* Un tema obligado de mencionar en toda la campaña electoral que está por terminar fue el de la pobreza. En México, con el 43.6 por ciento de la población viviendo en esa condición, el estado de miseria fue motivo de debates, spots, discursos y también de propuestas.
Pero a menos de una semana de la elección presidencial, especialistas coinciden en que en esta materia la tarea pendiente para quien llegue a gobernar el país no será nada fácil, pues es un problema que estancado desde hace 30 años y que concretamente, en los últimos seis, no se movió un ápice.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto, el grueso poblacional conoció los efectos de la inflación, del tipo de cambio, la precarización salarial y laboral, además de recortes presupuestales, por lo que prevén un voto de castigo contra el partido que prometió un cambio con sus reformas estructurales.
Ciudad de México, 26 de junio (SinEmbargo).- El comportamiento y los síntomas de la pobreza en México, que en los últimos seis años fueron más perceptibles, jugarán un papel importante el próximo domingo, día de elección presidencial.
Ese día saldrá a votar un país en el que 53.4 millones de personas son pobres y, además, 8.6 millones más que por sus ingresos son vulnerables a ser pobres; 62 millones de personas viven con un ingreso inferior a la línea de bienestar (el equivalente al valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes) y 21.4 millones más, viven con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (el equivalente al valor de la canasta básica alimentaria por persona al mes).
De acuerdo con académicos consultados por SinEmbargo, el concepto de pobreza no será el gran determinante de la elección sino todo un conjunto de factores económicos que golpearon a la mayoría de la población. En estos últimos seis años, el grueso poblacional conoció los efectos de la inflación, del tipo de cambio, precarización salarial y laboral y recortes presupuestales. Todos, padecimientos que continúan.
Coincidieron en que eso es lo que le pasará factura al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la evaluación sexenal, que a las condiciones de pobreza se le sumaron la poca movilidad social y los duros efectos de las decisiones que se tomaron en materia económica.
Y de algún modo, el Coneval advirtió que son varios los efectos los que podrían llevar a más población a vivir en condiciones de pobreza, cuando en la presentación de las cifras, Gonzalo Hernández Licona, Secretario Ejecutivo del Coneval, explicó que el factor principal de una reducción de 1 millón 923 mil 405 personas que se detectó en 2014-2016, fue que se mantuvo una inflación baja.
La administración de Enrique Peña Nieto inició con una inflación de 3.57 por ciento; en 2013 cerró en 3.97 por ciento; en 2014 fue de 4.08 por ciento; bajó en 2015 a 2.13 por ciento, y cerró 2016 en 3.36 por ciento, de acuerdo con los datos del Banco de México (Banxico).
Justo en 2017, la historia cambió. En enero la inflación saltó a 4.72 por ciento, luego pasó a 4.86 por ciento. Brincó en marzo a 5.35 por ciento; siguió a 5.82 por ciento; en mayo se ubicó en 6.16 por ciento; junio fue de 6.31 por ciento y julio cerró con 6.44 por ciento.
El análisis de la información de la que se dispone permitió a ambas instituciones concluir que aún no hay controles institucionales suficientes que aseguren el adecuado ejercicio de los recursos públicos para la superación de carencias.
“El tema de la pobreza será un factor importante en el proceso electoral, pero no me atrevería a decir que es únicamente por el tema de la pobreza. El PRI va a tener una elección complicada, porque habrá que sumar varios factores que están inmiscuidos […] Por ejemplo el tipo de cambio, el aumento del precio de las gasolinas, el bajo poder adquisitivo, la precarización del empleo, la precarización de los salarios. Empezamos a tener un escenario mucho más grave y mucho más complejo”, comentó al respecto el doctor Enrique Gutiérrez Márquez, director del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.
Explicó que la cifra de pobreza no puede leerse solamente en términos del dato por el dato y eso tiene que ver con otros factores donde hay una suerte de precarización del tejido social.
