Redacción El Piñero | Corresponsalía
México.- Este domingo 7 de julio, simpatizantes del PRI intentan ingresar al Pepsi Center de la Ciudad de México, donde se realiza la Asamblea Nacional de dicho partido a puerta cerrada, se votará una reforma a los estatutos que le permitirá a Alejandro Moreno, reelegirse como presidente hasta 2030.
Se trata de la 24 Asamblea Nacional del PRI, en la que se votará una reforma a los estatutos que le permitirán reelegirse hasta 2030, entre críticas y reproches de la militancia por la celeridad y la poca transparencia en la organización del evento.
Los trabajos serán coordinados por una mesa directiva, que estará encabezada por Moreno Cárdenas; la secretaria general, Carolina Viggiano; Pablo Angulo, secretario técnico del Consejo Político Nacional, además de 14 vicepresidentes y cinco escrutadores que propondrá el presidente del partido a los asambleístas.
La asamblea será a puerta cerrada y sin acceso a medios de comunicación, pese a que los delegados fueron elegidos bajo la supervisión de Alito Moreno en cada uno de los estados.
72 horas antes del inicio de la asamblea, los delegados, que vinieron de todo el país aún no sabían dónde se efectuaría y seguramente tampoco dónde estaban las mesas de trabajo, comentó ayer Manlio Fabio Beltrones.
En poco mas de un mes, Alejandro Moreno, logró que sesionara el Consejo Nacional, que se emitiera la convocatoria y se realizaran las 32 asambleas estatales, las que, según Beltrones, fueron clandestinas, ya que los príístas no se enteraron.
Por el contrario, Alejandro Moreno, hizo el primer intento para prolongar su gestión, la que debió concluir en agosto de 2023, pero a través de otra controvertida reforma estatutaria logró extenderlo un año y un mes más, con pretexto de atender la elección de 2024.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló la prolongación del mandato, aunque le ordenó que en cuanto concluyera la elección tendría que convocar a elecciones.
Esto lo obligó a convocar a esta 24 Asamblea Nacional, a la que Alito llega con la carga de la severa derrota del pasado 2 de junio, pero con el control total de la estructura del partido. En plena pandemia reformó los estatutos para dar al Comité Ejecutivo Nacional, que él encabeza, las facultades para nombrar dirigentes estatales y municipales.