Ciudad de Panamá. 16 de noviembre de 2016.— Para que haya espectáculo debe haber dos que quieran y ni México ni Panamá quisieron anoche. Ambas selecciones firmaron un empate a cero que las deja bien posicionadas después de la segunda jornada del hexagonal final de la Concacaf, pero que al Tri no debe dejarlo satisfecho.
El equipo de Juan Carlos Osorio no pudo imponer su estilo, no supo imponer condiciones ante un rival demasiado rústico, que lo único que tuvo de destacado fue el apoyo del público y eso sí mucha garra.
Así termina el año del Tri. Un año bueno a secas que tuvo una gran mancha, mancha roja con aquel 7-0 que Chile aplicó en la Copa América. Fuera de eso, Juan Carlos Osorio entregó buenas cuentas.
La lluvia que cayó antes del juego pone a la cancha mucho más pesada y resbalosa de lo que es, los pases deben ser seguros y al pie.
La tribuna panameña festeja y exige todo. Reclama y presiona cada falta. Ya van tres que le hacen a Marco Fabián y no se ha llegado ni a 10 minutos.
Vendaval panameño. Los centros cruzan y cruzan el área de Ochoa. Reyes le quita de la cabeza el gol a Torres y Néstor Araujo con barrida se lo niega a Henríquez. Nadie domina, pero Panamá es el equipo más peligroso.
A Gio le hacen un túnel. Herido en el orgullo va tras quien se atrevió y con barrida por atrás le saca la pelota. Por actitud no queda. Su entrega provoca un tiro de esquina mal cobrado, Márquez pierde la pelota y en la contra, Quintero tira cruzado y Ochoa con gran reflejo salva su marco.
México luce desconcentrado en zona baja. Es sorprendido y les ganan fácilmente la espalda a los zagueros. Osorio busca de reacción.
La reacción llega de quien menos se espera. Diego Reyes un largo centro es rematado por el defensa del Espanyol, la pelota rebasa a Penedo, pero también al larguero. La más clara del Tri en toda la primera parte.
Reyes vuelve a salir de cambio al estar amonestado. Jesús Dueñas ocupa su lugar. “Chicharito” desespera a los centrales panameños: Torres y Escobar buscan sus tobillos. En plena lucha, la pelota sale rebotada y le cae a Blas Pérez, la tercera y esta vez sí manda la pelota con dirección a puerta. Memo Ochoa recuesta para desviar.
Panamá no cambia su proceder. Espera y trata de salir a velocidad, esperando el error, el cual llega por conducto de Araujo y Ochoa debe salir a achicar de forma efectiva.
Osorio se da cuenta de que necesita más profundidad y manda a la cancha a Hirving Lozano en lugar de un Gio que nunca se encontró. El tiempo apremia. México se apura. El “Chucky” no se da a notar y Araujo se acalambra.
Juan Carlos Osorio mueve sus últimas piezas. Márquez se va para la entrada de Héctor Herrera. El movimiento parece ser un error, ya que Araujo luce acalambrado.
Entra Tejada, aquel del gol de chilena en 2005. Su llegada despierta a la tribuna y al minuto de estar en la cancha se lanza otra tijera; Ochoa está atento.
El juego en los últimos minutos se convierte en una guerra sin cuartel. Los choques de cuerpo y el crujir de los huesos se oyen hasta la tribuna. El cero a cero parece firmado. La actitud del Tri al final así lo demuestra, y se firma con un gran grito de aprobación del Rommel Fernández. México suma cuatro punjtos, pero no son suficientes para el “Gigante” de Concacaf.