- El mundo en contra
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. Más feminicidios
Una mujer más fue asesinada en Veracruz. Ahora, en Cotaxtla. Tirada sin vida en un cañal. Degollada, con toda la saña y barbarie del mundo.
En el camino de La Candelaria a San Antonio. A media noche del viernes 29 fue descubierta. Tenía entre 18 y 23 años según los peritos.
De su cuello colgaba un rosario con piedras de lencería en color negro.
Y para entonces, tenía 24 horas de fallecida. Reportada como desconocida.
En la víspera de su hallazgo, la Fiscalía General anunciaba que sepultaría en la fosa común 521 cadáveres que nadie, al momento, muchos años después, ha identificado ni rastreado.
Nadie les lleva flores. Nadie les llora. Nadie les reza. Nadie los ha reclamado, incluso, con tanto dolor y sufrimiento de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, expresado en su dimensión estelar por el Solecito y los Colectivos.
En contraparte, y sólo quizá para la picaresca, en la colonia Carranza de Boca del Río, ese mismo día tres mujeres atacaron a golpes en la vía pública a su vecina Micaela y a quien, incluso, con toda la furia del planeta, la arrastraron de los cabellos en la calle.
La víctima dijo que desde hace tres años tiene problemas con su vecina Alejandra, y aun cuando firmaron un convenio de respeto mutuo, de no agresión, de “pasar a su lado con suma indiferencia”, el trío de mujeres se le fue encima a golpes y puñetazos, como gladiadoras, y sobre la Avenida 23 la arrastraron unos diez metros.
La vida, pues, sórdida, extraña, rara, contradictoria, insólita, perpleja como es.
Un feminicidio más. Medio millar de cadáveres a la fosa común y mujeres agarrándose a madrazo limpio.
Dos. ¡Paren esta masacre!
En el caso del nuevo feminicidio sólo restaría exclamar la frase bíblica: “¡Paren esta masacre!”.
Hay, por ejemplo, una Alerta de Género en Veracruz, aprobada por la secretaría de Gobernación, pero sólo para once de los 212 municipios.
Hay un legítimo reclamo de las ONG documentando la realidad adversa, y sin embargo, la barbarie contra las mujeres continúa, pareciera, implacable.
Hay foros sobre los feminicidios y no obstante, siguen, y lo peor, de forma cruel y atroz, como por ejemplo, el trío de edecanes de Amatlán y Córdoba secuestradas y asesinadas en el transcurso de este año.
Nadie, claro, puede olvidar la historia de la chica de 17 años desaparecida en el duartazgo, ultrajada, asesinada y arrojado su cadáver a un ladito de la comandancia policiaca de Atoyac, en el poblado Potrero Nuevo, y a la que expuesta a la intemperie siempre se aseguró que los zopilotes le habían arrancado los ojos de un picotazo, tan hábiles que son esos animalitos.
La chica asesinada en Cotaxtla (la tierra y feudo de Felipe Amadeo Flores Espinoza, a quien sólo faltó la gubernatura en su currículo) tenía, digamos, unos 18 años, y ni modo que a esa edad su crimen sea ligado a la violencia intrafamiliar.
Mar de fondo habrá. Pero sea como sea, la batalla femenina por la vida y el respeto y la dignidad y la tranquilidad y la paz a vivir sin incertidumbre ni zozobra, está perdida en el territorio jarocho.
Y más cuando la misma autoridad reconoce que son pocos, excepcionales, los casos trascendidos, pues la mayoría de las mujeres se abstienen de la denuncia.
Tres. El mundo en contra
Terrible y dramático escenario vive y padece la población femenina cuando 6 de cada 10 habitantes de Veracruz son mujeres.
A: Los feminicidios. Y lo peor, en la impunidad, bajo el pretexto universal de la violencia intrafamiliar y/o de pareja.
B: Uno de los primeros lugares nacionales en adolescentes embarazados.
C: En primer lugar nacional en abortos clandestinos.
D: La satanización de la mujer en la LXIV Legislatura con la ley anti-aborto, cuando, caray, principio y derecho humano, la mujer ha de decidir sobre su cuerpo, más, mucho más allá de lo que Dios diga, y de cuya elite eclesiástica sólo bastaría recordar el tiempo de la Edad Media, mejor todavía, el tiempo de la Independencia cuando los ministros de Dios eran de los más ricos en el país, pues hasta de usureros se metieron.
E: La cárcel para las mujeres que abortan.
F: Los bajos y mendigos salarios pagados a las mujeres, con todo y que son más competentes que los hombres.
G: Les dieron el derecho a votar y la llamada cuota de género, pero aún así, en los gobiernos estatales con el menor número de cargos públicos de primer nivel.
Etcétera.
Lo más grave, por ahora, son los feminicidios.
Y más, por una sencilla razón: entre más impunidad hay… más se multiplican las agresiones en contra de la mujer.
Nadie quisiera que una hija fuera de pronto secuestrada, desaparecida, ultrajada, asesinada y sepultada en fosa clandestina o tirada, de plano, en la carretera o en un cañaveral.
Tampoco que fuera sodomizada y sometida a la esclavitud sexual en un prostíbulo.
Con todo, se vive y padece un tiempo sórdido y sombrío para la mujer en Veracruz.
Y si en otras entidades federativas el agravio se repite, allá que cada gobernador atienda el pendiente, si es que, claro, hay voluntad política y social.