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Más de 40 mil personas con VIH en Yucatán, pero la mayoría no lo sabe

El Piñero

Y lo peor: no hay programas efectivos para contener el contagio y esa es una de las razones por las que la epidemia sigue creciendo, afirmó Carlos Méndez Benavides, fundador del albergue Oasis San Juan de Dios

El fundador del albergue Oasis San Juan de Dios para enfermos de VIH-Sida, Carlos Méndez Benavides, dijo ayer que en Yucatán hay más de 40 mil personas con VIH, pero la mayoría no lo sabe, y esa es una de las razones por las que la epidemia sigue creciendo.

Otra de las razones, denunció, es que no hay campañas efectivas para informar sobre el riesgo ni para prevenir el contagio, y tampoco se realizan exámenes obligatorios para descartar VIH a las mujeres embarazadas, con lo que se evitaría que las que tienen el virus contagien a sus bebés al nacer.

Lo dijo así:

–Vivos con VIH hay unos 6 mil 500, pero de 1982 a la fecha, que son 37 años, se registraron 2,600 muertos. Y hay unos 500 que se hicieron la primera prueba pero no la segunda y dieron direcciones falsas, por lo que no se les puede localizar. Y sumado a esto se supone que por cada 1 hay 4 que no lo saben. Entonces sí son 6,500 que están vivos y saben que tienen VIH, son 26 mil en total las personas que tienen VIH y no lo saben, más los que fueron infectados por los 2,600 que ya murieron, más los otros 500 que dieron direcciones falsas, llegan fácilmente a más de 40 mil. Y si se tiene en cuenta que el VIH tarda en presentarse de 8 a 10 años, podemos pensar que cada año va a haber más infectados.

En entrevista con POR ESTO!, Méndez Benavides insistió en que no hay ningún programa que se esté aplicando de manera efectiva para contener el contagio, pues no hay programas de información ni de condones en las comunidades y muchos de los que allá viven son trabajadores migrantes que van a Cancún o a la Riviera Maya, donde adquieren VIH y otras infecciones de transmisión sexual, ITS, con las que luego infectan a sus esposas.

Promotoras de la salud

Asimismo sugirió algo interesante:

–Hay que volver a los sexoservidores promotoras de la salud, porque cobran 400, pero muchos usuarios llegan en un carro y les dicen: “Te doy mil pesos sin condón”. Esa es una vía de contagio, y no se está haciendo nada para advertir el riesgo, luego entonces habría que sensibilizarlos para evitar que caigan en esa trampa.

El reconocido activista relató además algunas de las muchas batallas que ha tenido que dar para defender del abandono, la discriminación, la ignorancia, la incomprensión y la mala intención a las personas que padecen esta enfermedad.

Por otra parte, reveló que en los 23 años que lleva en operación este albergue, han acudido a su auxilio más de 740 personas, y de ellas 353 han muerto en ese mismo lugar, en tanto que 400 han sobrevivido y han regresado a su casa.

Los años más duros

En este punto, comentó:

–Los últimos años de los noventas fue la época más fuerte: se morían hasta 5 ó 7 al mes. Don Pedro Quevedo, el de la funeraria, nos apoyaba con los ataúdes. Primero vino la incineración, pero era muy cara, y después don Víctor Cervera nos prestaba la fosa común, que fue convertida en fosa digna con unos bloques.

–¿Morían niños?

–Antes de los años noventas hasta el 2003, los niños que tenían VIH estaban destinados a morir, porque no había medicamento infantil. Aquí dividíamos las porciones de un medicamento para darles menos, algo adecuado a su edad, pero no era lo mismo. Nuestro éxito ha sido que los niños que nacieron aquí han llegado a ser jóvenes, y se preparan hasta donde ellos pueden. Hay de secundaria y de prepa.

–¿Qué se hace para que las mujeres que tienen VIH y se embarazan no contagien a sus hijos?

–Se les debería hacer un examen para descartar esa enfermedad, pero no se ha vuelto obligatorio eso. Eso es lo que está pasando: El problema es que a las mamás no les llega la información en los pueblos.

