luis Spota que a cada rato trotaba con su amada amante en Costa Esmeralda, que les parecía el paraíso terrenal…
ARRECIFES: Cierto, cierto, cierto, hay escuelas de arte y de música y talleres de literatura y de teatro y exposiciones pictóricas… Pero las lumbreras de entonces volaron al cielo… Y aquí, el desierto artístico y cultural… Lo más canijo: el Instituto Veracruzano de Cultura, IVEC, cumplió, parece, 31 años de vida, y pasó inadvertido… Incluso, la misma autoridad se hizo omisa y occisa… Y mientras la UNAM organizó un homenaje a su fundadora, la doctora Ida Rodríguez Prampolini, el IVEC se quedó en el anuncio estrafalario y mesiánico que de buenas intenciones está sembrado el camino al infierno… Y aquellas Casas de Cultura municipales que Prampolini empujara para promover las actividades del espíritu en cada pueblo apenas, apenitas, queda el recuerdo, moribundas la mayor parte pues a los presidentes municipales les vale y a ninguna autoridad parece interesar la recreación de la vida…
PLAZOLETA: En vez de “las palmeras borrachas de sol”, los malandros… En lugar de los goles del “Pirata” Fuentes, los trenes descarrilados… En vez de “La maldita primavera”, los huachicoleros… En vez de las “Ratas de dos patas”, Veracruz, primer lugar nacional en feminicidios… En vez de Salma Hayek bailando streap-tease con una víbora circundada en el cuello, los asaltos a unos comensales en una taquería y a unos feligreses en iglesia de Córdoba… En vez de aquel Veracruz mítico con un Rafael Guízar y Valencia haciendo milagros, parte de los obispos satanizando al sacerdote José Alejandro Solalinde, siempre en pie de guerra… Desde luego, cada tiempo tiene sus rasgos y características, pero en la lógica de Charles Dickens pareciéramos estar viviendo (y padeciendo) el peor de los tiempos… Nada más desalentador que el erial artístico y cultura en la vida de un pueblo… Y más si se considera que con todo y los campos de concentración de José Stalin donde enviaba a los escritores rusos, los novelistas, cuentistas y poetas del siglo XIX constituyeron la generación más ilustre en toda la historia de la humanidad…
PALMERAS: El Veracruz romántico ha muerto… Por fortuna, los jóvenes siguen escribiendo poemas de amor rústicos para la novia… Y los chicos enamorados, con todo y tiroteos y fuegos cruzados, continúan llevando serenata a la mujer amada… Y hay por ahí, de pueblo en pueblo, talleres literarios donde se leen novelas y escriben cuentos, sin que y por ahora, nadie parezca encarnar a Arthur Rimbaud, quien a los 17 años de edad había escrito su obra literaria cumbre, ni tampoco a Juan Rulfo, quien a los 26 años de edad ya había publicado “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”… Ni menos, mucho menos, a Carlos Monsiváis, quien a los diez años había leído la Biblia e iba por la segunda vuelta… Todo indica que a las generaciones en el poder estatal y poderes municipales la cultura y las tareas del espíritu les valen, pues ninguna, además, ha promovido un movimiento social (naranja dice el niño indígena) para llevar la cultura al pueblo vista como un legítimo derecho a soñar…