Luis Velázquez | El Piñero
28 de agosto de 2021
UNO. Obesidad infantil
Una vez más, en el palenque público, la desnutrición y la obesidad infantil. Obesidad también de los adultos y hasta ancianos en un país de gordos. Chiapas, por ejemplo, primer lugar mundial en consumo de refrescos de cola. Ninguna franquicia de comida chatarra tan exitosa en el país. El Veracruz, por ejemplo, de las picadas, las gordas, los tacos, las tortas, las garnachas y las chalupas… con refresco de cola.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición se clava en el epicentro del mal. A, sobrepeso, Dos, obesidad. Tres, desnutrición. Cuatro, delgadez extrema. Y cinco, vaya paradoja, pérdida del peso corporal debido a la desnutrición. El estómago, convertido en un balón de basquetbol, pero guango y flojo.
DOS. Gordos amorosos, gordos anémicos
El pronóstico es concreto y específico. El país tiende a convertirse en una república de gordos amorosos. Y por añadidura, gordos anémicos.
Cada año, la Encuesta de Salud y Nutrición galopa de norte a sur y de este a oeste del país con las entidades federativas en orden de aparición, y sin embargo, nunca incide en la secretaría de Salud para definir prioridades.
Únicamente falta entonar la famosa canción de “Gorda, gorda de mi vida” interpretada con trío a la luz de la luna frente al balcón de la casa.
TRES. Fuego pirotécnico oficial
Ene número de ocasiones, la cantaleta oficial de un combate feroz, aguerrido, implacable y sistemático en contra de la comida chatarra en las escuelas y hasta en los cines, caray, y todo se va en soflama, fuego piroténico, “tomaduras de pelo”, intrascendencias.
Quizá se deba a que de pronto, las empresas de comida chatarra cabildean con la autoridad de salud y educativa y la vendimia sigue.
Meses anteriores, el secretario de Educación, dichoso, feliz, orgulloso, anunció que los empresarios de la comida chatarra donarían unos milloncitos de pesos para mejorar las escuelas y lo que significa que el titular de la SEV se evidenció a sí mismo.
Y lo peor, sin rubor ni pudor alguno, creyéndose el Hernán Cortés de la salud pública de los niños.
CUATRO. Toman agua, pero más refresco
La Encuesta de Salud y Nutrición saluda con entusiasmo que el 89.8 por ciento de los niños consume agua, pero… al mismo tiempo, el 85.7 por ciento de los mismos niños toman bebidas endulzantes.
En tanto, el 58.9 por ciento consume frutas, pero… el 56.6 por ciento también le entra en festín gastronómico a las botanitas, los dulcecitos y los postrecitos.
Lo peor de todo es que se trata de una información vieja, histórica, legendaria y mítica y en contraparte, ningún manotazo de la autoridad, digamos, como en Japón, la mayoría de la población delgada, fornida, garruda y sana.
CINCO. “La panza es primero”
Nadie como el caricaturista Rius ha escrito y publicado un libro sobre los estragos del sobrepeso. Se llama “La panza es primero” y es un libro incunable. Pero vigente.
Paso a paso, pian pianito, informa sobre las consecuencias de la gordura. Pero, vaya paradoja, nunca, jamás, fue considerado en las secretarías de Salud y Educación para una política de salud que permitiera crear y recrear una población sana.
Más cuando la salud es la prioridad número uno, partiendo de aquella premisa de que un pueblo sano es un pueblo cien por ciento productivo.
SEIS. “Comer menos y caminar más”
Cada año la Encuesta de Salud y Nutrición es publicada y sirve para estar unos días en el palenque mediático, sin trascender absolutamente para nada.
Cada vez, la población nacional engorda. Y cada vez se acentúa la vida sedentaria, sin hacer ejercicio, expuesta la mayoría a enfermedades que pueden evitarse con una disciplina básica y mínima.
Por ejemplo, la sabia enseñanza del yoga de “comer menos y caminar más”.
Y “comer menos”…mucho menos, comida chatarra.