Los médicos deben ofertar el examen. La oferta es para todas las mujeres embarazadas. Eso garantiza que no nazcan con VIH sus hijos, pero hay que averiguarlo en las primeras 24 semanas.

Si resulta con VIH se le da a la mujer el medicamento que baja la carga viral, y si se apega al tratamiento y se cuida el nacimiento (para que no lo contagie, se le hace cesárea), el niño o la niña nacen sin problemas, pero muchas mujeres son tan pobres que no pueden comprarles la leche especial que necesitan, ya que una mujer con VIH no puede amamantar a su hijo.

–¿No hay programas de apoyo?

–A nivel federal se abrió un programa que cubría un año, pero hasta $700 cuesta la latita de leche, y ahora el programa ya no cubre el año, da sólo como para 6 meses intercalado, el problema es que en los pueblos la gente es muy pobre, el niño llora y quisieran darles leche de la mamá. Cuando ya llegó al año le pueden dar atolitos.

–¿Y en cuanto a los medicamentos para que sobrevivan los que tienen VIH?

–Yucatán fue el Estado número 31 en dar esos medicamentos. Pero es porque aquí todo es tardado si no te luces. Me decía un funcionario que no nos quiso ayudar: “No puedo porque, ¿cómo llego para dar el medicamento en la escarpa? Con el dengue puedo poner las camionetas que van a fumigar para la foto, pero con el VIH no”.

Discriminación por temor

–¿Todavía hay discriminación contra las personas que tienen VIH?

–Sí. No hemos luchado contra la discriminación en el VIH, no hay ninguna campaña a nivel estatal. Un 60% de las personas nos dicen que no convivirían ni en su propia familia con un portador del VIH e incluso hay mamás que dicen que prefieren que sus hijos sean asesinos y estén en la cárcel y no que sean personas con VIH.

–¿Por qué hay tanta discriminación, es por ignorancia?

–Sí. En los pueblos dicen que si tiene VIH es porque le dio un mal viento; son 5 las enfermedades contagiosas que la gente cree que son un mal aire: rabia, sífilis (creen que hay que quemar todo), tuberculosis (la gente cree que hay que separarlos en un cuarto alejado de la casa), el cáncer y el VIH.

–¿Y por qué no se les aclara lo que pasa?

–No hay interés, incluso las autoridades cometen un error al decir que es una enfermedad infectocontagiosa, porque el VIH no es como la gripa, la influenza y la tuberculosis. Es de transmisión 98% sexual. Hay Secretarios de Salud que lo dicen así y la gente lo lee al día siguiente. Hay que corregir los mensajes, porque no son los adecuados.

Condoneras al fracaso

–¿Entonces nunca hubo medidas de prevención contra el VIH?

–Hubo un programa de condoneras, pero no avanzó porque supuestamente “fallaba”, pero no es cierto. Se acabó y no lo resurtieron.

–¿Por qué no lo resurtieron?

–Porque las autoridades de Salud se dejan presionar por los grupos de derecha. En la época en que Iván Vivas era Secretario de Salud, pasaban las camionetas regalando camisetas que con la imagen del Pato Lucas decían: “No existe el Sida”.

–¿Cómo va a ser?

–Sí. Las organizaciones civiles denunciaron con la prensa que había 3 camionetas, de las primeras Ford Lobo, que cargaban 750 kilos de esas camisetas cada una, todas eran grandes y negras, y las iban regalando a los albañiles en las construcciones de esas unidades habitacionales del Infonavit; también las regalaban en X’Matkuil. Todas decían: “No existe el Sida”, y estaba el Pato Lucas con el condón en el dedo diciendo: “No lo uses, el Sida no te va a dar”.

–¿Y qué hicieron ustedes?

–El Secretario de Salud era Iván Vivas Aguilar, pero no quería hacer una denuncia. Entonces lo forzamos a que diera un mensaje a la comunidad.

–Le dijimos: “Por lo menos dale un poquito de temor al que lo está haciendo. Di que vas a hacer una investigación y le vas a hacer daño”. Entre todos lo presionamos; Unasse lo presionó muchísimo, nos unimos con la Dra. Sandra (Peniche Quintal) y Unasse lo agarró del cuello, directo a la yugular; entonces se pudo hacer la rueda de prensa para advertir que era ilegal repartir esas camisetas.

