Traición con traición se paga”, es una frase que frecuentemente cobra vida dentro del mundo del crimen organizado, y la última demostración ocurrió en el estado mexicano de Tamaulipas, una de las regiones más violentas debido a las disputas entre narcotraficantes. La entidad fue testigo de la venganza del Cártel Golfo contra uno de sus propios jefes, cuyo cuerpo fue hallado recientemente.
Gumersindo Pérez Maya, alias “El Gume”, fue ejecutado y torturado. Hallaron su cuerpo al interior de un vehículo en Matamoros, Tamaulipas.
Este criminal operaba principalmente en la zona de Río Bravo, Tamaulipas y, según la DEA, era operador de una de las facciones más violentas del Cártel del Golfo, “Los Escorpiones”, no sólo traficando drogas, sino también migrantes hacia Estados Unidos.
El Cártel del Golfo tiene al menos seis brazos armados: Los Metros, Los Rojos, Los Escorpiones, Los Ciclones, Los Pelones y Los Talibanes. Todos ellos rivalizan entre sí y, al parecer, “El Gume” recientemente había tenido contacto con otra de esas células.
De acuerdo con el Blog del Narco, el nombre de Gumersindo Pérez Maya apareció en listados y documentos del gobierno como responsable de actividades de narcotráfico y trata de personas, sin que hasta la fecha se haya ejercido algún tipo de acción penal definitiva, pues fue un personaje con total impunidad.
Tanto así que, en abril del 2022 en México, la Fiscalía General de la República notificó mediante un edicto que no se ejercería acción penal contra “El Gume” a pesar de haber sido señalado por el delito de tortura en una investigación de la misma fiscalía.
En 2023 volvió a ser arrestado pero liberado tras un soborno, operando impunemente en el Río Bravo, Tamaulipas, muchas veces bajo el nombre de Juan Reyna Pérez.
La impunidad lo siguió aún en su muerte, pues circulan videos en redes sociales de su cortejo fúnebre, presuntamente escoltado por patrullas locales, lo que sugiere posibles nexos entre el cártel y autoridades de seguridad locales.