Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. Más zozobra en Veracruz
Entre parte de las clases medias y los empresarios de Veracruz hay incertidumbre y zozobra sobre los próximos seis años de AMLO, el presidente electo, y Cuitláhuac García Jiménez, el gobernador electo.
Por ejemplo:
Algunos miembros de la iniciativa privada local están sacando su dinero del país y lo están depositando en bancos del extranjero, sobre todo, en Estados Unidos, temerosos de que el cambio de rumbo político (del priismo a la izquierda delirante) lleve a una desestabilización social y económica en el país.
Y antes de que “por anchas o mangas” algo malo pudiera suceder, mejor se están llevando su capital al otro lado.
“No sabemos lo que pasará con AMLO y su muchacho Cuitláhuac en Veracruz” dice un empresario de autobuses urbanos de pasajeros.
Otros más, pero gente de la clase media sin recursos, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, han entrado en una fase de desencanto sobre el tabasqueño pues en cada viaje al interior del país sólo deja el miedo y que luego se traduce, como decía León Felipe, “en el miedo al miedo”, porque un día, AMLO dice una cosa y al día siguiente él solito se contradice.
El caso más emblemático ha sido, por ejemplo, con los militares, de quienes dijo primero que regresarían a los cuarteles y después que siempre no, que pasará un rato, que todavía el país no está preparado.
En el juego y rejuego de las circunstancias, la única resultante es que la población entra en caos desconcertada, sin saber a qué atenerse de manera concreta y específica.
DOS. Veracruz, rehén de carteles
Los otros vientos huracanados en contra provienen de la inseguridad en la vida y en los bienes, más, mucho más, en la vida, porque los bienes van y vienen y con frecuencia, ni regresan.
Felipe Calderón Hinojosa, por ejemplo, dejó el país con doscientos mil muertos, y Enrique Peña Nieto ya lleva ciento ochenta mil.
Javier Duarte dejó Veracruz como un rehén de los carteles y cartelitos, capos, barones de la droga, sicarios y pistoleros, malandros y malosos, y la circunstancia todavía continúa con la yunicidad y será la herencia maldita a Cuitláhuac García Jiménez.
El duartazgo nunca expresó voluntad para combatir a los malandros, y por el contrario, incidió en el delito de desaparición forzada y que como se sabe, proviene de la alianza fatídica entre políticos, jefes policiacos, policías y carteles, y cuya resultante es que el miércoles 23 fueron detenidos ocho ex policías más.
La yunicidad llegó al principio de Peter, aun cuando garantizó que en un semestre pacificaría Veracruz y lo que nunca.
Ahora, el góber electo ha dicho que en dos años restablecería la paz y el Estado de Derecho, en tanto AMLO dice que en dos años.
Ya se verá.
Pero a estas alturas, tanto a la clase media como a los empresarios resulta inverosímil creer así nomás porque si, a la primera y segunda y tercera palabra.
Y ni se digan los estragos en el grueso de la población integrada por indígenas, campesinos y obreros, donde se focaliza el mayor número de víctimas.
TRES. Además de la pobreza, la inseguridad
Grave en Veracruz la pobreza, la miseria y la jodidez.
Grave el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre.
Grave la baja calidad educativa y de salud y de procuración de justicia.
Pero la inseguridad es el pendiente más grave de todos, pues aparte de la pobreza (uno de cada tres jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa con las ventas del changarro en la vía pública, un millón de paisanos de migrantes sin papeles en Estados Unidos, por ejemplo), ha de padecerse la zozobra en cada nuevo amanecer, con un secuestro, una desaparición, un asesinato, una fosa clandestina.
Lo peor es que por el palacio de gobierno de Xalapa han caminado 75 gobernadores, incluido Flavino Ríos Alvarado quien ejerciera el poder (mejor dicho, administrara los vientos huracanados en contra) durante 48 días.
Y, no obstante, Veracruz, pródigo en recursos naturales, en la peor desigualdad social y económica, educativa y de salud.
Pero el tsunami de la inseguridad que implica infanticidios y feminicidios, el peor infierno en la vida de un pueblo, de una familia y de una persona.
CUATRO. Relevo en la Fiscalía
Resulta insólito que la zozobra signifique el peor mal de la caja de Pandora en Veracruz y a cinco semanas del nuevo sexenio, el góber electo todavía esté dudando en elegir al secretario de Seguridad Pública, en tanto tendrá un relevo listo para la Fiscalía, en caso de que los 29 diputados locales de MORENA, más los aliados, sometan a juicio político a Jorge Wínckler y lo tumben.
Cierto, nadie dudaría de que Cuitláhuac García apuesta a la política de seguridad nacional de AMLO, su gurú y tlatoani, pero el tabasqueño mira hacia el país integrado por treinta y dos entidades federativas, mientras cada estado ha de apechugar su responsabilidad, más allá de que el Ejército, los Marinos y la Policía Federal tiendan la mano a cada gobernador.
Pero, en fin, se trata de estilos personales de ejercer el poder, pero al mismo tiempo, se multiplica y fermenta la incertidumbre con el estado de cosas en Veracruz y que está llevando a empresarios locales a la fuga de capitales a Estados Unidos y a las clases medias a la peor noche de sus vidas.