Desde su primera campaña, hace ya doce años, hubo un movimiento bien orquestado para hacernos a todos creer que AMLO era un verdadero peligro para el país.
Cuando perdió y secuestró Paseo de la Reforma por seis semanas, provocando así miles de millones de pérdidas a negocios y trabajadores, muchos nos quedamos convencidos de que así era.
Seis años después, la campaña en su contra se concentró en su carácter autoritario e intolerante, con mucho énfasis en las inconsistencias en sus propuestas.
Ahora vemos que se retoma este esfuerzo mediático, sucio, en su contra con un enfoque a sus tendencias populistas y su ira en contra de los empresarios.
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