Luis Velázquez /Barandal
Veracruz.-13 de julio de 2017 ESCALERAS: La iniciativa de ley de la diputada Marijose Gamboa para legalizar el matrimonio gay arroja chispas.
El obispo de nombre kilométrico, listo para jubilarse, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, a quien el reportero Ignacio Carvajal García salvara de morir ahogado en una inundación en el puerto jarocho en el tiempo de la alcaldesa Carolina Gudiño, ha declarado la guerra a la combativa legisladora.
Y si Javier Duarte la encarceló por razones políticas durante nueve meses, ahora correría el riesgo de ser excomulgada.
Y más si se recuerda que el entonces gobernador de Guerrero, el priista convertido en perredista, Ángel Aguirre Rivero, cabildeaba la aprobación de la ley anti-aborto, fue amenazado con la excomunión y en automático echó reversa.
Duarte echó reversa cuando en Veracruz se debatía la ley aborto y de pronto, zas, la iglesia se fue a la calle al frente de los feligreses y antes, mucho antes de provocar la ira divina, se retractó.
El obispo jarocho, por ejemplo, ya tiró la primera piedra en la homilía dominical del 9 de julio y en los próximos días de seguro el resto de obispos y el arzobispo Hipólito Reyes Larios lo secundarán.
Según Gallardo Martín del Campo, el hecho de legalizar el matrimonio de homosexuales y lesbianas significa un pase automático a las relaciones entre humanos y animales.
Además, dice, “la sociedad se pervertirá”, y más, porque ya de por sí, asegura, “en sí mismas las relaciones” de la diversidad sexual “son perversas”.
Incluso, en la homilía el obispo dejó atónitos y sorprendidos a los feligreses cuando dijo que “las sociedades protectoras de animales en otros países dijeron que sí, pero que no los penetren”.
Y, bueno, tal lenguaje en Veracruz suele llevar chanfle y hasta despertó una que otra risita, digamos, perversa, cuando en el púlpito se fue a la yugular de Marijose Gamboa, quien de ser excomulgada bien podrá refugiarse en la iglesia griega a la que pertenece el jefe máximo de la revolución azul hecha gobierno.
BARANDILLA: En el relato bíblico se habla de los homosexuales con toda la naturalidad del mundo.
El Papa Francisco contestó meses atrás cuando le preguntaron sobre los gais que quién era él para juzgarlos?
El Ministro de Canadá, Justin Trudeau, considerado el mejor trasero político del mundo ha desfilado en defensa de sus derechos en repetidas ocasiones al lado de los gais y lesbianas.
En Cuba, una hija de Raúl Castro Ruz encabeza una titánica defensa de la diversidad sexual, con bastante eco, luego de que en el tiempo de Fidel Castro fueron perseguidos con inclemencia, como el caso del escritor Reinaldo Arenas.
La Ciudad de México fue la primera del país en aceptar el matrimonio gay, mientras en América Latina la precursora fue Argentina.
En Estados Unidos, sin embargo, 46 de los 50 estados federativas han condenado la relación entre humanos y animales considerándola “un crimen contra la naturaleza”.
Todos los países del mundo, incluso hasta Uganda (la Uganda que fue del dictador Idi Amín, aquel que seducía a las mujeres con una frase lacónica “Me amas o te mato”), han prohibido la relación sexual de humanos y animales, y aunque la han declarado ilegal, en algunas naciones por ningún concepto es penable.
En la historia fue hacia 1894 cuando Richard Fredeer se convirtió en el primer científico en estudiar la zoofilia, cuyas raíces griegas provienen de “zoo” que significa (y como se sabe) animal y “filia” que se traduce como amor.
Amor, pues, a los animales.
Y los animales, claro, como amigos y compañeros de vida, pero en ningún momento para la relación sexual, como vislumbra el obispo Martín del Campo, olvidando que, por ejemplo, en los pueblos indígenas y rurales, y hasta urbanos, el despertar sexual suele alcanzarse con animales y la práctica es tan socorrida en el catálogo, digamos, de las desviaciones.
Otra cosita es que la legalización del matrimonio entre parejas de la diversidad sexual vaya, oh Señor de Señores, a terminar en la relación entre humanos y animales.
Y más, porque la perversidad suele estar, más que en la realidad real, en la imaginación.
En 1530, por ejemplo, Miguel Ángel pintó el cuadro intitulado “Leda y el cisne”, una mujer haciendo el sexo con un pavo real, y que se expone en la galería nacional de Londres como una obra de arte.
CASCAJO: El obispo ha de tener la mente torcida cuando como un chamán, un profeta del desastre, agarra la iniciativa de ley de Marijose Gamboa para vislumbrar un nuevo tiempo en la historia de la humanidad en que las relaciones sexuales entre humanos y animales alcanzarán la plenitud.
El amante de Oscar Wilde (1854/1900) decía que la relación entre dos hombres “es el amor que no se atreve a pronunciar su nombre” porque en automático es satanizado y si alguna duda existiera habría de preguntar a Marcial Maciel, el padrecito recluido en un monasterio para lavar culpas luego de violar hasta a sus hijos.
Pero tal ocurrió en el siglo antepasado y más de 117 años después, la vida es otra, y como dice Ignacio Carvajal (el reportero que salvó al obispo de morir ahogado y desde el zócalo lo fue cargando en hombres hasta el obispado) cada vez hay más gais y los hombres se están volviendo el eslabón perdido.
La diputada local enfrenta un nuevo episodio estelar en su vida. De muchas batallas ha salido triunfante. Ya se calibrará el tiempo huracanado en puerta, aun cuando resulta extraño y raro que la comunidad lésbica ninguna palabra ha pronunciado en las últimas 96 horas luego de la homilía.
Sólo falta que la elite eclesiástica se entreviste con el góber azul y ordene la marcha atrás, como sucediera con la creación de las mototaxis en las regiones indígenas y campesinas de Veracruz para beneficiar a los pobres entre los pobres, archivada por la presión del “pulpo camionero” y que en otros tiempos servía al priismo y ahora, todo indica, al yunismo.