–¿Y quién las hizo?

–Nosotros nos preguntábamos qué rico lo habrá hecho. ¿Alguien lo hizo, para qué? Fue entonces que Iván Vivas Aguilar tuvo que salir y decir: ¿Saben qué? Al que se le sorprenda repartiendo esas camisetas, se le va a consignar.

También hicimos camisetas advirtiendo del riesgo del VIH y las cambiábamos, les dábamos 2 a cambio de que nos dieran la que tenían donde pedía el Pato Lucas que no se usara el condón porque no se iban a infectar de VIH.

Bájale un poco

–¿Y quién hizo las del Pato Lucas?

–Te vas a asustar de lo que te voy a contar, pero yo creo que es necesario que lo sepa la gente: el padre Rafael Palma Capetillo era el Rector de la Moral. Un día me habla Berlie y me dice: “Necesitas hablar con Rafael, porque vamos a diseñar una campaña y él quiere saber qué se está haciendo con la campaña de ustedes”.

Ya nos empezábamos a meter muy fuerte y entonces, como ya le habíamos ganado al IMSS con una marcha que se hizo con el Frente Nacional de Personas Afectadas por VIH-Sida, el Frentabi, de Jorge Huerdo, no era una organización civil todavía, era un movimiento.

Nos juntamos como 2 mil personas y le hicimos una manifestación al Gobierno porque no había el medicamento; había el protocolo humanitario, pero no lo daban a todos. Eso fue en 1998.

Entonces se logró y, cuando vinimos de México, se logró firmar que cada Estado iba a hacer su comité con el IMSS para empezar a dar los medicamentos a los derechohabientes.

Entonces fueron los primeros que empezaron a dar los medicamentos. Se corrió la fama, salió en todos los periódicos nacionales e internacionales y al llegar me llama Berlié y me dice: “Oye, quiero que hables con Palma, él tiene un proyecto grande sobre el Sida, los condones, y quiere conocer tu opinión”.

Fui a hablar un domingo con él, con don Rafael Palma Capetillo, que en esa época era Rector de la Moral, no era Obispo Auxiliar todavía, estaba en proceso su nombramiento porque Berlie lo estaba promoviendo. Y me dice:

Déjalo trabajar

–Oye Carlos, mira. Ya ganaron ustedes los medicamentos.

–Sí, Palma –le digo–, pero sólo en el IMSS, ahora viene aparte el ISSSTE y faltan los que se están muriendo en el suelo porque no tienen seguridad social. Falta ver todo eso.

–Mira, mira, bájale un poco a tu ritmo. Tú dedícate a esto, te vamos a apoyar, pero el VIH tienes que dejarlo trabajar. Olvídate del condón, de los derechos humanos, que están empezando esa porquería. No, no, mira. El padre Mex se va a encargar de los derechos humanos. Tú olvídate, no te metas en eso. Te vamos a apoyar; mira, vas a tener de todo Pero deja trabajar al VIH.

–¿Cómo trabajar? ¿Carlos?

–Eso le dije. Lo mismito que tú me estás preguntando le dije: “¿Cómo trabajar?”.

–Y le digo: Padre, ¿cómo va a ser que trabaje el VIH, el VIH le está haciendo mal a la gente?

El tamizaje de Dios

–No –me dice- es el mejor amigo de la Iglesia Católica que hemos tenido en años. Está limpiando, es el tamizaje de Dios; está limpiando la sociedad de los malos y los buenos.

–¿De veras te dijo eso?

–Es en serio, yo me fui para atrás. Incluso recibo amenazas, pues al ver que no acepto me dice “Si no lo haces, nosotros te vamos a cerrar el albergue”.

Entonces le digo: “Tú haz tu trabajo, lo que tengas que hacer, y yo voy a hacer mi trabajo. Todos están haciendo su trabajo, pero el VIH no está haciendo ningún trabajo. Perdóname, pero está en contra de la sociedad, hay que detenerlo”.

