Luis Velázquez
Veracruz, México.- Dos meses después, el estilo personal de ejercer el poder y gobernar en la Yunicidad se identifica por las siguientes acciones:
Una. Exhibir y pitorrearse de los adversarios y enemigos en el tendedero público.
Casos:
Óscar Rodríguez, dueño de AZ… con la deuda que le dejó Javier Duarte, el prófugo de la justicia desde hace 106 días.
Luis Rodríguez Zavala, dueño de “Centinela”, “el periódico que no se vende”, ajá, por la deuda que le dejara Duarte.
Moisés Mansur, el amigo y prestanombre de Javier Duarte, al que apenas dijera que encarcelaría a su esposa lo dobló y todo despepitó en contra del prófugo.
María Georgina Domínguez, primera vocera del duartazgo, a quien ya avisó que irá por ella, camino, digamos, al penal de Pacho Viejo.
Alberto Silva Ramos, el segundo y cuarto vocero del duartazgo, por la creación de empresas fantasmas, además, claro, del rafagueo tuitero en contra en la campaña electoral.
Antonio Gómez Pelegrín, el último de los seis secretarios de Finanzas y Planeación del sexenio anterior, a quien y a través del ex diputado federal, Humberto Morelli, advirtiera que merecía diez años de cárcel por la llamada “Operación licuadora”.
Antonio Tarek Abdalá, el diputado federal advertido por el Fiscal de que será desaforado por el desvío de más de dos mil millones de pesos en el Seguro Social, y de quien su homólogo, Fidel Kuri Grajales, dice que se trata de una persecución política.
Fidel Herrera Beltrán, su enemigo público número uno desde hace más de veinte años, al que escarba posible corrupción, con tanto rafagueo que “el tío” decidió renunciar al consulado en Barcelona para “enfrentar a Yunes”, dijo.
Javier Duarte, el discípulo amado del góber fogoso, a quien tiene hecho taco, polvo y lodo, pidiendo clemencia al gobierno federal.
Érick Lagos Hernández y Jorge Carvallo Delfín, “tirados al piso”, y a quienes las redes sociales bombardean “a tiro por viaje” asegurando que amarraron impunidad a cambio de despepitar “secretos de Estado” de Duarte, quien los enriqueció durante los seis años de su mandato constitucional.
Cierto, cierto, cierto, todos ellos con su estilo personal de ejercer el poder “se pusieron de pechito” al Yunes azul, y ahora, mientras viven los tiempos de “las vacas flacas”, el góber goza.
“Soy feliz” dijo en la toma de posesión y por eso mismo a cada rato se está dando “baños de pueblo” caminando en las calles de Xalapa y Veracruz, y como él asegura, se tarda hasta dos horas en caminar una cuadra porque la gente se le desborda.
NI PERDÓN NI OLVIDO, PERO TAMBIÉN, VENGANZA
Dos. El góber azul ni perdona ni olvida.
Y, además, se venga.
Casos:
Topacio, la primera presa política internada en Pacho Viejo, lideresa priista que bloqueara las vías de comunicación en Xalapa y llegara a la secretaría de Educación exigiendo plazas para ella y los suyos.
Leonel Bustos, ex director del Seguro Popular, acusado del desvío de más de dos mil millones de pesos, preso en Pacho Viejo, además de que la Fiscalía ha solicitado el desafuero del diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, quien como tesorero de Sefiplan se habría involucrado.
Pero más aún, teniendo vigente si procede contra Mauricio Audirac Murillo, ex titular de SEFIPLAN, a quien, dejaron trascender, también pasaba copia del dinerito desviado en el Seguro Popular.
Los cuatro policías de Medellín, acusados de saqueadores cuando el gasolinazo, internados en varios penales, y quienes también fueron exhibidos por esconder los productos tecnológico robados en la comandancia.
En un principio fueron 19 los policías detenidos, y en el transcurrir de los días dejaron en libertad a 15.
El madrazo mediático era importante.
Los 15 civiles detenidos por saqueadores e internados en varios penales, acusados de motín y asociación delictuosa.
Y el último, César del Ángel, líder fundador de los 400 Pueblos, detenido a su paso por el estado de México en viaje a Veracruz, acusado de motín y apología del delito y a quien según el Código Penal correspondería hasta seis años de cárcel, aun cuando le dictaron una prisión preventiva por un año “para enfrentar el proceso jurídico”.
Por un año, ajá, aun cuando de igual manera que en el Chirinismo, el Yunes azul bien ordenará una sentencia por más tiempo, de acuerdo, digamos, con los artículos 268 y 310 del Código Penal, máximo 6 años de cárcel.
Todo, porque sus huestes increparon al candidato de la alianza PAN y PRD a gobernador afuera del Palacio Legislativo, cuando estaba acompañado de Ricardo Anaya y Santiago Creel Miranda.
Ha de recordarse que Del Ángel interpuso denuncias penales en contra del góber azul en la Procuraduría General de la República, PGR, por agravios a los derechos humanos en el Chirinismo.
Además, con la bendición de Fidel Herrera Beltrán integró la Comisión de la Verdad para poner en el banquillo al Yunes azul.
En el Chirinos, Del Ángel estuvo preso en los penales de Pacho Viejo, Perote y Villa Aldama, y ahora, de nuevo.
CACERÍA DESPIADADA…
Más todavía: el estilo de la Yunicidad incluye otras vertientes, entre ellas, la cacería de duartistas y fidelistas, acusados de todo lo que pueda ser acusable.
Además, de los prestanombres de Javier Duarte.
Además, de los posibles ilícitos en los que estuviera involucrada Karime Macías, y en contra de quien han sido filtrados rafagueos mediáticos.
Además, la cacería de empresarios que se hayan prestado a la armadura de empresas fantasmas.
Además, la cacería de “aviadores”.
Además, la cacería de narco-alcaldes, como aquel, un solo, a quien acusó de ligas con los malandros, por lo que ordenó a su secretario General de Gobierno siguiera la pista y de lo que al momento nada ha trascendido.
He ahí, pues, la principal y única obra de gobierno de la Yunicidad en los primeros dos meses del bienio.
¡Que Dios y Alá cuiden a las elites priistas!
“En el quebradizo mundo de la política“ (Stefan Zweig sobre Marco Tulio Cicerón), el Yunes azul se mantiene inalterable. Su alma está hecha para vengarse. Tarde o temprano.