:: Luis Videgaray “predestapó” a José Antonio Meade como candidato del PRI a la Presidencia. El canciller no estaba despistado: sólo seguía su plan, uno que comenzó a forjar cuando era responsable de las finanzas mexiquenses y que consolidó gracias a la red de amistades que tejió en su época de estudiante en el ITAM. Ha ido colocando sus piezas –en el PRI, en Hacienda– en una especie de réplica del Maximato de Plutarco Elías Calles, aun a costa de perder su oportunidad de habitar Los Pinos.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La historia de influencia política y ayuda mutua entre Luis Videgaray, José Antonio Meade y José Antonio González Anaya comenzó a escribirse en las aulas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), pero encontró un sentido de cofradía tecnocrática a principios del gobierno de Felipe Calderón, cuando Agustín Carstens, profesor y exjefe de los dos últimos, era secretario de Hacienda.
En diciembre de 2007 se negociaban con los gobiernos estatales los cambios a la Ley de Coordinación Fiscal, para permitirles el acceso a más recursos. Algunas entidades estaban en franca crisis y a punto de quebrar, entre ellas el Estado de México, que heredó un desorden administrativo del gobierno de Arturo Montiel.
Ese año, recuerda Mario Delgado –secretario de Finanzas en el gobierno capitalino de Marcelo Ebrard–, por el Estado de México negoció Videgaray, entonces secretario mexiquense de Finanzas, con Meade, jefe de la Oficina de Coordinación de Asesores de Carstens, y con González Anaya, titular de la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas de la misma dependencia.
Gracias a la amistad entre los tres, lograron modificar los criterios de asignación de recursos para beneficiar al Estado de México, la entidad más poblada, y afectar a la Ciudad de México y a Tabasco, dice en entrevista Mario Delgado, actual senador de Morena.
“Desde entonces fue claro que entre ellos fueron tejiéndose alianzas y ayudándose mutuamente a escalar el poder”, afirma Delgado, también egresado del ITAM y que conoció bien a esos personajes.
Las alianzas entre aquéllos coinciden, desde entonces, no sólo con su ascenso y con el crecimiento de la influencia de ambos, sino que los años como secretarios de Hacienda de Videgaray (2012-16) y Meade (2016-17) también han representado un incremento sustancial de la deuda pública, en paralelo con una disminución abrupta de la inversión en obra pública.
Delgado resalta que “este año se destinaron más recursos a pagar más por el servicio de la deuda pública que a invertir en infraestructura”. La deuda pública pasó de 8.51 a 9.81 billones de pesos entre Videgaray y Meade y su costo financiero se incrementó 54.1%.