Redacción El Piñero
México. -En el país cuyo escudo es un águila devorando a una serpiente, los traficantes de seres humanos no tendrían tanto éxito sino contaran con la complicidad del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional, sobre todo en las fronteras sur y norte.
Esta aseveración surge de la tragedia vivida por un joven migrante de 31 años de edad, procedente de Nicaragua, que en vida llevó el nombre de Marx.
Esta es parte de su historia:
Marx pagó cinco mil dólares a un grupo de “coyotes” que lo llevarían de Nicaragua a Estados Unidos, pero al llegar a Ciudad Juárez lo entregaron a un grupo delictivo que lo secuestró. Aunque su familia pagó 20 mil dólares por su rescate, lo torturaron y asesinaron.
Marx murió a causa de un traumatismo craneoencefálico provocado por los golpes de sus captores, quienes obligaron a otros migrantes que tenían secuestrados a que lo envolvieran en una sábana y lo ataran para después deshacerse del cuerpo en las calles de la frontera.
Pero los secuestradores hicieron creer a su familia que le habían cortado una oreja, por lo que se endeudaron para reunir los 20 mil dólares del rescate, hasta que otro migrante que logró escapar llamó para informarles que Marx había sido asesinado.
Dijo que los traficantes de personas, llamados “coyotes”, “guías”, “polleros” o “coyoteros”, les pusieron una marca en la mano para indicar a integrantes de un grupo delictivo quienes podrían ser secuestrados.
“A partir de testimonios directos, hemos observado un corredor particularmente intenso de tal actividad entre Durango, Chihuahua y Coahuila. Una vez que llegan a Ciudad Juárez, los cárteles rutinariamente secuestran a los migrantes y los guardan en escondites, donde les quitan todas sus pertenencias, incluidos los teléfonos celulares”, denunciaron las organizaciones Hope Border Institute (Hope) y Derechos Humanos Integrales en Acción (DHIA) a través del informe “El dolor como estrategia”.
Muchos migrantes son traficados por integrantes de los cárteles desde sus países de origen o desde el sur de México bajo la falsa promesa de facilitar los viajes a Estados Unidos. Pero terminan secuestrados por los “coyotes”.
Las organizaciones que apoyan a las personas en contexto de movilidad en Ciudad Juárez y El Paso denunciaron que “las actividades de los cárteles en Ciudad Juárez no se pueden entender sin la ayuda activa del que quizá sea el cuarto cártel más grande de la ciudad: el Instituto Nacional de Migración (INM) de México y Guardia Nacional”.
Según el migrante que logró escapar, fueron “varios” los secuestrados asesinados por los delincuentes en la frontera, aunque él solo conocía a Marx, cuyo cuerpo permanece en el Servicio Médico Forense (Semefo) en espera de apoyo para ser repatriado, pues su familia debe los 25 mil dólares pagados a “coyotes” y secuestradores.
Al momento continúan en el Semefo de Ciudad Juárez tres migrantes más que murieron el pasado jueves 11 de julio en un accidente vial cerca de Ahumada.
Uno es el ecuatoriano Víctor Manuel J. E., de 23 años de edad, quien dejó a su hija y a su esposa en su país para migrar en busca de una vida mejor.
El otro muerto es un guatemalteco de iniciales J. O. V. P y él es un hombre de entre 20 y 25 años de edad.
El Consulado General de Guatemala en Tijuana informó que “solicitó registro de huellas dactilares para realizar el cotejo correspondiente de su identidad.
Una de las personas atendidas fue una mujer guatemalteca, originaria de Jalapa, de 25 años, que, ingresada a un centro hospitalario de Ciudad Juárez, lamentablemente falleció”.