–No –me dice-, estás mal, Carlos. Estás mal, es el tamizaje; estás matando al tamizaje de Dios.

–¿Y por fin, quién hizo las camisetas contra el condón?

–Yo pienso que alguien muy rico, cercano a la Iglesia Católica hizo esto. Te voy a decir porqué también: Porque fue el mismo año el primero de diciembre empezaron a repartir unos jóvenes un rosario chiquito que se ponía en los dedos, pero de madera.

Ellos empezaron a ponerse en la puerta y en la esquina del Hospital O’Horán y allá los repartían; lo que decían era que rezaras por el VIH. Que así íbamos a acabar con el VIH, rezando.

–O sea: para que no usaran condón, que rezaran.

–Sí. Y fue el mismo año en que alguien tuvo que tener la paciencia y el tiempo para sabotear los condones, porque muchos nos reportaban que los condones que se repartían gratuitamente tenían un huequito; se los hicieron con aguja, por el tamaño del huequito nos daba la impresión de que había sido hecho con una jeringa o de costura, pero la aguja grandecita.

–¿Cuál era la intención?, ¿desacreditar el condón?

–Y no sólo eso, para aumentar el VIH. Es decir, para aumentarlo.

–¿Cuántos niños han resultado infectados de VIH desde esos años?

–Estamos hablando de más de 180, más.

–¿En Yucatán?

–Sí, hemos luchado contra la corriente. En 1998 Yucatán tenía un convenio con el Registro Civil, y los seguros de vida no se pagaban por las letras chiquitas, donde se excluía del pago la aseguradora si la muerte era por VIH-Sida. Eso era ilegal, pero aquí sí se aplicaba.

–¿Cuándo tienen VIH y cuándo Sida?

–VIH es cuando viven con el virus sin sintomatología. Sida cuando ya se presentó la sintomatología. En este caso se presentan enfermedades como toxoplasmosis, síndrome de desgaste muscular, sumado a tuberculosis y a enteritis, que es una infección intestinal por hongos. También se les presenta herpes y bajan de peso muy rápido.

Lotería de la muerte

–¿Han hecho otras campañas contra el VIH?

–Sí. Cuando estaba Patricio, se hizo una campaña misógina acerca de que el VIH es la “Lotería de la Muerte”. En ella el diablo le dice a la dama, la dama se mete con el valiente (bisexual), el valiente se mete con el borracho (homosexual), y se acaba con la muerte.

Y también se hizo otra, al final de la gestión de VCP, y se la encargaron al Indemaya. Decía en maya que el VIH puede causar la muerte como la picadura de cascabel. Resultado: acabaron con las cascabeles, pero no con el VIH.

Les da más rápido a los mayas

Continúa Carlos:

–Te decía que normalmente el Sida se presenta después de 8 ó 10 años del contagio, pero en los pueblos mayas es más rápida la presencia del Sida, se presenta en sólo 5 años, por su sistema inmunológico de desnutrición por genética desde los bisabuelos y los abuelos, que comen solo maíz, chile y atoles.

–Carlos, alguien me dijo que Yucatán tenía el pueblo con más mujeres contagiadas de VIH por culpa de sus maridos que son trabajadores migrantes y se van a la Riviera Maya y a Cancún, donde tienen relaciones con homosexuales americanos y canadienses, pero por culpa también de la Secretaría de Salud, que no se ha preocupado por hacer una campaña en serio contra el VIH.

–Temax fue en un tiempo el pueblo con más VIH en mujeres.

–¿Hay otros pueblos en esas condiciones?

–Está Maxcanú. En una colonia hay 15 familias con varias personas que tienen VIH y Sida. Algunas personas ya hasta se están muriendo por la enfermedad, pero tienen miedo de salir a atenderse por la discriminación.

Si la gente se entera que tienen esa enfermedad las empiezan a agredir. También hay mujeres muy pobres de Temozón, Peto, Tekax, Kanasín, etcétera; el problema es que no llega la clínica ambulatoria del Capacits para atender el VIH-Sida.

