Luis Velázquez | Escenarios
16 de abril de 2021
UNO. Clubs de Tobi
Todavía hay muchos, demasiados, excesivos machistas, clubs de Tobi, en todos lados.
Machitos en casa, donde los hijos siguen privilegiados por los padres, en tanto las mismas “camisas de fuerza”, limitaciones y privaciones para las hijas.
Machitos en casa, donde las mujeres han de cocinar y servir la comida y cubrir los antojos, deseos y caprichos de los maridos.
Machitos en la relación de parejas, donde el hombre puede tener una o varias amadas amantes, en tanto ay de la mujer si queda atrapada en una relación extraconyugal porque corre el riesgo de ser lapidada.
DOS. Machitos, Sociedad Anónima
Machitos en las oficinas públicas y privadas donde los hombres ganan mucho más que una que otra mujer desempeñando el mismo cargo.
Machitos en las oficinas donde las mujeres son edecanes y su trabajo es hacer y servir el café y las galletitas y exponerse, incluso, a la sevicia para agradar al jefe.
Machitos en casa donde la mujer es la primera en levantarse y la última en acostarse en las tareas del hogar, muchas veces, carga “laboral” terrorífica pues han de asear la casa, lavar y planchar, cocinar y servir la comida, y de ñapa, hacer la tarea con los niños, más en el tiempo de las clases digitales.
TRES. Embarazos y abortos
Machitos en la vida pública en un Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios y el primer lugar nacional con adolescentes embarazadas y el primer lugar nacional en abortos.
Machitos en la vida política de cada pueblo donde reclamando justicia pronta, rápida y expedita las mujeres han de protestar e inconformarse en las calles y avenidas y en las carreteras para ser escuchadas.
CUATRO. Objeto sexual
Machitos en la escuela y en la oficina, el taller y el surco, donde la mujer es considerada y vista y tratada como un objeto sexual.
Machitos en el diseño publicitario donde las mujeres siguen utilizadas como atractivo visual para la venta de productos y servicios.
Machitos que buscan el servicio sexual en las páginas porno y en las redes sociales y en el whatsapp.
Machitos en las cantinas, bares y antros donde y por lo general las mujeres ofrecen el streap-tease como argucia para jalar clientes.
Machitos que se creen y sienten con el derecho, legítimo derecho, ajá, de acosar a las mujeres.
CINCO. Derecho de pernada
Machitos en el gobierno donde los hombres forman su invisible Club de Tobi para entre ellos repartirse las mieles del poder y “meter la mano al cajón” y “ordeñar la vaca” como si fueran los dueños y los capataces de una hacienda porfirista.
Machitos que siguen usufructuando el derecho de pernada en contra de las mujeres nada más porque son los jefes.
Machitos, incluso, y hasta en la iglesia, donde únicamente hay sacerdotes, obispos, arzobispos, cardenales y Sumos Pontífices hombres, sin reconocer ningún legítimo derecho a las mujeres.
SEIS. Golpes de pecho…
Machitos que como en el Medio Oriente tienen el derecho de sepultar del cuello para abajo a las mujeres y dejar la cabeza a ras del suelo para matarla a pedradas.
Machitos que en el otro extremo del mundo tienen derecho a tener el número de mujeres que puedan mantener sin que ninguna proteste o moleste.
En el tiempo de los derechos humanos, la vida es así y así es la vida… más allá de “los golpes de pecho” que los políticos se den en nombre de la civilidad democrática.