“No por el aumento o la disminución del número de pobres le costará la elección a Peña Nieto y a todo el grupo priista. Sí ha habido movimiento en los indicadores de pobreza, pero eso por sí mismo no nos daría un factor determinante como para que el PRI en esta ocasión pierda las elecciones”, agregó.
Por su parte, Rodolfo de la Torre, director del Programa de Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), enfatizó en que el gobierno de Enrique Peña Nieto llega mal parado en el tema de la pobreza, porque independientemente de las cifras “lo que la mayor parte del electorado siente es que su nivel de vida no ha aumentado y aquellos que se sienten en una situación de pobreza, aunque puedan haber mejorado marginalmente, no lo consideran un progreso significativo”.
Al comparar las cifras de 2012, año en que Peña Nieto llega a la Presidencia de México, con las de 2016, que son las más recientes, se calcula que sólo 68 mil 249 personas dejaron de vivir en condiciones de pobreza en ese periodo, lo que significaría un promedio de 17 mil 062 personas por año.
Ocurrió lo mismo con la desigualdad. Si en 2008, según el Coeficiente de Gini, se ubicó en 0.4739, pasó a 0.4625 en 2016: una reducción de 0.0114 puntos, según esa escala donde cero es igualdad perfecta y 1 es desigualdad máxima.
Tampoco se movió el mapa de la pobreza que se sigue concentrando en el sur y sureste del país: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla.
Los diez estados con mayor número de pobres (Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Puebla, Michoacán, Tabasco, Hidalgo, Morelos y el Estado de México) aportaron el 58.76 por ciento de la pobreza registrada en el periodo 2014-2016. El mapa, por más años que pasen y más programas que se apliquen, no se mueve.
“Entre estas dos situaciones: un aumento en la pobreza sin información clara y una reducción de la pobreza con información cuestionable metodológicamente, nos deja en una situación en la que prácticamente la pobreza no se ha modificado en los últimos 30 años y en los últimos seis años no vemos un cambio realmente significativo, es como si hubiera permanecido idéntica. Eso le perjudica al PRI electoralmente”, agregó De la Torre.
EL RETO PARA EL QUE SIGUE
Para los investigadores, la posición del hombre que resulte electo el próximo domingo no resulta envidiable por el tamaño del reto que representa la pobreza y la mejora de la calidad de vida de millones.
“El reto es que el mercado de trabajo no permite aumentar significativamente los ingresos más importantes de las personas, que son los laborales. En segundo lugar está el gasto social, los programas sociales que no están dando los resultados esperados y eso significa que se tiene que replantear la política social que ha fallado en los últimos años, en particular en esta administración. Se tiene que reformar la política social haciéndola más efectiva y eso requiere de una voluntad política y de medidas de acopio de información y de institucionalización de nuevos procesos para que efectivamente se vea una transformación”, enfatizó el investigador del CEEY.
Para Gutiérrez Márquez, lo grave para el PRI es que, aunque ahora las franjas de pobreza extrema y pobreza pudieron haber mejorado en términos de datos por los programas focalizados, eso no necesariamente garantiza que otras personas que no estaban en esa franja entraron o estén a punto porque el poder adquisitivo y sus condiciones económicas se ven deterioradas.
“Lo que la gente está planteando es que se hagan las cosas de una manera distinta y en ese sentido, hay una suerte de voto de castigo al PRI Gobierno que se supone iba a transformar muchas de las condiciones y los elementos estructurales que han marcado en los últimos 30 años el tema de la pobreza”, dijo.
“El reto para quien llegue es entrar al tema de la eficiencia o no de los programas sociales, su claridad. ¿Cómo se garantiza que estos programas sociales están atendiendo a la población que dicen atender? Son esos retos: el alcance, la orientación y el destino del recurso público por medio de estos programas sociales, un Presupuesto de Egresos que no puede seguir creciendo mucho más allá de lo que puede crecer en términos reales y además en un entorno internacional complejo en el que todavía está pendiente el TLCAN y con un presidente vecino que no es el más amistoso ni hoy ni en los siguientes años”, concluyó el académico de la Ibero.