Sin programas de ayuda

–¿Y qué programa oficial les aplican a esas personas para ayudarlas?

–No hay programas de ayuda. Ninguno. Como te decía, lo que hizo el Gobierno Federal desde el año 2000 es un programa de apoyo a la mujer que tiene VIH y que dio a luz a un hijo, con becas para sus camiones para que vayan a recibir su apoyo: 800 pesos.

También se hizo un programa de apoyo en el D.F. cuando estaba el PRD; como te decía, nosotros hemos luchado contra la corriente, a veces se piensa que la lucha del VIH -Sida ha sido fácil, pero no ha sido fácil.

Mira, por ejemplo de estos libros: “El homosexualismo en Estados Unidos. Una sombra sobre la nación”, se hicieron 20 mil por parte de Provida. Y de este otro: “Las ventajas del Sida”, la primera edición la hizo un padre jesuita, Rafael Cervantes, que ya murió.

Yo decía: El único jesuita malo. Él hablaba de que había sidosos, que había que llamarles así, peyorativamente, y que había sidosos culpables e inocentes, los inocentes eran nada más los niños y todos los adultos eran culpables, pero podías estar limpio si de lo que tuvieras, dejaras todo a la Iglesia.

Decía: “Tú puedes estar limpio, ¿cómo? Da lo que tengas da limosna, y entonces todo quedará limpio. Hay sidosos que dejan toda su herencia y fortuna para sus hermanos enfermos. Vendan todo lo que posean y den limosna”. Y en la parte de atrás pegaban una calcomanía con la dirección de una iglesia donde se debía llevar el dinero.

Firmado desde 1996 el matrimonio igualitario

En 1999 nos enteramos en un congreso de Acapulco de que México había firmado la aceptación del matrimonio igualitario en la ONU en 1996.

Allá nos dieron el libro “Derechos Humanos: El VIH/Sida y los Derechos Humanos. Directrices internacionales”, y venía esta carta que decía que las normas legales deberían proteger a los que tuvieran esa condición de enfermedad de VIH-Sida. Y la Directriz V, en el párrafo H señala que deberían promulgarse leyes de protección contra la discriminación para reducir el número de infracciones de los derechos humanos de los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. Particularmente en lo relativo al VIH-Sida.

Y se agrega allá: “Estos instrumentos deberían prever sanciones para las afrentas a las personas que mantengan relaciones homosexuales. Y dar reconocimiento legal al matrimonio o relaciones homosexuales”.

Esto es de 1996 y está firmado por México desde esa fecha, y nosotros estábamos diciendo que había que luchar por eso: Claro, no sabíamos que México ya había firmado el matrimonio igualitario desde 1996 con la ONU.

¿Qué pasaba? Que esto no había llegado a Yucatán. Nosotros nos venimos a enterar de esto en 1999 en un congreso en Acapulco, donde nos dieron las directrices internacionales.

18 en el albergue

–¿Cuántas personas están en el albergue?

–Hay 18, de Cancún y Campeche llegan 1 o 2 migrantes al año. De Uruguay tienen 2, de Belice varios, y de Honduras hay varios que han venido huyendo de la Mara Salvatrucha.

–¿No les dan medicamentos en sus países?

–En Guatemala tienen los medicamentos antiguos. En Belice a los que venían los empoderamos para que lucharan por sus derechos y ya les dan medicamentos y ya no vienen. Antes el Hospital General de Belice mandaba cartas pidiendo que ayudemos a estas personas.

También ha venido uno que otro cubano y uno de Uruguay que se cayó del tren La Bestia y se quebró la cadera. Entonces Sor Higia Cámara, de las Misioneras Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, consiguió la prótesis y lo operaron en México.

Jesús no tuvo una familia tradicional

Finalmente, Carlos Méndez Benavides señala:

–Provida nos censura y discrimina y habla de la familia tradicional que enseñó Jesús: mamá, papá, etcétera. Pero la familia de Jesús no es la tradicional, porque Jesús tuvo padrastro.

La entrevista se realizó en Conkal, en la sede del albergue Oasis San Juan de Dios.

(Roberto López Méndez)

Con información de poresto.net

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