Veracruz, México.– PASAMANOS: El año termina y MORENA de Andrés Manuel López Obrador ha de sentirse satisfecha.
De entrada, en todas las encuestas por la sucesión presidencial del año 2018, AMLO es puntero.
Pero además, en la elección de gobernador en Veracruz el 5 de junio, MORENA, con Cuitláhuac García de candidato, obtuvo 850 mil votos, jamás contemplados, nunca previstos, ni siquiera, vaya, olfateados.
Ellos capitalizaron el duartazgo predominante en el territorio jarocho, de igual manera que el candidato de la alianza PAN y PRD.
Por eso, el millón y cacho de sufragios para Miguel Ángel Yunes Linares y los 800 mil para Cuitláhuac.
Y es que el enojo social, el coraje popular, ha llevado a la población a una indignación crónica de norte a sur y de este a oeste.
Además, claro, de la inseguridad que convirtió a Veracruz de un paraíso terrenal en un río de sangre, en un valle de la muerte, en el infierno mismo.
Además de la impunidad, la siniestra compañera gemela de la incertidumbre y la zozobra en el diario vivir.
Tan es así que AMLO con MORENA se dio el lujo una vez más de elegir candidatos a través de la famosa estrategia democrática de “la tómbola”, y todos ellos ganaron, simples desconocidos en el distrito.
Y aun cuando de entre ellos, los diputados de “la tómbola” ya hubo un traidor (Judas siempre habrá), quien, incluso, “se tiró al piso” con todo el cinismo del mundo a un priista,
el ex contralor, Ricardo García Guzmán, lo importante es que MORENA se ha ubicado en la preferencia electoral.
Tanto que, por ejemplo, al momento hay un montón de políticos del PRI sopesando si desertan y afilian a MORENA y/o al PAN y PRD de cara a los comicios de presidentes municipales, síndicos y regidores del año entrante.
BALAUSTRADAS: En la elección de diputados federales y locales en Veracruz, MORENA se le metió a la población electoral en distritos claves.
Por ejemplo, Xalapa con Cuitláhuac García y Coatzacoalcos con Rocío Nahle, coordinadora de los 36 legisladores federales y la puntera, todo indica, en la candidatura a gobernadora en el año 2018, con lo que de ser así enfrentaría en las urnas a un hijo del góber electo, Miguel Ángel junior o Fernando, y al hijo, quizá, del góber fogoso, Javier Herrera Borunda, y a uno de los dos senadores del PRI, Pepe Yunes Zorrilla o Héctor Yunes Landa.
Total que en la LXIV Legislatura, la bancada de MORENA está integrada por doce diputados locales, pues uno, se repite, se volvió seguidor de Judas, traicionándose a sí mismo.
En tanto, PAN y PRD llegaron a 17, cinco más que MORENA, y lo que expresa la preferencia electoral de la ciudadanía, con todo y los más de 40 años de trayectoria política del góber azul.
Y, en contraparte, el PRI sólo quedó con nueve, es decir, debajo de MORENA.
Por eso, la gran expectativa que significa el partido de AMLO, quien, con todo y su fama pública de soberbio y arrogante, excluyente y posesivo, mesiánico incluso, pues “sólo sus chicharrones truenan” (así lo describe Alejandro Almazán en su libro), el tabasqueño es el único gran líder social del país con una honestidad a prueba de bomba que ningún otro político.
Y de honradez en la tarea pública está urgida la población, y más, cuando la nación ocupa uno de los primeros lugares mundiales en corrupción política según Latinobarómetro, al grado de que los funcionarios públicos, la elite gobernante, se ubican en el mismo espacio del sótano que la credibilidad y la confianza a los policías.
Más todavía si se considera lo siguiente: el PRI y el PAN ya gobernaron desde Los Pinos y la población sigue igual de jodida, con una creciente, imparable desigualdad social y corrupción.
ESCALERAS: AMLO irá una vez más en la boleta. Y según la química electoral, jalará para bien al candidato a gobernador de Veracruz en el año 2018. Y ahí radicará, entre otras cositas, la posibilidad de que el candidato de MORENA gane la silla embrujada del palacio principal de Xalapa.
Rocío Nahle, para el trono imperial y faraónico, y Cuitláhuac García, para la senaduría.
Únicamente resta que los diputados locales de MORENA se pongan las pilas y trasciendan más allá de la curul en la vida y en el bienestar social, pues todo indica en el Congreso local intentarán descarrilar su nombre y crédito y prestigio, además de una posible alianza del PAN y PRD con el PRI en contra del tabasqueño.
Está claro que el tricolor enfrentará en Veracruz una larga y extensa sequía y que el PRD sólo recibe respiración artificial del PAN.
Y el PAN tiene a un absorbente góber azul que juega la pelea estelar con sus hijos para heredar la gubernatura.
La primera prueba de fuego será, ya es, el año entrante, pues el proceso municipal ha sido convocado por el OPLE.
Entre más presidencias municipales gane MORENA, más posibilidades para seguir creciendo, integrando desde ahora sus cuadros para evitar caer en la ridiculez de la tómbola, una vacilada que causa demasiados estragos.