- El presidente imaginario
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. El PRI… dormido
El priista Edmundo Martínez Zaleta ha levantado la mano. Cabildero político, hombre concertador, se ha trepado, no obstante, al ring. Y se ha ido a la yugular del presidente del CDE, Renato Alarcón Mota.
“Mantiene al partido dormido” dijo en una súbita reaparición en el carril mediático en Xalapa.
Y dormido, digamos, por los siguientes agravantes:
A: El 4 de junio, el PRI sólo ganó 40 presidencias municipales en alianza con otros partidos, entre ellos, el fiel (por algo será) PVEM. Pero de las cuarenta alcaldías sólo ganó tres en fórmula única. Como PRI, el rechazo total y absoluto de la población electoral.
B: La renuncia insólita de priistas, digamos, destacados por encima del grueso de la militancia. Regina Vázquez Saut y Basilio Picazo, diputados locales. Ricardo Ahued Bardahuil, exalcalde de Xalapa y ex diputado local y federal. Yolanda Gutiérrez Carlín, extitular de la CAEV.
El colmo: el diputado Vicente Benítez González, secretario particular de Javier Duarte, tesorero de la SEFIPLAN, subsecretario de Desarrollo Social, Oficial Mayor de la secretaría de Educación, diputado local gracias a Duarte, advirtiendo al mundo:
“En mi agenda política no está visitar a Duarte en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México”.
Y, bueno, si Benítez, quien todo debe al ex góber tuitero en su vida pública, lo ha traicionado, con más razón otros priistas y ni se diga, la militancia.
¡Pobre Renato Alarcón!
Dos. “El PRI seguirá en el fracaso”
C: Martínez Zaleta fue diputado federal, presidente municipal de Papantla, director de Tránsito del Estado y presidente del CDE del PRI, entre otros cargos estatales, además de los federales. Por eso, su juicio contra el líder priista en turno es demoledor:
“Renato se pone las pilas o el PRI seguirá en el fracaso”.
Más claro, ni el agua.
Y el vaticinio del papanteco cobra vigencia de cara a las 5 elecciones del año 2018, una de las cuales será la gubernatura de 6 años.
D: Fans del senador Héctor Yunes Landa, por quien se juega “el todo por el todo”, con un doctorado, “viejo lobo de mar”, con batallas innumerables en el campo electoral de guerra, dijo:
“Los militantes han de sentir el apoyo del partido y que hasta el momento no tienen”.
Y más por la siguiente circunstancia:
En la campaña electoral para elegir alcaldes, Renato Alarcón ofreció a los candidatos tricolores ayuda institucional. En unos casos, de medio millón de pesos y que, bueno, en el terreno político nada significan, pero “algo es algo”.
Y sin embargo, nunca, jamás, el dinerito llegó.
Se ignora su destino final. Y cada quien puede especular. Pero los candidatos terminaron enojados, resentidos, molestos, irritados contra Renato.
En todo caso, y como afirma el chamán, el PRI perdió 157 alcaldías, pero a Renato Alarcón le habría ido muy bien.
Además, de las traiciones que se dieron y que rebasaran por completo a Renato, pues nadie le respeta ni honra.
Una de ellas, en Zongolica, con el cacique Mario Zepahua, exalcalde y ex diputado local y federal, ultra contra súper millonario a la sombra tricolor, empujó al candidato panista y ganó.
Otra más, en Pánuco, con Ricardo García Guzmán, ex diputado local, ex alcalde y dos veces es Contralor, con los hijos trepados en el presupuesto, jugando las contras al PRI cobijado en el PAN.
Tres. El PRI soñado…
En el tiempo que camina en medio de huracanes políticos, con la triple derrota consecutiva (la gubernatura, el Congreso y las alcaldías), el tricolor ha de ser, refiere Edmundo Martínez, un partido de oposición “y no sólo de crítica constructora”.
Además, “de lucha para cambiar las circunstancias”.
Pero como Renato Alarcón es un místico del poder y alguna vez soñó con abrazar la carrera sacerdotal, pero Adolfo Mota lo desconvenció, el señor presidente del CDE la pasa en el limbo.
Sería, quizá, porque como Mota debe tantas cositas al senador Emilio Gamboa Patrón y el yucateco es amigo del gobernador Yunes, y el senador habría salvado del escándalo penitenciario a Mota, Renato, entonces, ni hablar, “favor con favor se paga”.
Y Renato vive en el misticismo total y absoluto, congruente consigo mismo.
Más aún si se recuerda que el presidente del CDE del PRI fue secretario particular del subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, y Cifrián y Yunes son hermanos putativos desde el tiempo heroico de la profe Elba Esther Gordillo, refundida en la cárcel por el Peñismo.
Entonces, si Martínez Zaleta sueña con que el PRI de Alarcón sea digno, crítico, opositor, peleador callejero, quizá habría fumado mota y de la mala para abrigar tal sueño devastador.
Pero, bueno, si se considera que otros priistas (Ricardo Olivares Pineda, Manuel Ramos Gurrión y Joel Hurtado Ramón, entre otros) lanzaron su Corriente Crítica Democratizadora…
Y que la “Vía Veracruzana” (Mario Tejeda Flores) ha advertido que el PRI les cumple con parcelas de poder o se ponen al mejor postor, sea el PAN, el PRD o MORENA…
Y que varias figuras rojas han desertado del tricolor, entonces, Martínez Zaleta se oxigena a sí mismo como en aquellos tiempos cuando en Papantla luchara contra Domingo Yorio Saqui, Florencio Azúa Gallegos y Blas Milo Squitín por el liderazgo indígena, o de lo contrario, terminará frustrado, porque el tricolor vive el peor momento de su historia local.