Luis Velázquez
11 de septiembre de 2019
EMBARCADERO: AMLO ya lo dijo y son palabras mayores… Uno de los objetivos de la llamada por decreto Cuarta Transformación, 4T, es que la población se vuelva, no lectora de periódicos ni lectora de noticias por el celular, sino de libros… Diríamos, entonces, que la gran cruzada cívica y educativa, sin precedente antes y después, de José Vasconcelos como secretario de Educación Pública, Álvaro Obregón presidente, de imprimir millones de libros de los clásicos en papel revolución para regalarse en el país, significa el modelo de la 4T…
ROMPEOLAS: Nunca en la vida pública y privada las cosas funcionan así nomás, por decreto, porque el jefe máximo lo ha ordenado… Además, de nada servirá, por ejemplo, que miles de libros de los clásicos, digamos, sean impresos, para que en automático la población lea… Ni tampoco que un profesor ordene a los niños leer el libro, digamos, como tarea para el día siguiente… Ni menos, mucho menos, que encarguen a los padres de familia estar pendiente de la lectura de un libro en casa…
ASTILLEROS: Nunca fueron evaluados los resultados de José Vasconcelos con aquella cruzada… Pero todo indica, fueron terribles y espantosos, si se considera que el promedio de lectura de un libro en el país (una nación con 130 millones de habitantes) es de un libro, si acaso, leído por año… Y lo peor, un libro de autoayuda espiritual y/o en todo caso, “para hacerse millonario en un dos por tres”, por milagro superior, y de paso, tener un volcho, mínimo en la puerta de la casa con el salario mínimo y enviar a la familia de vacaciones al extranjero y hasta tener un departamento compartido en Miami o de perdis, en Cancún…
ESCOLLERAS: Primero, dice el maestro de la esquina, ha de cambiarse por completo el sistema educativo, de tal forma que los profes despierten el interés y la curiosidad de los niños en la lectura de un libro, de libro en libro… Es decir, lo mismito que solían hacer los abuelitos hace 2, 3, 4 siglos, cuando dormían a los nietos contándoles un cuento… Lo mismito ordenado por Fidel Castro cuando entrara con los barbudos a La Habana, a la caída del dictador Fulgencio Batista… Un niño, decía, ha de dormirse narrándole el cuento de un libro clásico para motivarlo a la lectura…
PLAZOLETA: Así, con método tan simple y sencillo, el niño puede irse interesando por la lectura… En ningún momento, porque digamos, el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, lo proclama… Y, claro, antes, mucho antes de que un profesor despierte el interés de un niño por un libro, ha de preguntarse, investigarse, si el profe lee libros por hábito y necesidad, y segundo, el tipo de libros leídos, y tercero, el número de libros leídos, digamos, en un mes, o para ser optimistas, en un año… Ya luego se verá si la estrategia pedagógica y sicológica para provocar el interés por la lectura procede…
PALMERAS: Durante 9 meses del obradorismo han pasado con la cantaleta de que el país se volverá una república amorosa de lectura… ¡Pobres ilusos!… De ñapa, un sexenio resulta insuficiente, pues han de estremecerse el sistema educativo… Pero más, mucho más, aplicar una trepanación mental a los profesores pues, veinte y las malas, el grueso, incluido los maestros de las universidades, rara, extraordinaria ocasión, leen un libro… Simple y llanamente, somos una nación que no lee… Entonces, decir que un objetivo de la 4T es lograr un país lector está en chino