* El día del hombre
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Circula la edición especial número 55 de Proceso intitulada “El hombre, el mito, El che, a medio siglo”… Se refiere, claro, a Ernesto Guevara de la Serna, el argentino que entregó su vida, de principio a fin, a un legítimo sueño, la utopía del más hermoso y bello y fascinante día de la humanidad, como es “el día del hombre” como así decía José Pagés Llergo, el legendario fundador de la revista Siempre! y quien entrevistara en exclusiva a la contraparte del Che, Adolf Hitler, quien dejara seis millones de judíos inmolados en las cámaras de gas… “El Che”, con todo y su enfermedad del asma que lo imposibilitaba por completo, se convirtió en la gran leyenda del mundo, de tal forma que unos lo han comparado hasta con Jesucristo, con todo y que los Beatles decían que ellos eran más famosos que Jesús… El Che, por ejemplo, 50 años después de su asesinato en Bolivia a manos de unos soldados, se mantiene como la figura del hombre y del soñador ideal… La vida por una utopía… La fotografía de su rostro, aquella con su famosa cachuchita con una estrella, ha sido utilizado como emblema hasta en la ropa interior de las mujeres… En los días del movimiento estudiantil del 68 en París, Checoslovaquia y México significó el fuego que motivara e incendiara el ideal juvenil… Y aun cuando la vida en Cuba, Angola y Bolivia, donde luchara, siguió igual, o peor, para los pobres y los jodidos, y “los pobres entre los pobres”, “El Che” entró, más que la historia y a la gloria, a la inmortalidad por la limpieza de su legítimo sueño y es la figura central, vaso comunicante, que norma los días y las noches de millones de jóvenes en el mundo…
ROMPEOLAS: En el viaje marítimo de Veracruz, partiendo de Tuxpan, a Cuba, Ernesto Guevara enfermó de asma y las medicinas se le acabaron… Entonces, durante varios días y noches estuvo tirado en la cama del barco, que iba excedido de peso por demasiados cubanos, de tal manera que una tarde, Fidel Castro, quien también era médico igual que el Che, ordenó que si hacia el amanecer seguía igual, entonces, que lo tiraran al mar para terminar de morir… Y desde alguna zona recóndita de las neuronas, Ernesto Guevara escuchó la orden del jefe máximo, y por arte de magia, hacia la madrugada, estaba en pie de lucha… En la montaña inhóspita de Cuba, el Che también enfermó, y no obstante, enfrentó la vida con una insólita fuerza de voluntad para que Fidel le ratificara la confianza y lo dejara al frente de un comando… La gran batalla de Santa Clara, que fuera clave para el triunfo, la ganaron el Che y su regimiento… Hay una foto impresionante publicada en el libro de Paco Ignacio Taibo II, donde el Che, enfermo de asma, está irreconocible,
totalmente hinchado de la cara… Aparece trepado en una motocicleta inspeccionando el corte de caña, él mismo jornalero incansable… En Cuba fue ministro de Economía y gerente de un banco, y solía trabajar hasta la madrugada… Incluso, el filósofo Jean Paul Sartre y su esposa, la escritora Simone de Beauvoir, lo entrevistaron una madrugada hacia las 3 de la mañana, luego de espera cardiaca… Pero el Che padecía fobia por el escritorio y la oficina cómoda, y entonces, “en la plenitud del pinche poder” revolucionario, le entró el cosquilleo del Rocinante y partió a Angola para luchar contra la dictadura… Siempre, siempre, siempre, atrás del ideal y de la utopía, soñando con la libertad y la solidaridad y la dignidad humana para todos, y en donde radicó su grandeza…
ASTILLEROS: La tarde noche en que Fidel Castro y Ernesto Guevara fueran presentados en la Ciudad de México en una casa-cuartel que tenía se pasaron toda la noche platicando, pues significaba el encuentro de un par de soñadores, siempre Fidel como el jefe leyenda… Pero al mismo tiempo, el Che en su grandeza por encima de Raúl Castro, el hermano menor de Fidel… Y más, porque Guevara era argentino y se solidarizó con la causa de los cubanos… Por eso, entre otras razones, la edición especial de “El hombre, el mito, el Che, a medio siglo” ha de leerse, simple y llanamente, porque significa la historia de un sueño legítimo, el hombre atrás del ideal, donde su familia, cierto (su esposa y cuatro hijos, sus padres y hermanos) eran importantes, pero más, mucho más trascendente era el bienestar social de un pueblo jodido en todos lados del mundo… Por eso, las grandes historias, entre tantos otros, de Jesús, Ghandi, Mandela y Lenin y el chileno Salvador Allende y el uruguayo José Mujica en América Latina… El suplemento de Proceso está coordinado por el reportero Homero Campa con fotografías impresionantes del Che y que animan y reaniman la vida y los sueños del lector…