•Un horizonte oscuro
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: Hay mucha ilusión en la gente por AMLO y MORENA. Y el espejismo se explica, dice el doctor en Economía Raúl Arias Lovillo, por los desastrosos gobiernos del PRI y del PAN. En el país. Y en Veracruz. Simple y llanamente, la población quiere otro tipo de gobierno. Un cambio, pues. Y un cambio hacia donde sea para ver si así renace la esperanza social en un Veracruz, por ejemplo, donde 6 de los 8 millones de habitantes están atrapados y al parecer sin salida en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios mezquinos.
Uno de cada tres jefes de familia y de la población económicamente activa, por ejemplo, vive del changarro en la vía pública.
Y lo peor, sin seguridad social, grave, gravísimo cuando se llega a la tercera edad en que solo, y por ejemplo, una medicina para la próstata, vale 1,500 pesos y dura treinta días.
Desde luego, dice Arias Lovillo, es justo, legítimamente justo, que la gente quiera, necesite, le urga un cambio.
El problema, sin embargo, es que, y en la lógica social y económica del siempre digno, honesto, honestísimo, ex rector de la Universidad Veracruzana, en el caso de Veracruz hay una experiencia nula en la tarea de gobernar y de garantizar el Estado de Derecho que significa proteger la vida y los bienes.
Más, mucho más la vida, pues los bienes van y regresan en la vida si es que, claro, vuelven.
Y una experiencia nula para “ofrecer realmente una solución a las necesidades de los ciudadanos”.
Y es que repartiendo dinero y volviendo a una política económica del siglo pasado poco favor se hace por el país.
Y si se agrega el fortalecimiento del corporativismo, que constituye verdadero obstáculo para tener una democracia real y efectiva, entonces los temores social, económico y político, crecen y se multiplican.
PASAMANOS: Dice Raúl Arias:
“Como demócrata aceptaré que la mayoría de la población vote por AMLO para presidente de la república y Cuitláhuac García Jiménez para gobernador.
Pero adivino un horizonte oscuro para Veracruz y México”.
Se basa en la enorme mediocridad de la clase política donde la gente, la población, el ciudadano común y sencillo, el ciudadano de a pie, es el rehén general.
Algunas razones son las siguientes:
A: La mayoría de los morenistas son unos improvisados en el arte de gobernar y ejercer el poder.
B: Apenas, apenitas son candidatos a un cargo de elección popular, y los morenistas ya están mareados.
Desde la homilía electoral, por ejemplo, profetizan como los nuevos mesías tropicales.
El mundo antes y después de ellos.
Los políticos de otros partidos, todos, son corruptos, y ellos inmaculadamente honestos, cuando, caray, nunca, como los casos de Cuitláhuac García y la zacatecana Rocío Nahle, han desempeñado un cargo público con presupuesto, personal y manos libres, para garantizar su honradez “a prueba de bomba”.
C: La mayoría son excluyentes.
D: En ellos predomina el principio de David Alfaro Siqueiros, el comunista que Gustavo Díaz Ordaz encerrara en el palacio negro de Lecumberri:
“No hay más ruta que la nuestra”.
E: Las puertas de MORENA abiertas de par en par, sin ningún filtro, a los arribistas.
Y, por tanto, el arca mítica de Noé, pero en el mismo barco “tirios y troyanos”.
Y por añadidura, todos contra todos para ganar el corazón del Príncipe.
Lo peor: de espaldas a la realidad social.
F: Así, los pobres sólo sirven para el discurso mesiánico y populista, igual, igualito que en el resto de los partidos políticos.
CORREDORES: El doctor Raúl Arias habla del “fortalecimiento del corporativismo”.
Es decir, el llamado voto corporativo…, el voto de la CTM, CNOP y CNC, por ejemplo, anexos, conexos y derivados, a favor del candidato oficial del partido tricolor y que, claro, también suele darse en las otras canchas.
Unas voces, sin embargo, observan que el llamado voto duro ha dejado de serlo.
Pero al mismo tiempo, mucho se dudaría, porque la ideología partidista está “metida hasta el tuétano” del corazón social, y con todo y el desencanto social, el simple hecho de conservar la chamba, una chamba, además, pagada con puntualidad cada quincena, amarra la lealtad al jefe máximo.
Por ejemplo, si Juan Carlos Molina Palacios, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias de Veracruz, va en el número uno de la lista de candidatos pluris del PRI a diputados locales, ni modo que las huestes campesinas votarán el primero de julio en contra de los nominados del partido tricolor.
Y, por tanto, el corporativismo sigue, con todo y posibles escisiones internas.
Las huestes petroleras de Carlos Romero Deschamps y las tribus ferrocarrileras de Víctor Flores Morales son leales, porque, además, saben que de por medio está la fuente de empleo.
RODAPIÉ: Hay, cierto, por AMLO “mucha ilusión”.
Pero al mismo tiempo, su raíz está “en los desastrosos gobiernos del PRI y PAN”, y que el año anterior diera como resultado concreto y específico que diecinueve ex gobernadores estaban en la antesala de la cárcel, algunos de los cuales ya cayeron, entre otros, Javier Duarte, Roberto Angulo Borge, Tomás Yarrington, Eugenio Flores Hernández, Andrés Granier, Guillermo Padrés y Mario Villanueva, y otros, como César Duarte, primero, fue prófugo de la justicia, y luego, declarado impoluto.
Felipe Calderón Hinojosa dejó el sexenio con 150 mil muertos y Enrique Peña Nieto lleva 120 mil.
Uno de cada tres mexicanos viven del changarro en la vía pública.
México, campeón mundial en el primer lugar de corrupción política, con su hermana gemela como es la impunidad.
Por eso mismo, y considerando que desde hace dieciocho años Andrés Manuel López Obrador anda en campaña electoral ofreciendo el paraíso, la población lo está prefiriendo, todo indica, y por ahora.
De algún modo la historia se repite: si en el año 2016, Miguel Ángel Yunes Linares ganó la gubernatura se debió a tantos trastupijes de Javier Duarte.
Y luego del fracaso de los dos ex presidentes de la república del PAN y del priista en turno, AMLO ha generado “mucha ilusión”.
Pero el horizonte para el país y para Veracruz se antoja, como dice el doctor Raúl Arias, oscuro, muy oscuro.