Redacción El Piñero | Corresponsalía
El Santuario, Los Desmontes, El Sauz, Santa Rosa, La Taberna, La Soledad y Zipoco, son algunas de las localidades que terminaron siendo un pueblo fantasma ante la ausencia de un Estado que garantice la seguridad pública en Michoacán, un lugar en el que familias enteras son víctimas de un desplazamiento forzado, pues se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Luego de la retirada del ejército de sus bases militares, los integrantes de este grupo criminal han actuado con total impunidad apropiándose de sus viviendas, comercios, y su ganado, ante la impotencia de los michoacanos que han tenido que salir de sus casas, y cuando deciden no hacerlo han muerto en enfrentamientos contra los criminales, en el afán de defender lo suyo. También se han suscitado secuestros de varios pobladores, de lo que se ignora cuál es su fin.
Este grupo criminal actúa como si estuviera en guerra, empleando drones cargados de explosivos, y con la participación de gente armada con fusiles de asalto, y personal capacitado, y entrenado para terminar con la vida de hombres, mujeres y niños, sin ningún miramiento, ninguna empatía. La historia de la violencia que se vive en Michoacán, no es nueva, sobre este grupo criminal, ya se habían suscitado desde 2023 varios enfrentamientos contra el ejército que dejó varios soldados muertos, porque es un grupo que emplea, tecnología en el uso de armamento, y usa armamento letal, tal es el caso del uso de minas.
Este grupo criminal actúa ante la ausencia de autoridades, avanzando peligrosamente, sin dejar mayor opción a las familias que refugiarse en otras comunidades, puesto que, al operar con total impunidad, cada vez más van acaparando territorio. ¿Dónde está el Estado de Derecho? ¿Qué ocurre con la falta de garantías? El desplazamiento forzado es un hecho que se puede denunciar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desafortunadamente Michoacán es un territorio sin Estado de derecho, un pueblo sin ley.